Por Grupo Navega.-El Team Telefónica acaba de finalizar la sexta etapa de la Volvo Ocean Race: 4.800 millas de navegación entre Brasil y Miami, en Estados Unidos, donde el equipo español se prepara ya para cruzar de nuevo el charco y volver a Europa tras seis meses navegando por otros continentes. El patrón del “Telefónica” hace balance de los 17 días de etapa.
El inicio de etapa fue muy bueno para vosotros, ¿cómo recuerdas la salida de Itajaí (Brasil)?
El primer día de etapa fue un día interesante, porque salimos con bastante viento y obviamente hacer una ruta más al Norte era positivo en todos los sentidos: el barco hacía un ángulo más rápido y te acercabas más a la meta. Pero era relativamente arriesgado porque sabíamos que la zona de Cabo Frío era muy complicada y un sitio donde te puedes quedar sin viento durante mucho tiempo, con lo cual queríamos invertir yendo un poco más altos y más despacio para luego no tener un problema que nos pudiese hacer perder la etapa. Luego al final ocurrió algo muy diferente de lo que habíamos esperado, pero el plan inicial era ése, era lo que queríamos hacer y seguimos nuestra idea inicial.
Esta etapa se ha caracterizado por las zonas de calmas que probablemente os mantuvieron durante mucho tiempo frente a la pantalla de la mesa de navegación en un intento por sortearlas y preverlas lo mejor posible. Las primeras llegaron antes del Ecuador, ¿cómo planeasteis vuestra estrategia antes de llegar a la Latitud 0.
Tuvimos un momento donde había muy poquito viento y muy variable, y a partir de ahí ya entraríamos en un viento más estable y probablemente cuanto más al Norte fuésemos más viento habría, y por lo tanto las distancias podrían aumentar. En ese momento lo único que teníamos en la cabeza era no perder la etapa, siempre pensamos que la opción inteligente era el estar seguros de que no habría una pérdida enorme y que luego había muchas millas y que podíamos pelear la etapa. Desde el principio de la regata, hemos pensado que los riesgos grandes no son asumibles durante una regata tan larga.
Durante nueve meses si arriesgas tantas veces, alguna vez te vas a llevar el premio gordo, y por lo tanto siempre hemos querido ser prudentes y en ese momento fue lo que hicimos: intentar estar cerca de los demás, no tomar opciones arriesgadas y salir en el grupo de cabeza y así lo conseguimos. Conseguimos llegar al Ecuador con el grupo de cabeza, que era el plan.
El mar del Caribe y sus vientos ligeros convirtieron el camino de nuevo en una cuesta arriba…
Llegamos a la parte final en el Caribe los tres barcos muy cerca. Ahí empezaba ya el final de la etapa y aunque sabíamos que íbamos a tener unas condiciones muy complejas nunca pensamos que podría ocurrir lo que ocurrió, que quedásemos atrapados en esa zona de poco viento y que fuese durante un periodo tan largo que diese a nuestros rivales el tiempo suficiente para irse a una distancia ya inalcanzable y, peor todavía, que le diese a “Groupama” para pasarnos. Estando a menos de 20 millas de distancia de “Camper” y “Puma”, ellos tuvieron un viento que les permitió poder continuar para adelante con el viento antiguo y nosotros nos quedamos atrapados en unas calmas donde no pudimos hacer gran cosa.
¿Fue a partir de ahí cuando su objetivo pasó a ser “Groupama” y la tercera plaza?
Cuando las cosas se torcieron de todo en nuestra cabeza estaba intentar no perder esa posición con “Groupama”. Tuvimos que hacer un poco de ruta hacia el Oeste y quemar todo ese tiempo sólo para posicionarnos de nuevo. Fue doloroso, pero el plan funcionó realmente bien. Pasamos a pelear un día y medio prácticamente viéndonos en todo momento, y seguimos intentando el pasarles por un lado o por otro, intentado seguir teniendo oportunidades o crearlas oportunidades.
¿Cómo se hace para mantener la moral y el ánimo a bordo en los momentos duros?
Cuando pierdes muchas millas no es un sentimiento agradable. Obviamente la gente no estaba contenta, pero tenemos un equipo que en ese sentido es muy bueno: cuando las cosas se complican todo el mundo intenta tirar hacia delante y cuando perdimos tantas millas con los de cabeza y vivimos la situación con los franceses, nos daba mucha rabia, pero nuestra cabeza estaba puesta en intentar ganar una plaza que era muy importante e hicimos lo que pudimos.
Yo creo que en cualquier regata tienes que intentar hacer todo lo que puedas y si lo haces estás relativamente tranquilo. Durante nueve meses, en una regata tan larga, vas a tomar decisiones correctas y decisiones erróneas, vas a tener buena y mala suerte. Eso va a ocurrir siempre y en esta ocasión ha ocurrido lo que ha ocurrido, pero estoy contento con el equipo y no fue en ningún momento una sensación de frustración. Fue tal vez una situación de desánimo, de decir “esto no es lo que queríamos”, pero tiramos para adelante.
¿Cómo valoras el resultado final de estas 4.800 millas entre Brasil y Miami?
El resultado de esta etapa no es bueno para nosotros, eso no lo podemos negar. También es verdad que, si quieres ser positivo, podría haber sido mucho peor ya que hubo un momento en el que la situación era caótica y “Groupama” podía haber ganado la etapa y nosotros quedar cuartos también y hubiésemos podido perder el liderato de la regata. Eso sí que hubiese sido un golpe muy duro.
Hay que ser realistas, cualquier cosa puede ocurrir pero seguimos liderando, el equipo es bueno y el barco también y tenemos muchas opciones. De hecho, estamos donde a todos les gustaría estar, que es delante y con algunos puntos de ventaja. Sin duda alguna es una situación privilegiada en la que estamos.
¿Cómo afronta el Team Telefónica la recta final de la vuelta al mundo?
Cada vez falta menos para el final y ahora llega el momento de apretar. Llega el momento de la verdad. Es como cuando en unos Juegos Olímpicos llega la última regata y hay que ganarla para ganar los JJ.OO. y ahí hay que dar el “do de pecho”, sacar el talento y hay que ganar, a rematar. Ahora estamos llegando a ese momento, la regata llega a su fin y hay que salir y hay que ganar a los demás. No hay nada más.