El Banco Mundial ofrece apoyo financiero a las reformas de Egipto y Túnez hasta 6.000 M US$

El Banco Mundial ofrece apoyo financiero a las reformas de Egipto y Túnez hasta 6.000 M US$

La Primavera Árabe representa oportunidades y desafíos, pero las reformas son tan importantes como el dinero, dice el Banco Mundial días antes de las reuniones del G-8

 

El presidente del Grupo del Banco Mundial, Robert B. Zoellick,anunció hoy un monto de hasta US$6000 millones en nuevo apoyo financiero del Banco para Egipto y Túnez en los próximos dos años, respaldo que estará vinculado a los progresos que realicen ambos países tras sus respectivas revoluciones para modernizar sus economías, de manera que puedan ofrecer más oportunidades a sus habitantes.

 

“El pueblo del Oriente Medio y norte de África quiere dignidad, respeto, empleo y la oportunidad de una vida mejor. Para que se pueda cumplir la promesa de la Primavera Árabe se requerirán auténticas reformas que profundicen la inclusión, promuevan la participación y amplíen las oportunidades", dijo Zoellick días antes de la reunión del Grupo de los Ocho (G-8) que se celebrará esta semana en Francia. “Nuestro respaldo, y el de otros, puede mantener el impulso y acelerar los progresos, pero únicamente si ello va acompañado de verdaderas reformas”.

 

Zoellick dijo que había US$4500 millones disponibles para Egipto para los próximos 24 meses, como parte de un paquete de financiamiento que incluiría un programa del Fondo Monetario Internacional (FMI) orientado a suplir insuficiencias en el presupuesto y las reservas, además de reformas para mejorar las perspectivas de crédito e inversión. El apoyo financiero incluye US$1000 millones para el presupuesto de Egipto de este año, vinculados a reformas en materia de gobernabilidad y apertura, y otros US$1000 millones que estarán disponibles el próximo año, dependiendo de los progresos que se realicen. El resto consistiría en financiamiento para inversiones en proyectos específicos, financiamiento para empresas privadas y garantías contra riesgos políticos. El Banco ya está preparando un programa de apoyo de US$200 millones para infraestructura pública con uso intensivo de mano de obra, y en los próximos 24 meses desembolsará otros US$1000 millones correspondientes a préstamos existentes.

 

Para Túnez, Zoellick dijo que se dispondría de US$1000 millones en apoyo del presupuesto y para proyectos de inversión. Estos recursos se suman a los US$500 millones ya anunciados por el Banco como parte de un paquete de financiamiento de US$1200 millones del Banco Africano de Desarrollo y donantes europeos destinado a un programa sobre gobernabilidad y oportunidades en respaldo de las iniciativas de Túnez en materia de libertad de asociación, acceso a la información, transparencia en las adquisiciones públicas, participación de los beneficiarios en la prestación de servicios, y reeducación profesional de trabajadores desempleados. El apoyo de la Corporación Financiera Internacional, la institución del Banco que se ocupa del sector privado, con destino a dicho sector en Túnez podría ascender a US$400 millones. El Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones (MIGA), la institución del Banco que otorga garantías contra riesgos políticos, espera otorgar garantías por valor de hasta US$100 millones por año.

 

Zoellick dijo que el Banco Mundial estaba trabajando en estrecha colaboración con el FMI y otros bancos multilaterales de desarrollo en un planteamiento integrado para estabilizar y modernizar las economías de la región. Estos esfuerzos conjuntos se discutirán en la cumbre del G-8 que tendrá lugar esta semana en Deauville (Francia).

 

“La nueva participación pública en muchos países del Oriente Medio y norte de África ofrece la oportunidad a los pueblos de la región de tomar el destino en sus propias manos”, dijo Zoellick. “Es necesario que los Gobiernos dejen atrás el pasado y se vuelvan más abiertos, responsables y transparentes, para que sus ciudadanos puedan cumplir la función que merecen en el proceso de desarrollo”.

 

Los anuncios sobre el nuevo apoyo financiero del Banco Mundial se producen en momentos en que la institución ha dado a conocer nuevos pronósticos que mostraban una marcada desaceleración del crecimiento económico en el Oriente Medio y norte de África.

 

Las cifras económicas actualizadas del Banco para la región pronostican que el crecimiento económico en 2011 será del 3,6%, tasa inferior al 5% que se había estimado previamente. Ello se debe sobre todo a la brusca caída de la actividad económica de Túnez y Egipto, pero también al menor crecimiento registrado en los países en desarrollo exportadores de petróleo. En el informe se señalaba también que el aumento de los precios de los productos básicos podría acelerar la inflación. En particular, el mayor precio de los alimentos podría perjudicar de manera desproporcionada a la población pobre de la región.

 

En los días previos a la reunión del G-8 que se realizará esta semana en Francia, el Banco emitió un informe en el que se destacan cuatro pilares fundamentales para el desarrollo en la región:

 

Fortalecimiento del marco de gobernabilidad: Poner especial atención a la apertura del Gobierno a la gente, brindar respaldo a la sociedad civil con miras a aumentar la responsabilidad social, utilizar la tecnología de la información y las comunicaciones para promover la gobernabilidad y el desarrollo, dar seguimiento a la prestación de servicios y robustecer el gobierno de las empresas.

 

Inclusión económica y social: Impulsar las oportunidades que existen para las regiones que se han quedado rezagadas, como la parte centro-occidental de Túnez y el bajo y alto Egipto; ampliar la participación de la mujer en la economía y la sociedad en una región que registra las tasas más bajas del mundo de participación de mujeres en la fuerza de trabajo, y promover las redes de protección social y modalidades de apoyo focalizado para los pobres.

 

Creación de empleo: Reducir la tasa de desempleo (que alcanza el 10%) y la tasa de desempleo entre los jóvenes (que llega al 24%); en la próxima década se necesitarán 40 millones de puestos de trabajo adicionales, e incluso más si las bajas tasas de participación en la fuerza laboral aumentan a los niveles observados en otras regiones. El desafío para las mujeres jóvenes es mayor aun: en Egipto y Jordania la tasa de desempleo de las mujeres jóvenes es de 40% aproximadamente.

 

Aceleración del crecimiento del sector privado: Este sector constituye la principal fuerza impulsora del empleo y la innovación, y el Oriente Medio y norte de África es la región menos integrada en la economía mundial. El comercio exterior y las inversiones internacionales pueden aportar capital, tecnologías, conocimientos técnicos y conexiones a los mercados. La inversión interna puede multiplicar las oportunidades de crecimiento en una nueva estructura competitiva.

 

En un discurso pronunciado el 6 de abril en el Peterson Institute en la ciudad de Washington, días antes de las Reuniones de Primavera del Banco, Zoellick expuso un amplio programa de políticas para el Oriente Medio y norte de África. En dicha alocución, titulada “El Oriente Medio y norte de África: Un nuevo contrato social para promover el desarrollo”, se propiciaba una mayor participación ciudadana y una mayor rendición de cuentas y apertura de los Gobiernos para abordar los numerosos desafíos que enfrenta la región.

 

FOTO: Sede central del World Bank. Shiny Things.

 

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