Por Econonuestra.-Los recortes en los servicios públicos ha llegado también, efectivamente, a las universidades. Se ha anunciado una subida media del 50% de las tasas, recortes en becas universitarias, una “remodelación” del mapa de universidades y titulaciones y un aumento de las horas lectivas de los profesores, con la clara intención de reducir las plantillas. Todo ello, además, utilizando datos falsos y argumentos que trasladan la idea de que, al final, los problemas de la universidad se derivan del escaso esfuerzo de estudiantes y docentes.
Los sindicatos han convocado una huelga general en toda la educación pública el próximo 22 de mayo, y se están poniendo en marcha distintas iniciativas para denunciar el efecto negativo que, para el empleo y las condiciones laborales de los trabaladores de la enseñanza, pero también para el conjunto de la sociedad, tendrán los recortes que se están poniendo en marcha. Desde econoNuestra nos hacemos eco, en particular, del manifiesto NO A LA DESTRUCCIÓN DE LA UNIVERSIDAD PÚBLICA, que está recogiendo un buen número de adhesiones y que puede leerse y firmarse aquí.
Lo cierto es que estos recortes, en la universidad y en el resto del sistema educativo, tendrán graves consecuencias desde el punto de vista económico y social:
1. El importantísimo aumento de tasas junto con el recorte de becas es un ataque a la igualdad de oportunidades. Los alumnos menos adinerados ya tienen dificultades para acceder a la universidad, y los que lo hacen estudian becados. Para el resto se está imponiendo un cambio en el modelo que nos lleva a una universidad más cara y con menos alumnos.
2. El aumento de la carga docente para los profesores, además de condicionar su labor de investigación y la calidad de su docencia, es una vía directa para el despido masivo de profesores no funcionarios que, de hecho, ya se está produciendo en muchas universidades, y una descapitalización futura por la vía de la expulsión de nuevas generaciones de investigadores y profesores.
2. La universidad española está inmersa desde hace años en un proceso de cambio y adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior (el Plan Bolonia) que requiere una reducción del número de alumnos por grupo y que supone un notable aumento de la carga de trabajo por grupo para los profesores (prácticas, trabajos tutelados, seguimiento más individualizado de los progresos de los estudiantes). Las medidas propuestas y sus consecuencias sobre la reducción de la plantilla van en una dirección completamente opuesta e impedirán la aplicación de esta nueva metodología con la calidad que se requiere.
3. El recorte y la presión sobre docentes e investigadores tendrá un efecto negativo sobre la investigación, aunque se pretenda convencernos de que el objetivo es mejorarla. ¿Podemos permitirnos debilitar uno de los pilares del crecimiento económico en un momento como el actual, en el que se precisa precisamente un cambio en el modelo productivo?