El Consejo de Gobierno ha aprobado hoy, a propuesta de su presidente, Pedro Sanz, el Decreto por el que se concede la distinción de Riojana Ilustre a la cocinera Marisa Sánchez (Ezcaray, 1933).
El título de Riojano Ilustre es la más alta distinción personal que puede otorgar el Gobierno de La Rioja a quien, gozando de la condición de riojano según el Estatuto de Autonomía de La Rioja, haya destacado por sus méritos relevantes, por su trabajo y/o aportaciones culturales, científicas, sociales, políticas o económicas en beneficio de la comunidad.
Con esta distinción, el Gobierno desea expresar públicamente el reconocimiento de toda la sociedad riojana a la importante labor de difusión de la cultura de nuestra comunidad que ha desarrollado Marisa Sánchez, contribuyendo a aumentar el atractivo y el valor añadido de La Rioja con la exquisitez de su gastronomía elaborada con lo mejor de nuestra tierra.
Casada y madre de cinco hijos, es heredera de los fundadores del Hotel Restaurante Echaurren de Ezcaray. En 1948, ante la ausencia de su madre, Marisa recibió su bautizo en los fogones al tener que preparar una boda cuando tan sólo contaba 15 años. Posteriormente, compró con su marido el negocio. En 1982, ambos recibieron el Premio Nacional al Mejor Restaurante de Hostal. Cinco años después le fue concedido a Marisa el Premio Nacional de Gastronomía como Mejor Jefe de Cocina.
Alma de la cocina riojana
Cuarta generación de la familia Echaurren e impulsora del proyecto del hotel y restaurante de Ezcaray, Marisa Sánchez representa la esencia, la tradición y el alma de la cocina riojana, a la que ha situado, junto a su hijo Francis Paniego (con dos estrellas Michelín), en la cima de la vanguardia gastronómica y ha dado esplendor a través de su gran proyección exterior.
Marisa encarna el aroma de la cocina tradicional y la recompensa del trabajo bien hecho, que le ha valido el Premio Nacional de Gastronomía 1987, la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo 2008 y, sobre todo, el afecto, el cariño y el reconocimiento de los riojanos, que hoy vuelve a ponerse de manifiesto justo en el momento en que Logroño-La Rioja es la Capital de la Gastronomía Española 2012.
Amante de las cosas sencillas, su infinita inquietud por aprender le ha llevado a viajar con su inseparable Félix a distintos lugares para conocer otras cocinas. Y es que si la cocina ha sido la parte más visible de Marisa, la privada, su familia, ha sido sin duda el principal motivo que le ha llevado a vivir su vida plenamente como esposa, madre y ahora, abuela.
Se da la circunstancia de que es la primera ocasión en la que una mujer recibe esta alta distinción desde que se estableció en la Ley 1/2001, de 16 de marzo, que regula los honores, distinciones y protocolo de la Comunidad Autónoma de La Rioja en 2001. Otra mujer, Olga Bejano Domínguez, recibió en 1998 la Medalla de La Rioja