SICE/ACV/DICYT Nanopartículas que sirven para repeler el agua o nanotubos de carbono utilizados para fabricar elementos fuertes de poco peso. De acuerdo con el físico Javier Mateos, profesor de Electrónica del Departamento de Física Aplicada de la Universidad de Salamanca, estos son sólo dos ejemplos de las aplicaciones prácticas que la Nanotecnología ha desarrollado en la actualidad.
"Esta tecnología agrupa a todos aquellos campos de la Ciencia que tienen el nexo común de trabajar con cosas muy pequeñas, involucra a disciplinas tan diversas como la Medicina, la Química, la Electrónica, la Fotónica o la Biología", señaló el especialista en declaraciones a DiCYT.
La Nanotecnología también es comprendida como la manipulación controlada de átomos y moléculas para producir materiales, sustancias y dispositivos en niveles muy pequeños. Su unidad de medida es el nanómetro, el cual equivale a una milmillonésima parte de un metro, es decir, 10 -9 metros. "Para hacernos una idea, su tamaño es más pequeño que un glóbulo rojo o un cabello humano", comenta. Por otra parte, un nanómetro es el ancho de una molécula de ADN y veintidós nanómetros es el tamaño de los transistores que se usan en la actualidad para elaborar los CPU de los ordenadores o las memorias USB.
Modelización por ordenador
Precisamente, estos últimos son los elementos que utilizan para realizar sus investigaciones, los científicos del equipo de trabajo del cual forma parte Mateos. "Nosotros pretendemos desarrollar circuitos, transistores y dispositivos que vayan más rápido, intentamos obtener sus características y optimizar su diseño, tratando de que tengan menos ruido electrónico y funcionen mejor. Como no tenemos la posibilidad de fabricar este tipo de dispositivos, nuestro grupo de investigación lo que hace es modelización, es decir, procesos de simulación por medio del ordenador", afirma.
Para este investigador, la Electrónica es un área de gran aplicabilidad e interés para la Nanotecnología, ya que ha facilitado el desarrollo de circuitos y transistores mucho más pequeños que han cambiado la forma en que utilizamos actualmente los ordenadores. En los últimos 20 a 30 años, los estudios nanotecnológicos han avanzado en la visión práctica de estas tecnologías, desarrollando aplicaciones tan relevantes como la Nanoelectrónica.
La Nanoelectrónica ha vivido un proceso de desarrollo continuo en el cual se han ido reduciendo el tamaño de los dispositivos. Incluye la electrónica de hace 50 años, en la cual los dispositivos poseían tamaños del orden de los milímetros, transitando por la Microelectrónica hasta alcanzar finalmente niveles nanométricos. Gracias a la Nanoelectrónica "somos capaces de hacer dispositivos electrónicos más pequeños que un virus. Los virus hace nada no se podían ver, no se podía saber cómo eran, mientras que ahora somos capaces de hacer estructuras aún más pequeñas", comentó el especialista.
Proyecto europeo
Actualmente, Mateos se encuentra involucrado en un proyecto europeo en el que su grupo es el coordinador. Dicho proyecto está orientado al uso de terahercios, un tipo de ondas que se encuentran entre los rayos x y los rayos visibles, empleados en la fabricación de sistemas técnicos que permitan la visibilidad entre las paredes o tejidos. Como España no cuenta con las condiciones para la producción de este tipo de dispositivos, su equipo se encarga de desarrollar la parte teórica del proyecto, mientras que cuatro laboratorios europeos que actúan como contraparte, se dedican a implementar sus posibles procesos de producción.
En un futuro no muy lejano, la investigación en Nanotecnología abrirá la puerta a un número infinito de utilidades, aunque algunas de ellas por ahora son ciencia ficción. Sin embargo es sólo cuestión de tiempo para que sean una realidad. Gracias a estas aplicaciones, se espera desarrollar nanomateriales que puedan monitorizar la temperatura del cuerpo, nanosensores que se implanten debajo de la piel para identificar cuerpos extraños e instrumentos nanométricos que permitan detectar enfermedades. Todos ellos tan pequeños que serían menos invasivos y molestos para las personas, explicó el especialista.
FTO: Javier Mateos