La impulsividad se asocia tanto al déficit de atención con hiperactividad (TDAH) como al consumo de estupefacientes. Sin embargo, en contra de lo que se pensaba, ambos tienen un origen neuronal distinto. Se ha demostrado gracias a un test psicológico sobre 2.000 adolescentes.
La conducta impulsiva es una de las características de cualquier adolescente y en especial de aquellos que sufren Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH). Este tipo de comportamiento también se asocia a patrones de abuso en el consumo de drogas. Los resultados de una investigación demuestran que, en contra de lo que se pensaba, las redes neuronales que están en la base del TDAH y del consumo de drogas son distintas.
Robert Whelan, investigador de la Universidad de Vermont (EE UU) y su equipo han utilizado una prueba psicológica, el test de la señal de detención, para investigar la capacidad inhibitoria o de autocontrol de una persona. En esta prueba, en la que participaron 2.000 adolescentes, el sujeto ha de detener un movimiento cuando recibe una determinada señal. En personas impulsivas, consumidoras de drogas y con TDAH, el tiempo de reacción es más largo de lo normal.
“Hemos identificado por primera vez las distintas redes neuronales que contribuyen a los aspectos clínicos y conductuales de la impulsividad”, afirma Whelan. Los resultados de su estudio demuestran que estas conexiones son distintas en el TDAH que en el consumo de drogas y que, por lo tanto, conductas similares pueden tener un origen neuronal completamente distinto.
"Hemos identificado por primera vez las distintas redes neuronales que contribuyen a los aspectos clínicos y conductuales de la impulsividad"
“Aunque hemos demostrado que no hay relación directa, nuestras estas conclusiones no significan necesariamente que los síntomas del TDAH no potencien el consumo de drogas –alerta el científico–. La relación entre estas dos conductas también puede aparecer más tarde durante la adolescencia”.
Adolescencia y riesgo
“El comportamiento de riesgo que tienen muchos jóvenes es una fase normal del desarrollo de los mamíferos y es necesario para adquirir las habilidades que nos permiten independizarnos en la edad adulta”, comentan los autores de este trabajo.
Los científicos creen que entender las bases neurológicas del autocontrol es clave para mejorar la salud pública de los adolescentes, ya que es en este período vital cuando acostumbran a emerger desórdenes psicológicos, muchos relacionados con la impulsividad. “Los estudios sobre el funcionamiento del cerebro en adolescentes son muy escasos”, señala Whelan.
FOTO: Imagen: Robert Whelan/ Hugh Garavan.