Oviedo, dulce capital

Oviedo, dulce capital

Por Ignacio Sánchez.-La excepcional diversidad de la despensa asturiana ha permitido acumular a lo largo de siglos de andadura repostera y pastelera un surtido de postres artesanos difícil de superar. La abundancia de frutas –decenas de variedades de manzana, peras, albaricoques, naranja amarga, dulce, limones, ciruelas, higos, cerezas, fresas, frambuesas…-- y de frutos del bosque arándanos, moras…--. La intensidad de sabor y aroma de los frutos secos –nueces y castañas especialmente--. Las mieles florales y frutales y otros elementos como las mantequillas, harinas y huevos han hecho posible un paraíso del amante de lo dulce, el ‘llambión’, aunque también de lo salado.

Así, no es extraño que durante el pasado siglo, y más aún en la década transcurrida en éste que vivimos, artesanos confiteros, pasteleros y reposteros de asturianos gozasen y gocen de merecida fama y prestigio, que sitúan al Principado, en este ámbito gastronómico alimentario, por encima de las demás Comunidades y la par, prácticamente, con Cataluña.

Y, dentro de Asturias, la capital, Oviedo, se encuentra en la cúspide del podio, no sólo por esa calidad mantenida y renovada a la que nos referimos, sino porque los maestros confiteros han trabajado la innovación e, incluso, el diseño, a la par que la excelencia en el obrador.

En consecuencia, al nutrido colectivo de llambiones asturianos, se ha sumado otro, creciente año a año, formado por el de visitantes y turistas que ya traen en su agenda, anotado como deber prioritario, el de visitar alguno de los más deliciosos foros pasteleros de Vetusta. Y, además, florece un tercer mercado, el exterior, especialmente potente en Madrid, que se nutre de exquisiteces con el sello de Asturias en las embajadas confiteras abiertas por Rialto y Ovetus. Ello, sin olvidar que periódicamente salen envíos por mensajería de otras, como La Mallorquina, Camilo de Blas, Peñalba o la Confitería Asturias.

 

Sin duda, dos factores han contribuido a abrir mercados exteriores para la pastelería ovetense. La primera, el creciente número de congresos y convenciones que se celebran en Oviedo, y la segunda la celebración anual de los Premios Príncipe de Asturias que concede la Fundación del mismo nombre, y que no sólo han nacionalizado, sino internacionalizado los pasteles, dulces y bombones más emblemáticos. Sin olvidar otros focos de atracción de ilustres visitantes, como es la Fundación Fernández Vega.

Una de las características de la oferta confitera ovetense, y en general asturiana, es la variedad de sus productos, que supera con mucho la existente en otras zonas de España. Pero es inevitable que algunos de esos productos, por su singularidad, lideren el ranking de los ‘number one’. Seguramente en cabeza, los bombones. Ahí están, pioneros en la fama, los de Peñalba, todo un signo de distinción desde el nombre hasta el bombón. Pero escoltados por otras deliciosas elaboraciones, como las de Camilo de Blas u Ovetus, igualmente muy demandados por nativos y forasteros.

 

No menos prestigio tienen  los carbayones, pasteles de almendra creados por la centenaria confitería Camilo de Blas,  bañados de crema sobre barquilla de hojaldre, que desde Oviedo han llegado a los cinco continentes y que son compra obligada para miles de turistas cada año. De Oviedo también, autoría en este caso de la Confitería Asturias, son las Letizias, elaboradas en honor de la Princesa de Asturias y que hoy expenden muchas confiterías. De Rialto salen las no menos afamadas moscovitas, Finas pastas de almendra marcona seleccionada y nata, bañadas con una cobertura de chocolate de primerísima calidad, además de un último ingrediente secreto creado en exclusiva por Rialto. Y las mallorquinas,  ‘petit four’ conseguido por Carlos Álvarez, que también podría definirse como una galleta de altísima gama, en la que se uno siente la almendra marcona, de primerísima calidad, picada y entrelazada con una crujiente y riquísima masa de nata, azúcar y harina, con un fino baño de chocolate, actualmente exportadas a varios países europeos, como Inglaterra o Alemania.

Es oportuno destacar el especial esmero con que los confiteros ovetenses se proveen de las más finas coberturas de chocolate, viajando periódicamente para ello por Europa para asegurar a su clientela la fina textura e intenso sabor de sus elaboradas preparaciones confiteras. Ese mismo esmero es el que se pone en otro distinguido producto del amplio catálogo existente: las tartas, de las que se ofrece una variedad y selección de más de medio centenar.

Y, claro está, no hay que olvidar que tanta calidad y finura como los citados ‘campeones’ tienen los milhojas, los bartolos, los petit suis, las bayonesas, las lenguas, los mazapanes, los turrones, como los de Verdú y un largo etcétera.

 

Afortunadamente, además, hay relevo generacional, con jóvenes emprendedores como los artífices del Obrador de Tom. Un pequeño grupo de profesionales asturianos unidos para crear El obrador de Tom, con el objetivo de

fabricar productos de bombonería y confiteria de alta calidad. Una elaboración  exclusivamente de manera artesanal, partiendo siempre de una selecta materia prima cuidadosamente seleccionada por el equipo de obrador. Con todas sus recetas propias, utilizando productos naturales para llegar a esos sabores innovadores  y

reales, obteniendo el mejor maridaje con excelentes coberturas coberturas.

 

Posiblemente por eso aumente cada día el flujo de viajeros a la capital del Principado. Porque, como es bien sabido, a nadie le amarga un dulce

 

FOTO: El Obrador de Tom. Colección piruletas chic-bombón Piruletas artesanas hechas a mano,rellenas de una amplia gama de sabores naturales,siguiendo sus propias recetas, recubiertas de una fina capa de la más exquisita cobertura. Distintas y divertidas.

 

 

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