Intervención de la diputada Popular Mercedes Fernández
En el día de ayer, el único candidato de esta Cámara que se sometía a la confianza de la misma pronunciaba lo que él mismo determinaba como su programa de Gobierno. Al Grupo Parlamentario Popular le parece que el discurso formulado en el día de ayer, Señorías, nos lleva a formular una serie de consideraciones, algunas reflexiones y, desde luego, no pocas discrepancias.
En primer lugar, quisiera decirle, señor candidato, que a nuestro juicio, un discurso de investidura es un programa de gobierno. Quien pretende gobernar el futuro de Asturias los próximos 3 años debe tener certezas, certidumbres y respuestas. Usted se ha limitado, en no pocas ocasiones, a enunciar preguntas, interrogantes y yo diría que incertidumbres. No es eso lo que la sociedad asturiana quiere. La sociedad asturiana, señor candidato, necesita respuestas de los gobernantes. Quien aspira a gobernar Asturias debe tener no solamente un modelo de Asturias, debe ser capaz de explicar a los 100.000 parados de esta región que tiene un proyecto para ellos que sea capaz de transmitirles esperanza, certidumbre y futuro para poder ordenar y organizar la vida de tantas familias asturianas con una cierta dosis de estabilidad. La que usted pretende para su Gobierno hay muchas familias asturianas que no la tienen para sí mismas.
Nos invitaba a una serie de pactos, nos invitaba a una serie de coincidencias. El primer pacto al que ustedes nos invitaron, al que usted nos invitó, señor candidato, al conjunto de la Cámara, fue al de la humildad, la convicción democrática y el sentido común. Quiero decirle formalmente que respecto a este pacto tan lleno de cuestiones elementales, seguramente tan necesario y también con tanto sentido común, va a tener y tiene al Grupo Parlamentario Popular, porque creemos en la democracia, porque lo hacemos con humildad y con autocrítica, y porque también, señor candidato, creemos que el sentido común es un ingrediente muy necesario en política del que en ocasiones los grupos gobernantes socialistas están bastante ausentes.
Necesitamos un gran pacto por el empleo, señor Fernández, al que usted se ha definido escasamente. Usted ha dado pocos parámetros respecto al empleo en Asturias. No nos ha dicho qué modelo económico pretende, nos ha dicho, si acaso, qué cuál será el margen de actuación. Nuevamente, una pregunta y nuevamente una ausencia de respuesta. Quien pretende gobernar, insisto —y eso es un discurso de Gobierno, y un discurso de investidura— debe tratar de convencer a los Grupos de la Cámara, pero en la Cámara, no en los despachos, para que quede reflejado perfectamente en el Diario de Sesiones cuáles son los compromisos del candidato socialista a la Presidencia del Gobierno de Asturias.
Habló también de regeneración y oxigenación democrática en todas las instituciones. Créame que lo celebramos, porque Asturias lo necesita, porque su partido no ha colaborado en exceso ni a la oxigenación ni a la regeneración democrática.
Señor Fernández, usted hablaba de que nunca es bueno el adanismo, yo no puedo estar más de acuerdo con ese planteamiento. Pero usted también tiene antecedentes, tiene historia y tiene muchos gobiernos socialistas anteriores que han gobernado en esta tierra y que han dejado descrédito, paro, despilfarro y algunos corrupción.
A continuación nos decía también que creía en el diálogo, en el consenso como elemento indispensable de trabajo y también nos tendrá ahí con ustedes, en el diálogo hasta la extenuación, en el consenso y en el acuerdo en defensa de los intereses generales de Asturias, porque creemos en esos planteamientos, señor Fernández, señor Candidato. Pero creo que es una buena ocasión para empezar por este Parlamento. Yo, que me estreno en este Parlamento, le puedo asegurar que me sorprende, y me sorprende negativamente que no se pueda ejercer el necesario control parlamentario a través de las preguntas que semanalmente a nosotros, al Grupo Parlamentario Popular, nos gustaría poder formular al Presidente del Gobierno de Asturias. Creemos que el Parlamento tiene que tener un papel importante, ineludible, no puede ser que el Ejecutivo lo sea todo y que el Parlamento no sea nada. Nosotros creemos en la división de poderes. Algunos de ustedes creían menos, pero nosotros creemos. Y creemos también en la cooperación y en la colaboración entre poderes, pero es necesario saber y poder preguntar a quien representa al Gobierno de Asturias, con carácter semanal, en esta Cámara, por aquellas cuestiones que preocupan a los ciudadanos y que nosotros, como oposición, tenemos la obligación de trasladar a estos debates, pero, insisto, con carácter periódico y semanal. Por tanto, le lanzo un guante para que, efectivamente, el consenso, el acuerdo y el control parlamentario, que es una regeneración de esta propia institución, sea una premisa que se cumpla en los próximos tiempos cuando usted sea investido Presidente.
Los acuerdos con sus socios parlamentarios, señor Fernández, nos preocupan y nos inquietan, pero créame si se lo digo con toda seriedad y con todo rigor. No tenemos ninguna preocupación desde luego ni de curiosidad indeseada ni de cuestión que no sea política en aras de la defensa de los intereses generales de los asturianos. Hoy hemos visto aquí, en esta Cámara, defender dos temas contradictorios, por ejemplo, en el tema del carbón. La defensa del carbón, que plantea el Grupo de Izquierda Unida, desde luego, no tiene absolutamente nada que ver con las enmiendas formuladas por el Grupo de doña Rosa Díez en el Congreso de los Diputados, que pretende acabar y cerrar las minas, sustituirlo por energías renovables y destinar esos recursos al turismo ecológico. Ese es el planteamiento que uno de sus socios ha formulado en el Congreso de los Diputados en el debate de los Presupuestos Generales del Estado. Y por contra, otro de sus socios, el Grupo de Izquierda Unida, plantea justo lo contrario, que es una reducción elevadísima, y que ellos no lo van a tolerar —y le animan a usted, ellos ya están animados— a rebelarse contra esas políticas.
Bueno, estas son cuestiones que interesan a esta Cámara, que usted debe clarificar y determinar en este debate, porque el debate de investidura es la guía política a través de la cual, desde luego, el Grupo Parlamentario Popular seguirá con rigor, desde luego con capacidad de análisis y con mucho detalle, los pasos que en desarrollo de las políticas que usted aquí enuncia irá jalonando a lo largo de lo que resta de esta corta Legislatura de 3 años. Por tanto, yo ahí discrepo respecto al formato. Creo que el debate de investidura es el debate de los compromisos, de los compromisos programáticos, de la claridad en la adquisición de compromisos con quienes le van a votar y van a conseguir que, con sus votos, pese a no tener una mayoría absoluta, se la van a dar, se la van a prestar, en definitiva, se la van a otorgar, porque así se han expresado con claridad y con nitidez los Grupos de Izquierda Unida y de UPyD. Por tanto, yo le pediría esa aclaración.
Señor Fernández, ayer —le voy a decir algo—, usted acierta cuando dice, cuando apela a la humildad. Acierta, porque consideramos que la humildad es algo necesario, indispensable en la política y en la vida diaria. Pero no guarda concordancia, señor Fernández, con la expresión que usted formuló a continuación, cuando dice: “Permítanme que me avergüence por ustedes”. Si usted entiende, señor candidato, la humildad sin autocrítica, a nuestro juicio no está practicando lo que exige a los demás.
Igual que le digo que acierta cuando enuncia la humildad como uno de los ingredientes necesarios para iniciar esta andadura política, le digo que desacierta cuando usted, exento de autocrítica y de autorreproches, se los hace a los demás de una forma yo diría que bastante exagerada, muy poco afortunada y nada conciliadora.
Y créame, señor Fernández, aquí todos, todos, hasta los más nuevos, tenemos vergüenzas propias. Yo nunca vi una imagen tan terriblemente cruel y descriptiva como un Consejero de sus gobiernos entrando esposado en la cárcel de Villabona. Me parece que eso le debe llevar a usted y a su Grupo Parlamentario a practicar la necesaria autocrítica que nos exige a los demás.
Y le voy a decir algo más: no le deseo a usted, señor Fernández, ni a nadie de su Grupo Parlamentario, que Alfonso Guerra cree un partido escindido del Partido Socialista. No se lo deseo, porque le voy a dar un testimonio personal: se pasa muy mal, se pasa muy mal y, por tanto, cuando usted hace generalizaciones y yo me refería a discursos y a diálogo, no que usted haya nacido en los años ochenta —qué más querría usted, señor Fernández, qué más querría usted—; yo me estaba refiriendo a los discursos de los años ochenta, cuando usted hablaba de las derechas, con esa gracia que le caracteriza y que pretende atribuir al discurso y al debate político, cuando usted hablaba así, señor Fernández, con una sutil y fina ironía, yo simplemente le digo que no haga reproches de cosas que algunos sufrimos, pero no protagonizamos. Simplemente le pido eso. Eso sí, con toda humildad.
Igualmente, señor candidato, hablar del retorno a la normalidad democrática me parece inadecuado. Mire usted, en política hay que utilizar lenguajes adecuados, lenguajes precisos y lenguajes que tengan capacidad de síntesis y, sobre todo, que tengan una cierta dosis de empatía, que sirvan para ponerse en el lugar de los demás, y cuando usted habla de restaurar o retornar a la normalidad democrática, yo tengo que decirle: la normalidad democrática sólo se pierde con ausencia de democracia, y aquí pasaron muchas cosas, es cierto que pasaron, pero eso justamente no pasó, señor Fernández.
Por tanto, dentro de los discursos pretendidamente ácidos, pretendidamente críticos con los demás, pero exentos de la crítica propia, yo desde luego le pediría que no lo reitere en el tiempo, porque, además, es que no es su estilo. Yo le pediría que abandonase esos reproches, con esa dureza tan impropia de alguien que lee un discurso, pero que quizá no interioriza mucho las frases que dicho discurso contiene.
Señor candidato, cuando usted nos hablaba ayer del modelo de Asturias no explicó a esta Cámara en qué consiste el modelo de Asturias. Habló de que Asturias tal vez estaba llamada a convertirse en la Alemania española; otros hablaron, creo, que de Luxemburgo. Yo me conformo con que Asturias sea pionera dentro del concierto de España, que seamos capaces de crecer, que seamos capaces de competir y que seamos capaces de sacar del letargo en el que, por cierto, no pocos gobiernos socialistas nos dejaron sumidos.
Si el modelo Asturias es continuismo, a nosotros no nos gusta, señor Fernández; creemos que los nuevos tiempos exigen nuevas recetas, las del pasado pasadas están. Hay que tener la valentía, la audacia y el rigor de apostar por el futuro de forma diferente, porque cien mil asturianos nos lo demandan, porque los jóvenes de Asturias que tuvieron que salir de nuestra tierra en busca de oportunidades que aquí se les negaron... Y créame, no era una leyenda urbana; a usted le sonará esa expresión, a mí me pareció siempre muy poco respetuosa. No era una leyenda urbana. Era una realidad que vivían las familias asturianas y los jóvenes asturianos que tenían, contrario a su voluntad, que alejarse de Asturias para buscar fuera de nuestras fronteras lo que aquí no eran capaces de conseguir.
Y usted hizo también un diagnóstico, señor Fernández, respecto al punto de partida, que calificó de malo, y yo ahí coincido nuevamente con usted. La situación es mala. Habló de recesión, pero curiosamente en este aspecto, en este apartado, usted obvió la referencia o el relato a las causas que nos llevaron a parte de esa recesión —no voy a decir a toda recesión— y, desde luego, a la situación de bancarrota económica y de bancarrota social en la que quedó sumido este país tras ocho años de Gobierno socialista.
Y yo le voy a ayudar: las causas que nos llevaron a esa situación, desde luego, fueron: un déficit descontrolado, fue una deuda exarcebada, fue un gasto dislocado y fue una falta reiterada de ordenación económica y de negar la realidad que hasta los no expertos estábamos viendo de forma meridiana y, desde luego, paso por alto expresiones que ya forman parte del vocabulario de los políticos, como aquellos “brotes verdes” que veía una señora de la que ya no me acuerdo ni de su nombre.
Usted nos formulaba una pregunta: “¿Cuál es el margen del Principado de Asturias para actuar?, y no respondía a esta pregunta. Debería responder a esta pregunta porque es su obligación. Habló igualmente, señor candidato, de austeridad voraz y estéril. Es una forma de contar la historia, qué duda cabe, pero yo también le puedo decir que ha habido en Asturias y en este país un gasto voraz y estéril. Es, sin duda, la suya una forma selectiva de contar la historia a su manera.
Habló de la austeridad selectiva, pero igualmente nos dijo, afirmó que no habría áreas exentas a los recortes en sus políticas y en el Gobierno que usted va a conformar —por cierto, ni siquiera nos dijo la estructura ni el número de Consejerías de que piensa dotar su Gobierno—, pero dijo con toda claridad que no habría áreas exentas a los recortes, y a nosotros nos gustaría conocer más detalles o, mejor dicho, algún detalle; al menos, algún ejemplo, algún caso en el que usted tenga decidido ajustar el gasto.
Nos alegra, y mucho, que ustedes hayan dicho que incumplir la Ley no será un objetivo de su Gobierno. Lo celebramos. Desde luego, la Ley de Estabilidad Presupuestaria es de obligado cumplimiento y yo sé que cuando usted hablaba de esta generalidad, estaba pensando en el cumplimiento específicamente de la Ley de Estabilidad Presupuestaria. Pero no es mucho decir, la verdad, para un Gobierno que se compromete con el cumplimiento de la Ley, porque eso, señor Fernández, señor candidato, va de suyo. ¡Sólo faltaría que usted bajase a esta tribuna para decir a los asturianos que su Gobierno, haciendo más caso a sus futuros socios, está en la rebeldía, pero también en la rebeldía de la Ley. Eso sería, la verdad, inquietante, peligroso, sorprendente e irresponsable, y yo sé que usted es una persona tranquila y serena. Por tanto, espero que también sea una persona en la que la ética, siguiendo sus propias palabras, y la legalidad se conjuguen en sus actuaciones o acciones de Gobierno.
Se refería también en su debate a la minería del carbón, y decía exactamente: “Mi Gobierno se opondrá serena y enérgicamente”, dos palabras que alabo su buen gusto; tienen algo de contradictorias, pero a mi me gusta la combinación. “Serena y enérgicamente a cualquier planteamiento de cierres, como el que se cierne sobre el sector minero, con el brutal recorte de las ayudas al funcionamiento y a la cancelación de la política de compensación a las zonas más deprimidas, como las Cuencas”.
Le decía antes: tiene dos socios que dicen justamente lo contrario. Usted debería explicar a esta Cámara cómo va a conciliar estas dos políticas radicalmente opuestas y radicalmente enfrentadas.
Señor candidato, parece que usted y su partido sienten ahora una gran preocupación acerca de la minería del carbón y de los Fondos Mineros, y tal parece, señor Fernández, que usted, al igual que yo, llega a esta Cámara por primera vez, y no es así. Después de años de complicidad, de silencio y de inacción, en estas últimas semanas el Partido Socialista se ha enterado de que el cierre de la minería y el incumplimiento de los planes de la minería eran algo que estaba sobrevolando sobre el conjunto del país. Yo le diría: “A buenas horas, mangas verdes”. Les tenemos que recordar que la minería del carbón y los Fondos Mineros tienen un riesgo por algunas actuaciones que ustedes han protagonizado, muy selectivamente pero con mucho afán y, desde luego, con mucha contundencia. El cierre garantizado en parte se lo puede deber usted al señor Zapatero, que no presentó un plan para defenderlo en la Unión Europea en el 2010 buscando los aliados necesarios e incumpliendo el compromiso que había adquirido, creo recordar el año anterior, en Rodiezmo, donde estaba usted, por cierto, acompañándole. Y tuvieron ustedes una persona que no les ayudó demasiado y yo creo que es un insigne socialista. Me estoy refiriendo al señor Almunia. El señor Almunia, el Comisario de la Unión Europea señor Almunia, presentó un plan de cierre para la minería para que recibiese subvenciones con fecha límite de extinción en el año 2014. Mientras el señor Zapatero hacía dejación de sus compromisos y de sus funciones, el señor Almunia actuaba de ariete de la Unión Europea contra la minería del carbón. Y eso ustedes lo saben. Lo sabían y lo callaron. Y lo callaron. Y le voy a decir más: al señor Fernández, que entonces estaba en la Junta General del Principado y en el Senado de España, en fin, no se le conocen mayores intervenciones tratando de cercenar esa política invasiva que el Comisario europeo, señor Almunia, quería propiciar para garantizar los cierres de la minas en Asturias y en el conjunto del país. No se conoce. Y también usted sabe muy bien que en el Parlamento Europeo, a instancias del Grupo Parlamentario Popular, del Grupo Popular europeo, se consiguió, que se alargase el periodo hasta el 2018. He de decir también, en honor a la verdad, que entonces, ustedes, aceptaron esa prórroga hasta el 2018.
Y el Gobierno socialista, señor Fernández, aceptó la Decisión comunitaria del 2010, la 787 que usted conoce muy bien porque es experto en la materia, y entró en vigor el 1 de enero del 2011, lo conoce muy bien también. Y se estableció un nuevo marco normativo que determina la posibilidad de cierre de instalaciones no rentables en el reino de España en 2018, porque en esos años gobernaban los socialistas en España y en Asturias. Pero por si fuese poco, en lo referente a Hunosa, con fecha 11 de junio de 2011, la Gerencia del Instituto para la Reestructuración de las Comarcas Mineras remite a la empresa un documento cuyo título no tiene desperdicio, en el año 2011, en junio: «Plan de cierre de las unidades de producción españolas de acuerdo con la Decisión 2010/78 de la Unión Europea del Consejo». En el apartado segundo de este documento se establece el cierre de la totalidad de las instalaciones y pozos, con detalle preciso por explotación y por años>.
Por tanto, bueno, a mí me parece que usted, ante esta trayectoria, desde luego no precisamente acreditada, en la defensa del futuro de la minería, debería decir algo en esta Cámara, y con las contradicciones que entre sus socios parlamentarios o aliados de investidura se ponen de manifiesto, debería decir algo con claridad que tranquilizase a los mineros asturianos y al sector de la minería en su conjunto en nuestra tierra.
Enunció, señor Fernández, también la necesidad de un Plan de Modernización de la Administración y una Ley de Buen Gobierno. Apoyaremos esas iniciativas porque nos parece necesario modernizar la Administración y porque nos parece también muy bien establecer la Ley de Buen Gobierno. Lo vamos a hacer a nivel nacional y será sin duda un espléndido reflejo a nivel autonómico.
E igualmente usted dijo que defenderá a los empleados públicos, y nosotros también, señor Fernández, a los empleados públicos. Pero los antecedentes en esta materia tampoco le son muy favorables. El primer Gobierno en la historia de la democracia española que rebajó el sueldo a los funcionarios fue un Gobierno socialista, con un promedio del 5% que en sueldos no muy altos supuso una estrechez económica importante. Pero bien, a mí me parece bien, al Grupo Parlamentario Popular nos parece espléndido, arrepentidos queremos que usted se convierta ahora en el defensor a ultranza de la función pública en nuestra región.
Se compromete, aunque hoy lo matizó, ayer lo dijo con otras palabras seguramente para contentar a sus socios, se comprometió ayer a redimensionar el sector público. Y yo tengo que decirle: pues ya era hora, señor Fernández. Ya era hora de que se pusiesen a esa tarea. Es un sector público, el asturiano, mastodóntico, es inmenso, y todos sabemos que lo han hecho básicamente por dos razones: por eludir los controles a la hora de contratar personal, donde primaba mucho la entrevista y muy poco las pruebas objetivas, y también, y también para eludir los controles en el ámbito de la contratación pública. En la actualidad ese entramado espeso, denso y en ocasiones obsoleto es necesario readecuarlo y redimensionarlo. Usted ha dicho que va a abordar ese ajuste y también debería decirnos a esta Cámara con claridad, con transparencia y diciendo la verdad, en qué al menos está usted pensando. Yo ya no le pido más porque parece que preguntar es ofender. No le pido más que nos diga qué pensamientos tiene a la hora de ajustar y redimensionar el sector público asturiano, inmenso y mastodóntico. Y más le digo: que no redunda en buenos servicios públicos ni prestaciones para los asturianos que lo soportan a través del pago de sus impuestos.
Y por cierto, hablando de impuestos, nada dijo usted ni de fiscalidad ni de gestión económica ni presupuestaria. Pero voy a decirle algo: nosotros creemos, y compartimos por tanto su diagnóstico en ese sentido, que no es tiempo ya de elaborar un nuevo presupuesto autonómico, que lo que habrá que hacer es seguir con un presupuesto en prórroga que no es la panacea, ni desde luego el instrumento adecuado para hacer política, pero que, dados los plazos y el calendario, es la única solución razonable que queda para encarar el futuro. Eso sí, se va a demostrar una cosa: que se puede gobernar con un presupuesto prorrogado, que se puede gobernar. Y se va a demostrar también que, a través de créditos extraordinarios, se va a poder reordenar el gasto mínimo y cumplir con las obligaciones con proveedores y con contratistas, que algunos están en una situación complicada o de asfixia. Les importaría mucho que usted señalase si va a reducir los plazos de pago a proveedores y si va a dar cumplimiento por fin a la Ley de Morosidad, porque, señor Fernández, también es una ley y, como usted manifestó su voluntad de cumplimiento escrupuloso de todos los textos legales en su conjunto, es decir, de todo nuestro ordenamiento jurídico, tenemos que entender que también a la Ley de Morosidad va a dar estricto y escrupuloso cumplimiento.
Habló de controles externos e internos y nos gusta la música, pero queremos conocer la letra, señor candidato. Los controles internos son los controles que ha de propiciar una intervención adecuadamente articulada y donde la fiscalización previa que se ha suprimido, y que yo creo y considero que ha sido un error, vuelva a ser establecida o reestablecida, porque a lo mejor, si hubiese habido esos controles de fiscalización previa, el caso Marea no se hubiese producido, por ejemplo. Y nos parece también muy bien, y me va a permitir aquí una aportación más personal que de Grupo, que se fortalezca desde el respeto institucional y desde la modificación legal necesaria a la Sindicatura de Cuentas de Asturias como órgano de control externo necesario, necesario.
Respecto a la deuda, usted se ha referido al dato disponible de deuda, que coincide con el que nosotros tenemos, que es el 9,1 sobre el Producto Interior Bruto. La deuda presenta una progresión y no existen previsiones, hasta el día de hoy, de contención del gasto corriente. Creemos que es necesario, y enlazo con el Plan Económico Financiero, presentar un buen plan donde no se haga una foto fija de la situación de un presupuesto prorrogado, que efectivamente puede presentar un ahorro, un ahorro, pero que es coyuntural y que lo que se necesitan son medidas estructurales que garanticen que, dentro de un año y de dos, Asturias va a estar cumpliendo los objetivos de déficit que están señalados para el conjunto de las comunidades autónomas y para el conjunto del país. Por tanto, es necesario presentar un buen plan, es necesario hacerlo en tiempo y forma y, también, yo le pediría un esfuerzo en el cumplimiento de los plazos, porque ustedes, en fin, salvo un paréntesis de 8 meses, estuvieron gobernando en esta región de continuo y de corrido, por tanto, deben conocer muy bien y deben tener gente muy especializada que, por cierto, siguen de jefes de servicio y siguen al frente de..., en fin, de todos los servicios de la Administración, prácticamente a excepción de los Consejeros, deben tener buena información porque hay buenos funcionarios y buenos servicios que se la pueden bascular y propiciar, se la pueden bascular y propiciar. Eso es lo que quería decir y no otra cosa, señor Fernández.
Compartimos, desde luego, con usted que es necesario hacer ajustes y que hay temas que a nadie nos gusta que caigan en el campo, en el ámbito del ajuste. Y me estoy refiriendo a Educación y me estoy refiriendo a Sanidad.
Cuando hablábamos de Sanidad, por cierto, a lo largo de esta mañana alguien dijo aquí que en algunas comunidades autónomas en lugar de grandes hospitales, se preferían circuitos de coches. A mí me pareció oírlo con esa simpleza expositiva, creo que se estaban refiriendo a la ciudad de Valencia, y quiero recordar a quien lo dijo que desde el año —creo recordar— 2011 hay un espléndido Hospital Universitario La Fe, en Valencia, que da satisfacción a todos los usuarios de la comunidad y que es un modelo en Europa porque es uno de los 20 mejores en el ranking europeo. O sea, que aparte de hacer circuitos de coches y decir simplezas en los discursos hay que ilustrar los temas con el rigor necesario, y nosotros también, desde luego, queremos escucharle a usted qué planes tiene respecto al Hospital Universitario Central de Asturias. Porque el Campus de la Salud parece que era un compromiso del que ustedes luego se olvidaron, que apareció inicialmente en las previsiones pero que, luego, ya nunca más se volvió a oír hablar de él. De lo que sí oímos hablar fue del aumento de modificados y sobrecostes que, cercano a los 90 millones de euros, supuso una obra que, o no se hizo la planificación adecuada, o hubo descontroles de gestión y descontroles presupuestarios a lo largo de su tramitación y de la evolución en el tiempo.
Y, claro, es que cuando ustedes hablan de Sanidad y, en fin, se ponen ustedes estupendos, cuando el Gobierno de Mariano Rajoy toma posesión, se encontró con una deuda de 16.000 millones de euros en la Sanidad pública española, ni más ni menos, y se encontró también con un gasto farmacéutico desbordado y, por tanto, a todo el mundo le gusta ofrecer motivos de satisfacción y, desde luego, no de restricciones. Le puedo asegurar que siempre es mucho mejor y más gratificante dar buenas noticias que dar malas noticias, a todos nos gusta más dar buenas noticias, pero cuando la situación es catastrófica, cuando la herencia recibida es de auténtico descontrol financiero y presupuestario, cuando el déficit está dislocado para garantizar, para garantizar ese Estado de bienestar que no es patrimonio de la izquierda, que es patrimonio constitucional de todos los españoles, tenemos que hacer algo para evitar ponerlo en riesgo, o en quiebra, si usted prefiere, en un futuro no muy lejano y, por tanto, hay que adoptar medidas y hay que ajustar las políticas.
Pero en materia sanitaria le diré de forma muy clara que nada se hará, desde luego, ni sin el acuerdo, ni de espaldas a las comunidades autónomas, entre otras razones, entre otras razones porque las competencias que tienen en materia de Sanidad lo son de las comunidades autónomas, y lo son por una transferencia que, por cierto, se hizo cundo gobernaban los populares en el conjunto de España. En conferencias sectoriales será necesario establecer la carta básica de servicios, que garantice que todos los españoles, con independencia de la Comunidad Autónoma en la que habiten o estén tengan esa carta mínima de prestación básica en materia de salud, y también, es muy importante, porque es eficiencia en el gasto, establecer —y así lo anunció la Ministra— una central de compras para que en lugar —y parece un dato irrelevante, pero es un dato económicamente significativo—, en lugar de comprar 17 modelos de vacunas, se pueda comprar de forma centralizada y lograr un coste y un precio mucho más eficiente. Y habrá personas que tendremos que pagar más por la Sanidad, pero los que menos tienen no tendrán que pagar por la Sanidad, tenga usted la tranquilidad y, desde luego, el convencimiento de que eso es así, que será un sistema justo y gratuito para todos, donde habrá una progresividad para aquellas personas que podamos y debamos hacer ese esfuerzo en aras del interés general.
Y por lo que a la Educación se refiere, nosotros, señor Fernández, sabe que ahí tenemos algunas discrepancias, yo diría que ideológicas, importantes. Nosotros apostamos siempre por la decisión de los padres en la búsqueda del centro adecuado para sus hijos, queremos que haya libertad de elección de los centros. Yo sé que ustedes, en fin, hablan mucho de la libertad, pero luego, cuando se pone en singular la practican a regañadientes y prefieren el uniformismo en la escuela pública que la comparación y la decisión de poder elegir comparando —que es como se elige bien— con unas variables y unas ratios que, por cierto, en Asturias es de las pocas comunidades autónomas en que no se establece ni se permite esa comparación para que la elección sea absolutamente racional y con todos los elementos de juicio.
Y hay informes, yo no me voy a extender demasiado en ellos, pero, desde luego, se habla también del aumento de las horas lectivas, la ratio que presenta nuestro país en su conjunto y, por tanto, son promedio de alumnos/ profesores de 8,6, es la segunda más baja de toda la Unión Europea y también de la OCDE, la segunda más baja. Luego, tenemos margen razonable para actuar, tenemos margen razonable para la actuación y el esfuerzo que, por cierto, establecía ya La Ley Orgánica de Educación, de incremento del 10% de niños por aula, lo único que hemos hecho en estos tiempos de crisis brutal, es ese 10% que ya venía determinado en la ley incrementarlo al 20, y tampoco, sinceramente, nos parece un escándalo, por lo menos a los de mi generación, por lo menos a los de mi generación, que 30 niños por aula en Primaria y 36 en Secundario sea la ratio determinada consecuencia de esta “brutal”, como ustedes califican, reforma en materia educativa. No nos parece que sea, desde luego, ni tan brutal, ni absolutamente desafortunada.
Señor candidato, no puede ser, usted lo dijo en la maña de hoy, que en un discurso de investidura, y ya le dije que no estábamos de acuerdo, que no lo compartíamos, usted dijo: “en un discurso de investidura no se pueden incluir todos los temas”. Oiga, pues no será por falta de tiempo, porque el tiempo es ilimitado, usted pudo hablar cuanto tiempo estimó, pudo enunciar todas las políticas y todos los ámbitos de actuación de su futuro Gobierno sin limitación de tiempo alguno, cuestión que los demás tenemos en fin, que ajustarnos a unos tiempos establecidos en el Reglamento. Esa falta de limitación en el tiempo, esa ilimitación para fijar su programa de Gobierno no la tuvo, por tanto yo tengo que concluir dos cosas: ¿fue por olvido?, ¿fue por desinterés o fue por interés en contentar a socios que tienen políticas contradictorias en algunas políticas concretas? Pues no lo sé, pero, desde luego, hay demasiadas lagunas en su discurso.
A los jóvenes asturianos no les ha dedicado usted, prácticamente, ni un minuto, y creame si le digo que son —y usted lo sabe— el futuro de esta región, y usted lo dijo, yo lo comparto, “la mejor inversión de futuro es apostar por la Educación y la Formación”, y lo comparto, pero debería usted haber ahondado más, a nuestro juicio en las oportunidades que pueden tener los jóvenes asturianos que presentan, que presentamos una media de paro juvenil muy por encima de la media nacional.
Tampoco se refirió usted a la Cultura, no hizo ni una sola referencia a la política cultural museística, al prerrománico, y supongo que no lo hizo porque no lo quiso hacer, señor Fernández, y lo quiso omitir porque lo quiso omitir. Y yo quiero decirle que, dentro de todo el conjunto de políticas, la cultura debe tener una prioridad, no sé secuenciar ahora mismo, pero debe tener una prioridad y debe tener un protagonismo en una acción de Gobierno, siempre, siempre. Y yo quiero decir, y decir públicamente y manifestar, el empeño del actual Consejero de Cultura en funciones por su tarea, que fue corta en el tiempo, pero que fue intensa y en defensa del interés general de Asturias, que yo agradezco y reconozco, señor Emilio Marcos Vallaure.
En medio ambiente. En medio ambiente usted no se ha extendido tampoco, no se ha extendido casi nada: “preservar el litoral”, “proteger el patrimonio natural”, “suministro de agua de calidad” y “gestión adecuada de los residuos”, que aquí debería usted, quizá, quizá, ser un poco más preciso, en lo de “gestión adecuada de los residuos”. Nada sobre espacios protegidos, nada sobre nuestros seis parques naturales, que son un orgullo para el conjunto de los asturianos. Y la parte asturiana del Parque Nacional Picos de Europa, ni siquiera una referencia romántica en su discurso, señor Fernández. Me ha usted defraudado en ese aspecto, me ha defraudado.
Mutismo sobre la gestión del agua, en sus vertientes de abastecimiento, de saneamiento y de depuración, aspectos muy importantes en la Asturias rural, a la que usted, por cierto, dio la espalda en su discurso: a la Asturias rural, al campo asturiano, a la ganadería y a la pesca, a la que no se ha referido ni por despiste. Nos parece importante, nos parece que se debe exigir en un territorio como el nuestro que usted se comprometa, por ejemplo, con la política activa en defensa de la ganadería asturiana y en defensa de la leche de Asturias. Y me gustaría también conocer qué opina usted de la futura reforma de la PAC y de la posibilidad de reconducir que sigan existiendo las cuotas lácteas que tan hábilmente se generaron y gestionaron en aquella fructífera cumbre de Berlín que fue tan positiva para los intereses de nuestra ganadería y de nuestra agricultura. Nosotros creemos que el futuro de Asturias, señor candidato, también se juega en el campo asturiano, también, también.
Y lo dijo a lo largo de la campaña electoral, pero aquí no dijo ni una palabra: no habló nada de un plan forestal, que nos parece que es una política necesaria en Asturias, articular un buen plan forestal. Y no tiene nada que ver, pero me viene a la memoria que también un plan activo de lucha contra los incendios para que, en la medida de lo posible, se pueda evitar la catástrofe a la que asistimos atónitos todos los asturianos el pasado año en el Valledor, arrasado por el fuego. Podría suponer que planificando y planeando bien las cosas se puedan evitar, en cierta medida, las catástrofes naturales.
Industria. La industria agroalimentaria, que en Asturias supone más de 9.000 empleos, no es poca cosa, no es poca cosa, y necesitamos seguir promoviéndola y apostando por políticas de I+D+i. Es necesario hacer esta apuesta porque forma parte del futuro inmediato de nuestra región y genera muchos puestos de trabajo que dan satisfacción a muchas familias asturianas, y por tanto ahí tenemos una buena acción para entender, a nuestro juicio, de apoyo de Gobierno.
De Asturias, señor Fernández, también son sus puertos, el puerto de Avilés y el puerto de Gijón, donde por cierto yo leí con inquietud a uno de sus socios que los quería fusionar. A mí eso no solamente no me gusta, sino que lo combatí con rebeldía, señor Iglesias, desde el Congreso de los Diputados, para que dos puertos distintos y distantes no tuviesen una gestión compartida. Yo espero, porque usted nada dijo, que el puerto de Avilés y el puerto de Gijón no tengan esa gestión compartida.
Y habló muy poco, lo decía alguno de los intervinientes, habló muy poco de la cultura emprendedora, habló muy poco de los autónomos y habló muy poco de la pequeña y mediana empresa, que son, desde luego, quienes tienen la posibilidad, con la ayuda desde la Administración, y sobre todo con la remoción de obstáculos desde la Administración, tienen la posibilidad de generar tejido productivo y por tanto generar empleos, que tanto necesitamos en Asturias. Sabemos que las economías más prósperas e innovadoras del mundo son aquellas que tienen mayor nivel de emprendimiento, y creemos que hay que apoyar y reconocer socialmente la figura del empresario, y también crear el marco propicio desde las Administraciones, desde la Administración autonómica también, un marco favorable para que desarrollen todas sus potencialidades y capacidades emprendedoras. En España, y lo dicen los estudios, no está muy bien visto ser emprendedor. Así como el 73 % de la población en Estados Unidos lo considera algo muy loable y un objetivo a cumplir, en Francia el 62 %, en España el índice de popularidad de la cultura emprendedora pasa solo por un 48 %. Luego algo tendremos que hacer desde los centros educativos para poder inculcar a los niños y a las niñas esa cultura emprendedora que luego les lleve en un futuro no muy lejano a ser los grandes emprendedores que Asturias necesita, que Asturias necesita.
En definitiva, señor candidato, usted sabe que no le vamos a prestar nuestro voto. No podemos decirle que no porque lo impide el Reglamento. Yo también asisto atónita a esta elección de Presidente donde se amputan las posibilidades de votación en un Parlamento: solamente se puede votar “sí” o uno se puede abstener, uno no puede votar en contra. Es la primera vez que asisto a una situación, en fin, tan insólita, donde solamente de las tres posibilidades de voto se puedan practicar dos. Pero le queremos invitar desde las filas populares a que no tenga miedo al futuro, a que tome la iniciativa, a que asuma riesgos, a que se atreva a construir un futuro diferente, porque lo exigen los nuevos tiempos. Lo decía antes, las recetas del pasado no sirven para abordar un futuro con nuevas oportunidades. Si nos quedamos quietos, parados, viendo pasar los acontecimientos y las oportunidades y solo nos lamentamos, las nuevas generaciones nos lo reprocharán con razón.
Hay que tomar la iniciativa, señor Fernández. Es una herramienta, se lo aseguro, de éxito. Es sorprendentemente muy escasa, y más escasa en los Gobiernos socialistas. Pero yo le animo, yo le animo porque el peor enemigo del cambio no es el “no”, es el “todavía no”. Y Asturias necesita recuperar el tiempo, necesita ganar la apuesta por el futuro, necesita poder decírsele desde este Parlamento, que tiene vocación de representar al conjunto de la sociedad asturiana, que tenemos proyectos y tenemos ganas de dar esperanza de futuro a los 100.000 parados asturianos, a las familias asturianas que están pasándolo muy mal. Necesitan respuestas rápidas; no necesitan, señor Fernández, preguntas, que bastante se hacen ellos para acabar el mes. Necesitan la respuesta del gobernante, necesitan la acción de un Gobierno decidido y necesitan también un Gobierno que sepa dar cuenta a la sociedad de lo que hace, de lo que piensa y en lo que cree.
Ese reto, apasionante, por cierto, lo tiene usted por delante, con su Gobierno, con sus socios de Legislatura y con el Grupo Parlamentario Popular en la oposición, con la lealtad que ustedes le han otorgado a Mariano Rajoy. Yo le voy a otorgar a usted la misma lealtad que el señor don Alfredo Pérez Rubalcaba otorga a Mariano Rajoy, y creo que nos vamos a entender. Con esa simetría y con esa reciprocidad es con las que nosotros enfrentamos esta Legislatura, disminuida en un año, y que se inicia con su investidura y con su nueva andadura de Gobierno.
Muchas gracias.