Por MSF.-Médicos Sin Fronteras (MSF) urge a los Estados miembros reunidos en la Asamblea Mundial de la Salud a aprovechar esta oportunidad única y aprobar una propuesta que lleva ya diez años sobre la mesa: una resolución sería el primer paso para hacer realidad un convenio mundial sobre I+D que responda a las necesidades de los países en desarrollo.
Las delegaciones de la Unión Europea y Estados Unidos presentes en la Asamblea Mundial de la Salud, donde se debate la posibilidad de establecer un convenio mundial de I+D, están bloqueando los esfuerzos destinados a establecer un tratado vinculante que responda a las necesidades de los pacientes en contextos sin recursos. La organización médico-humanitaria Médicos Sin Fronteras llamó hoy a Estados Unidos y a los gobiernos europeos a no obstaculizar este proceso, iniciado hace diez años, e instó a los países en desarrollo a seguir luchando para conseguir el establecimiento de un convenio que impulse el acceso a medicamentos esenciales asequibles.
Un tratado internacional vinculante supondría que todos los gobiernos tendrían que aportar financiación a la I+D en áreas prioritarias para cubrir las lagunas que el sistema provoca actualmente, y que se desvincularía el coste de la innovación del precio final de los productos médicos, de forma que estos sean asequibles en los contextos sin recursos. Una resolución de la Asamblea que lanzara el proceso negociador sería un primer paso decisivo para transformar el campo de la innovación médica, actualmente basada en criterios de rentabilidad, para dar prioridad a las necesidades de salud, especialmente de poblaciones afectadas por enfermedades olvidadas en los países en desarrollo.
“En la actualidad, la innovación médica no responde a las necesidades de las personas en los países en desarrollo. Los Gobiernos tienen el poder, la responsabilidad y la oportunidad de cambiar esta realidad”, señala Michelle Childs, directora de Incidencia Política de la Campaña para el Acceso a medicamentos esenciales de MSF. “La necesidad de un convenio sobre I+D está más que demostrada, así que los Estados miembros de la Organización Mundial de la Salud deben dejarse de excusas y ponerse manos a la obra para iniciar el proceso negociador de una vez por todas”.
Sin embargo, el bloqueo de la UE y de Estados Unidos amenaza con hacer descarrilar el proceso. “Nuestros equipos saben muy bien lo que significa tener delante a una persona enferma y no disponer de medicamentos o de herramientas para tratarla porque son demasiado caros o sencillamente ni siquiera existen”, explica el Dr. Tido von Schoen-Angerer, director de la Campaña de Acceso. “Las poblaciones de los países en desarrollo llevan demasiado tiempo esperando una respuesta global a sus necesidades: no podemos quedarnos sentados a ver cómo un puñado de países desarrollados hacen descarrilar este esfuerzo”.
El pasado abril, el Grupo Consultivo de Expertos en Investigación y Desarrollo: Financiación y Coordinación, un grupo de expertos reunidos por la OMS con el mandato de examinar las críticas lagunas existentes en la innovación médica, recomendó el establecimiento de un convenio vinculante. Las negociaciones de esta semana en Ginebra han mostrado que existe un amplio respaldo a la idea de un tratado internacional, en especial entre los países en desarrollo, pero también entre las economías emergentes, que podrían asumir un mayor protagonismo en el sistema de I+D en salud.
“Nos sorprende especialmente la línea dura asumida por Estados Unidos, ya que es un país que de hecho cumple con los niveles de financiación de I+D que el informe del grupo de expertos de la OMS sugiere”, explica Michelle Childs. “Ya es hora de que todos los países respalden una solución sostenible a las deficiencias del actual modelo de I+D, con el fin de responder a las necesidades que sufre la mayor parte de la población mundial. Los países desarrollados deben dejar de obstruir el proceso”.
A su vez, la responsable de la Campaña para el Acceso a Medicamentos Esenciales (CAME) de MSF en Estados Unidos, Judit Rius, señaló que “las contrapropuestas de Washington para estimular la innovación, como los Compromisos Avanzados de Mercado o la legislación sobre medicamentos huérfanos, han sido expresamente mencionadas en el informe de los expertos de la OMS como métodos que no responden adecuadamente a las necesidades de los países en desarrollo”.
Innovar e invertir donde es más necesario
Hoy en día, el sistema de I+D se guía por los intereses comerciales y no por las prioridades de salud. En consecuencia, la investigación se decanta por las áreas que son más rentables y desatiende necesidades médicas fundamentales como las existentes en los países en desarrollo, afectados de forma desproporcionada por enfermedades tropicales o la tuberculosis, entre otras.
Los equipos de MSF sobre el terreno son testigos a diario de las consecuencias de esta situación e intentan dispensar una atención de calidad, incluso cuando no disponen de los recursos médicos adecuados. Cuando existen los medicamentos, las pruebas diagnósticas o las vacunas, estos suelen estar pensados para su uso en países ricos y no están adaptados para su utilización en lugares donde el clima, el sistema de salud, el suministro eléctrico o la disponibilidad de personal cualificado son muy distintos.
Por ejemplo, entre otros, son necesarios tratamientos más efectivos para la tuberculosis resistente a los medicamentos, versiones pediátricas de los fármacos para el VIH, mejores pruebas de curación para la enfermedad de Chagas, nuevos antibióticos para tratar infecciones que pueden ser mortales y sustituir a los ya existentes que están presentando cada vez mayores resistencias, y vacunas que no requieran refrigeración o puedan administrarse sin necesidad de inyecciones.
En palabras del Dr. Von Schoen-Angerer, “tenemos que conseguir que el dinero vaya allí donde están las prioridades de investigación, que el dinero gastado en investigación médica sea donde estén las necesidades —añade—, asegurar que los frutos de la innovación sean asequibles y accesibles. Y es precisamente ahí donde el convenio sobre I+D podría suponer toda una transformación”.
Nuevos mecanismos de financiación
Un convenio mundial de estas características supondría ventajas considerables. Para empezar, abriría un proceso cuyas prioridades se basarían en la evidencia médica y, en consecuencia, los países firmantes estarían obligados a invertir en dichas prioridades. Cualquier investigación financiada gracias al convenio ofrecería productos asequibles y accesibles, por ejemplo, garantizando tanto los precios como los compromisos de suministro, adoptando políticas flexibles en materia de licencias para los promotores de I+D, y apoyando una innovación abierta que ponga el conocimiento a disposición de otros.
Durante los últimos 10 años, se han creado asociaciones destinadas al desarrollo de productos para llenar algunas de las lagunas existentes en materia de innovación, y ha habido financiación de fundaciones filantrópicas y de Gobiernos, pero estos esfuerzos son poco sistemáticos y vulnerables.
“Necesitamos un sistema más sostenible, particularmente ahora que los fondos de los financiadores son cada vez más escasos”, explica Childs. “El convenio animaría a que todos hiciesen aportaciones justas, pero también determinaría cómo debe gastarse el dinero. Debería garantizar que el dinero rinda mejor y respaldar modelos alternativos de estímulo a la I+D que cuesten menos y generen recursos médicos accesibles y asequibles para todos los que los necesitan”.
El Convenio Marco para el Control del Tabaco constituye un valioso precedente de un acuerdo vinculante internacionalmente negociado y suscrito bajo los auspicios de la OMS.
El informe del Grupo Consultivo de Expertos en Investigación y Desarrollo: Financiación y Coordinación de la OMS está disponible en francés y en inglés en www.who.int/phi/news/cewg_2011/en/index.html .
Imagen: Advancell