FACUA.-Ante el anuncio del Gobierno, FACUA-Consumidores en Acción advierte que subir los impuestos al consumo representa un ataque sin piedad a los consumidores para no perjudicar a las grandes corporaciones y las rentas más altas.
Subir el IVA -también ocurrirá con tabaco, alcohol y combustible- es una medida regresiva que perjudicará más a las menores rentas, justo en el peor momento para la economía de millones de familias y con uno de cada cuatro ciudadanos en activo en paro, critica la asociación.
Esta medida supone, denuncia FACUA, un suma y sigue en las medidas llevadas a cabo por el Gobierno en perjuicio de los ciudadanos, recortándoles derechos y atentando contra la grave situación económica que atraviesa multitud de consumidores, para beneficiar o evitar que resulten perjudicados determinados sectores empresariales que van a salir de la crisis especialmente fortalecidos.
FACUA reclama al presidente Rajoy que busque fórmulas realmente solidarias, que afecten especialmente a las rentas más altas y a las empresas con mayores beneficios.
Como hizo cuando el Gobierno de Zapatero anunció la primera subida del Impuesto sobre el Valor Añadido, FACUA plantea que en lugar de un incremento generalizado, debe estudiarse la creación de un IVA más elevado que el general para determinados productos que distan mucho de ser de primera necesidad, como de hecho existe un IVA reducido y otro superreducido atendiendo a criterios sociales.
Subir los impuestos indirectos no será precisamente un acicate para estimular el consumo, advierte FACUA, que señala que el efecto positivo que en cualquier caso tendría sobre los ingresos a la Hacienda Pública no puede suponer una justificación sin más, por lo que deben buscarse alternativas con resultados más justos y equitativos.
El mayor sacrificio fiscal debería ser exigido por el Gobierno a quienes más tienen, y no al revés.
Así, si bien podrían encontrase determinadas justificaciones a subir los impuestos indirectos que gravan a determinados productos, como el tabaco, FACUA advierte que también hay artículos que precisamente deberían de ver reducida su fiscalidad para beneficiar a los consumidores, como los pañales para niños, las compresas y tampones, los preservativos, los aparatos y dispositivos de ayuda para discapacitados y las sillas para bebés.
Medidas sobre las que España debe impulsar un nuevo debate en Bruselas, donde fueron rechazadas en 2009