España condena la decisión de las autoridades israelíes, del pasado 23 de abril, de "formalizar el estatus" de tres enclaves ilegales (Bruchin, Rechelim y Sansana) en los territorios ocupados palestinos.
España considera muy grave esta decisión ya que crea nuevos asentamientos y establece un peligroso precedente para el resto de enclaves ilegales. Estos enclaves, como el resto de asentamientos construidos en los territorios ocupados, son ilegales según el Derecho Internacional y obstaculizan la consecución de un futuro acuerdo de paz, ya que pueden afectar a la continuidad geográfica del futuro estado palestino.
España considera asimismo que esta decisión debilita los actuales esfuerzos diplomáticos para recomponer la confianza entre las partes, en particular, la declaración del cuarteto del pasado 11 de abril y la carta del presidente palestino Mahmud Abbas al primer ministro Benjamin Netanyahu del pasado 17 de abril