MSF.-Las tensiones y hostilidades entre Sudán del Sur y su vecino del norte continúan. Médicos Sin Fronteras (MSF) amplía su respuesta de emergencia atendiendo a heridos, aportando suministros y personal de apoyo a clínicas y hospitales, y asistiendo a desplazados por los enfrentamientos.
Los equipos de la organización están atendiendo y operando a heridos durante la reciente oleada de violencia en torno a la disputada zona de Abyei, en el hospital de la organización en Agok (norte del estado de Warrap) y en el de Aweil (estado de Bahr el Gazal del Norte). MSF también ha reforzado su capacidad de repuesta quirúrgica por si se degrada la situación.
En Abiemnom y Bentiu (estado de Unidad) MSF también ha donado medicamentos y material médico a los hospitales locales, a los que han acudido muchas personas heridas en los recientes combates. Dos médicos de la organización se han trasladado temporalmente al hospital de Bentiu para dar apoyo al personal del centro.
A lo largo de la frontera del norte en el estado de Unidad, MSF dispensa atención médica vital y suministra agua limpia a los refugiados sudaneses en el campo de Yida. En las seis últimas semanas, más de 6.000 nuevos refugiados han huido del conflicto armado en el estado sudanés de Kordofán del Sur. Con la estación de lluvias a la vuelta de la esquina y una población que sigue aumentando, MSF está ampliando sus servicios médicos para responder a las necesidades de los refugiados y controlar las epidemias entre la población.
MSF también está organizando clínicas móviles en la región de Abyei, cerca de la zona de conflicto, distribuyendo material de abrigo y artículos de primera necesidad como mantas, jabón y utensilios de cocina a los desplazados por la violencia. En Rumamer, donde el número de desplazados se ha triplicado en pocos días, MSF ha distribuido materiales a 1.120 personas, principalmente mujeres y niños.
Otras crisis en el país
Además de la actual respuesta al conflicto fronterizo, MSF sigue proporcionando atención médica en dos campos de refugiados en Jamam y Doro, estado del Alto Nilo, que acogen a unos 90.000 refugiados que huyeron de la violencia en el estado del Nilo Azul en Sudán, al norte de la frontera. La población refugiada en Jamam y Doro sigue creciendo y se enfrenta a una importante escasez de agua. MSF y otras organizaciones humanitarias realizan una carrera contrarreloj para aportar los medicamentos y materiales suficientes antes de que llegue la estación de lluvias y las carreteras se vuelvan impracticables en esta remota zona de Sudán del Sur.
Los últimos episodios violentos no son el único reto al que la organización tiene que enfrentarse. Sudán del Sur está sufriendo múltiples crisis, incluyendo una precaria situación de seguridad alimentaria, afluencias masivas de refugiados, grandes brotes de enfermedades mortales e infecciosas, e intensas tensiones y conflictos intercomunales.
En el estado de Jonglei, MSF sigue respondiendo a las necesidades de miles de desplazados por los muy violentos enfrentamientos entre comunidades. En el estado de Warrap, ha lanzado una campaña masiva de vacunación a unos 40.000 niños de edades comprendidas entre los 6 meses y los 15 años en respuesta a un brote de sarampión.
Un equipo de la organización también dispensa atención ambulatoria en dos emplazamientos del condado de Renk (estado del Alto Nilo) a los retornados sursudaneses que hace poco abandonaron Jartum, la capital de Sudán.
FOTO: Sudán del Sur, marzo de 2012 © Robin Meldrum/MSF