Una visita al Centro Social Ocupado en la antigua consejería de Sanidad, que cumple seis meses de vida
Por Carmen Peláez/AM.-Alba y María, por citar a dos de los miembros del Centro Social Ocupado Autogestionado La Madreña, son estudiantes universitarias y querían "recuperar un espacio público arrebatado por la especulación". Claro que la constructora promotora Sedes, dueña del espacio, no comparte esta opinión.
En noviembre del año pasado formaron parte del grupo de personas que decidió ocupar, limpiar, reutilizar, el edificio de la antigua consejería de Salud en la ovetense calle de General Elorza y que llevaba vacío desde el año 2008. No fué su primera opción ya que antes solicitaron la cesión del antiguo Instituto de San Lázaro y "lo que conseguimos fué que a los 15 días de presentar la solicitud, lo derribaran", explican. Con esta experiencia decidieron no dar publicidad a su siguiente objetivo.
De este modo, el edificio abandonado de la antigua consejería, que se encontraba a la espera de derribo para construir unas viviendas de lujo se convirtió en La Madreña. Y los chavales, que creen que en todas las puertas pone: 'Empuje', al igual que antes lo pensaron sus padres y sus abuelos, se convirtieron en activistas que "denuncian la especulación urbanística" y pretenden "construir un espacio social y cultural alternativo, gestionado colectivamente". Y no está mal porque cuestionarse la forma y el modelo de vida de sus padres es una de las maneras en las que cada generación contribuye a que la sociedad avance. Aunque siempre le toque pagarlo a alguien.
La Madreña crece cada semana. Desde hace cinco semanas sin luz, cortada finalmente por los propietarios, y con el agua que recogen en un depósito. Los seis meses que cumplen hoy, sábado, se celebran con unas Jornadas de reencuentro. Uno de sus proyectos mas inmediatos es limpiar los escombros que se encontraron en la parte de atrás del edificio y llevarlos a un Punto Limpio. El lugar se convertirá entonces en una bolera asturiana. ¡revolucionarios!.
En estos meses, La Madreña ha ido albergando actividades propuestas por los participantes y completando un amplio programa fijo al que se suman conciertos y comidas populares. Esta implicación con el vecindario es una de sus banderas, "queremos recuperar el espacio para el barrio así que es importante tener relación con los vecinos a través de jornadas abiertas, comidas, grupos de trabajo con ellos...", matizan. Los conciertos terminan a una hora prudencial y el espacio está artesanalmente aislado para evitar ruidos al exterior.
Salvo una primera visita de los propietarios del edificio instándoles a abandonarlo no han tenido presiones gubernamentales para deponer su actitud y las frecuentes visitas de las fuerzas públicas son cordiales, "la policia aparece por aquí cada poco, nos conocen, y nosotros a ellos", aseguran, "les hemos visto venir a conciertos vestidos de paisano y también incluso abrir algún cajón o mirar papeles, pero aquí no tenemos nada que ocultar".
Lo cierto es que una visita por las tres plantas del edificio permite comprobar que en una sala se desarrolla un taller de crianza de bebés y en el espacio que en su día fue la recepción del centro un grupo de jóvenes charlan en inglés rodeando a una mujer de mediana edad. "Ella es una de nuestros colaboradoras, un día vino y nos dijo que daría clases de conversación en inglés. Y se hizo. Todas las aportaciones son bienvenidas".
Además hay yoga, capoeira, laboratorio de teatro, cineforum y hasta acrobacias a dúo. No suena mal. La biblioteca ocupa un amplio espacio y crece con aportaciones de libros, el espacio lleno de sillones de oreja descabalados invita a la reflexión serena. El estudio de grabación aislado con hueveras clavadas en la pared; los bailes latinos... Parece un espacio social y cultural abierto a múltiples actividades.
En la coordinación, siempre en comisiones y de forma asamblearia, hay miembros del 15-M, pero también están la Coordinadora Ecoloxista COSAL, Escanda, Cambalache, Kamante Teatro, L´Arcu la Vieya, Sestaferia, Glayíu, Radio QK, Uviéu Antifa y una larga lista de colectivos. Recientemente el colectivo Sos Cultura de la ciudad les incluyó en su circuito de conciertos y celebraron una jornada folk en las instalaciones recuperadas por ellos mismos.
No saben como acabará su aventura, pero creen en lo que están haciendo. Alba y María, por poner dos ejemplos, hablan con convencimiento y serenidad de sus objetivos. Alba vino hace algunos años de Madrid buscando un lugar mejor y estudia Historia del Arte; María estudia Filología Alemana y Portuguesa y lo compagina con el Conservatorio donde toma clases de violonchelo. Son dos ejemplos de los jóvenes que crearon La Madreña. No parecen radicales anti sistema si no jóvenes buscando otras formas de conviviencia frente a las de nuestra exhausta sociedad. Igual es eso lo radical y revolucionario. Son el futuro, en cualquier caso.
4 comentarios
# OVETENSE Responder
13/05/2012 10:35Gracias por acercarnos a todos esta experiencia colectiva. Me hace creer que todavía los jóvenes podrán cambiar el mundo.
# RamonPG Responder
13/05/2012 13:43Bienvenía otra vegada Carmina. Yera hora de volver lleer un reportaxe galloleru. Sicasí el mio parecer de La Madreña ye un puquiñín extremao. Pero claro, yo nun tuve allí. Nin conozo a Alba y María. Norabona reportera.
# yayo Responder
13/05/2012 21:34Qué gusto volver a leerte y además con una historia tan interesante. Espero con ganas la siguiente entrega.
# tribuno Responder
16/05/2012 19:39Impresionante. Ya quisiera yo tener a esta gente tan "PELIGOSA" como vecinos...