SINC.-Un grupo de investigadores de las universidades de Valencia, Groninga (Holanda) y Palermo (Argentina) ha analizado las diferencias entre hombres y mujeres en su manera de sentir celos y envidia en el trabajo.
“Las mujeres con un alto nivel de competición intrasexual son más celosas si la rival es más atractiva y más envidiosas si la rival es más poderosa y dominante. En los hombres no se obtienen estos resultados, ya que ninguna de las características del rival que provocan celos y envida predicen la competición intrasexual”, declara a SINC Rosario Zurriaga, investigadora de la Universidad de Valencia, y una de las autoras del estudio que ha publicado Revista de Psicología Social.
La rivalidad intrasexual se refiere a la competición con otras personas del mismo sexo impulsado por el afán de obtener y mantener el acceso al sexo opuesto. Zurriaga, junto con investigadores de las universidades de Groninga (Holanda) y Palermo (Argentina) ha analizado este tipo de rivalidad a través de cuestionarios repartidos directamente a 200 sujetos en sus puestos de trabajo.
De ellos, finalmente seleccionaron 114, “una muestra suficiente ya que se trata de un estudio exploratorio”, explica la experta de la Universidad de Valencia.
Distinguieron entre dos emociones: celos, que se conceptualizan como una amenaza o pérdida de logros en una relación debido a la interferencia de un rival, e implican pérdida o amenaza de pérdida de lo que se poseía; y envidia, que se conoce como una respuesta a otra persona que posee logros, habilidades o cualidades que uno desea, e involucran carencia en comparación con el envidiado.
"Las mujeres con un alto nivel de competición intrasexual son más celosas si la rival es más atractiva y más envidiosas si la rival es más poderosa y dominante"
Según sus resultados, en general la competición sexual provoca más celos y envidia en las mujeres. No obstante, tanto en hombres como en mujeres las habilidades sociales de los rivales provocan estas dos emociones. “Este resultado pone de manifiesto la importancia de las destrezas sociales en entornos laborales”, afirma Zurriaga.
Prevenir los efectos negativos de estas emociones
“Nuestra investigación pretende clarificar el papel de emociones como los celos y la envidia en el trabajo. Estos sentimientos no han sido muy estudiados en contextos laborales y pueden generar estrés en los trabajadores y afectar negativamente a la calidad de vida laboral”, añade la investigadora.
La principal implicación que se deriva de este estudio es que, para prevenir los efectos negativos de estos sentimientos, se deben modificar aspectos como la percepción de amenaza, pérdida o comparación con otros en el trabajo.
“Esta es una de las primeras investigaciones que examina las características del rival en este entorno y contribuye a entender mejor conflictos y problemas que pueden ocurrir en las relaciones laborales”, concluyen.
El 26% de los trabajadores encuestados trabajaban en la administración, el 21% en el sector servicios, el 30% en educación y el restante en sanidad y otras profesiones. Respecto al sexo, se repartió la muestra al 50% entre hombres y mujeres, con una media de 36 años y 11 de permanencia en la empresa actual.
FOTO: La competición sexual provoca más celos y envidia en las mujeres. Imagen: Victor 1558.