NAIROBI, Kenia, (ACNUR) – Fuertes lluvias están golpeando los campamentos de refugiados en Etiopía y Kenia causando daños a las carpas, inundaciones en las carreteras y retrasos en las entregas, al tiempo que la población de refugiados en el sur de Etiopía supera las 150 mil personas.
“En las últimas semanas han estado llegando a los campamentos de Dollo Ado, en el sur de Etiopía, en promedio unos 450 nuevos refugiados por semana. En lo que va del año se han registrado unos 8.500 refugiados, lo que ha llevado la población total de los cinco campamentos de la zona a más de 150 mil personas”, dijo un vocero del ACUNR.
Los recién llegados continúan citando la inseguridad en Somalia como la principal razón de su huida y algunos refugiados han informado que huyeron debido al temor del reclutamiento forzado y la conscripción militar. Otros dicen de temerle a asesinatos y retaliaciones a raíz de nuevos enfrentamientos. Estas circunstancias, que se suman a la hambruna que azotó Somalia el año pasado, han puesto a prueba los medios de vida tradicionales de muchas personas, obligándolas a buscar asilo más allá de la frontera.
Además, fuertes lluvias han causado graves daños a unas 700 carpas en los campamentos de Dollo Ado, a mediados de abril. Antes de que eso ocurriera, el personal del ACNUR había empezado un diagnóstico de los alojamientos de los refugiados que más urgentemente necesitaban ser reforzados en vista de las lluvias. También habían empezado a repartir miles de lonas de plástico en los campamentos, hace dos semanas. Ahora están proporcionando nuevas carpas a un pequeño número de familias cuyos alojamientos han sido destruidos por la lluvia y el viento.
La vía de acceso al campamento de Hilaweyn ha sido inundada. Esto ha obstaculizado el suministro de todos los servicios, incluyendo la distribución de agua. El ACNUR ha coordinado con sus socios las acciones necesarias para rehabilitar la vía y mantener abierto el acceso al campamento. La pista de aterrizaje de Dollo Ado, de clima seco, ha estado cerrada durante toda la semana pasada, pero ya está funcionando. Durante la temporada de lluvia se organizan convoyes por carretera para suplir a la irregularidad del transporte aéreo.
En el noreste de Kenia, el campamento de refugiados de Dadaab también se ha visto afectado por las recientes lluvias. El ACNUR ha venido distribuyendo desde mediados de abril lonas de plástico y carpas a los refugiados cuyos alojamientos habían sido dañados por los aguaceros.
“Nuestros trabajadores están preparados para la distribución de más lonas impermeabilizadas y otros artículos de ayuda, priorizando a los refugiados más vulnerables y a los que viven en alojamientos afectados por las lluvias. El ACNUR y sus socios también están trabajando para mitigar los efectos de eventuales inundaciones. Se han realizados estudios para evaluar las necesidades y elaborado los planes pertinentes, pero las restricciones presupuestarias dificultan los avances”, dijo el portavoz del ACNUR, Adrian Edwards.
Para prevenir casos de malaria, el ACNUR y sus socios han empezado a distribuir mosquiteros fumigados. Se entregarán unos 220 mil mosquiteros en las próximas 4 semanas en los campamentos de Ifo, Dagahaley y Pagadera, en Dadaab, y se realizarán sesiones informativas y demostrativas sobre su uso y mantenimiento. El complexo de campamentos de Dadaab acoge actualmente a más de 460.000 refugiados, en su mayoría procedentes de Somalia.
Décadas de conflicto y sequía han causado el desplazamiento de más de 980 mil refugiados somalíes en la región, especialmente hacia Kenia, Yemen y Etiopía. Otros 1,36 millones de somalíes viven como desplazados internos dentro de su país.
Por Vivian Tan, en Nairobi, Kenia
FOTO: © ACNUR/ G.Puertas