De martes a domingo, a partir de las 19.30h, se podrá disfrutar de lo cócteles preparados por Paula Roque
Este jueves, 26 de mayo, a las 19.30h, se abre al público la coctelería del Centro Niemeyer: 'Casa de Cócteles'. La coctelería es la disciplina más joven dentro del halo gastronómico y la intención de los responsables, Pedro y Marcos Morán, es hacer de ella lo mismo que con el resto de actividades gastronómicas que se desarrollen en el Centro: educación, ocio, cultura y excelencia.
La carta de cócteles tendrá varias característica especiales. Por un lado siempre habrá oferta de cócteles de inspiración asturiana, ya sea en conceptos tradicionales o vanguardistas. Por otro, se tendrá especial atención a las exposiciones que se estén mostrando en el Centro, así como las actividades diarias.
Por último, habrá interrelación entre la gastronomía sólida (la del otro lado de la torre) y la gastronomía líquida. Además se harán charlas, presentaciones de productos, actividades formativas y demostraciones.
La 'Casa de Cócteles', que estará dirigida por la brasileña Paula Roque, estará abierta en lo siguientes horarios:
- De martes a jueves de 19:30h a medianoche.
- Viernes y sábado de 19:30h a 2 de la madrugada.
- Domingo de 19.30h a medianoche.
Paula Roque es un icono para la coctelería femenina de nuestro país. La coctelería, que hace pocos años empezó a recuperarse, primero como espectáculo acrobático y luego como ciencia e investigación; comenzó su despegue, como pasó con la cocina, de la mano de figuras masculinas. Ahora, gracias al empeño de mujeres como esta brasileña afincada en España, el movimiento femenino arrasa en los mejores concursos de bartenders.
Fue a los 22 años, trabajando como modelo, cuando empezó a descubrir el fascinante mundo de la gastronomía y la hostelería, entonces estaba viviendo en São Paulo y viajando por Brasil. Sus primeros pasos los dio con dos amigos, montando una crepería, Le Clan, pero sería más tarde, en Porto Alegre, donde conoció a un gran flair bartender, Walter Garin, con quien se fue a Argentina a conocer la Universidad del Cóctel. Allí se convenció de que lo suyo era la coctelería, pero la pura, lejos de las maniobras del flair (técnica de lanzar la coctelera por los aires en movimientos acrobáticos). Unos años más tarde decidió viajar a Europa y hacer su primera escala en España, cinco años después continúa en nuestro país. El año pasado quedó finalista en el prestigioso concurso World Class 2010.