Comunicado de la Vigésima Quinta Reunión del Comité Monetario y Financiero Internacional
La economía mundial está recuperándose gradualmente. Desde nuestra última reunión se han tomado importantes medidas de política en la zona del euro, tanto a nivel nacional como regional, inclusive a través del fortalecimiento del cortafuegos europeo. Los indicadores económicos en Estados Unidos han mejorado. Las economías de mercados emergentes y en desarrollo, en su conjunto, siguen siendo una fuente de solidez para la economía mundial. Pero aún queda más por hacer. Las perspectivas todavía son de crecimiento moderado a nivel mundial, y los riesgos siguen siendo elevados. Continuaremos actuando de manera colectiva para restablecer la confianza, reactivar el crecimiento y crear empleo.
- En las economías avanzadas es necesario que muchos países tomen medidas adicionales para lograr una consolidación fiscal creíble y reducir la deuda pública, evitando al mismo tiempo políticas fiscales demasiado contractivas. En aquellos países en que las condiciones lo permitan, debería dejarse que operaran los estabilizadores fiscales automáticos. En todos los países, deberían establecerse estrategias de consolidación a mediano plazo viables. La política monetaria deberá seguir siendo laxa siempre que las perspectivas de inflación permanezcan ancladas y que persista un crecimiento débil. El posible impacto y los efectos de contagio transfronterizos de esta política deberían monitorearse de cerca. Las reformas estructurales para estimular el crecimiento potencial y el empleo son críticas, y necesitan un mayor impulso. En la zona del euro, los avances continuos para lograr la sostenibilidad de la deuda, garantizar la estabilidad financiera y emprender reformas estructurales serán cruciales para estimular la confianza y la productividad, facilitar el reequilibrio dentro de la unión monetaria y fomentar un crecimiento sólido y equilibrado.
- Los países de mercados emergentes y en desarrollo continúan creciendo, y al mismo tiempo se enfrentan a efectos de contagio provenientes de las economías avanzadas. Las persistentes tensiones en Europa, el alto nivel y la volatilidad de los precios del petróleo y las materias primas, y los flujos de capital abundantes y volátiles plantean importantes desafíos para las políticas. Esto exige encontrar el equilibrio correcto entre atenuar los riesgos a la baja mediante políticas adecuadas que apoyen el crecimiento y moderar las presiones inflacionarias. El rápido crecimiento del crédito en algunas economías merece atención. Los países de bajo ingreso deberían preservar la estabilidad macroeconómica y la sostenibilidad de la deuda al mismo tiempo que persiguen sus objetivos de desarrollo y corregir los déficits de infraestructura para reforzar su potencial de crecimiento. Solicitamos a los países miembros que completen el plan de financiamiento para los países de bajo ingreso en el marco del Fondo Fiduciario para el Crecimiento y la Lucha contra la Pobreza hasta 2014–15, y consideraremos, de aquí a nuestras Reuniones Anuales de 2012, propuestas para asegurar su sostenibilidad a largo plazo. Solicitamos al FMI que respalde los esfuerzos de los países árabes en transición ofreciéndoles asesoramiento en materia de políticas, asistencia técnica y financiamiento apropiado en este momento histórico; apoyamos estos esfuerzos, inclusive en el marco de la colaboración con la Asociación Deauville, para facilitar la transición económica salvaguardando al mismo tiempo la estabilidad financiera. Alentamos al FMI a prestar más atención a los Estados pequeños, en especial a los que son más vulnerables a shocks externos.
- La colaboración mundial es vital para sustentar el crecimiento en todas las regiones y para garantizar la estabilidad. Se necesitan medidas adicionales para consolidar los avances logrados hasta la fecha en lo que se refiere a la reducción de los desequilibrios mundiales. En general, los países con déficits tienen que seguir procurando reforzar el ahorro nacional, mejorando al mismo tiempo la competitividad de sus exportaciones, y los países con superávits deben seguir implementando reformas estructurales para afianzar la demanda interna, respaldadas por un esfuerzo continuo por flexibilizar los tipos de cambio. También es crucial avanzar de forma cooperativa en el fortalecimiento de los sistemas financieros, completando y llevando a la práctica el programa de reforma financiera internacional convenido de manera coherente en la esfera internacional y no discriminatoria, inclusive en lo que atañe a las normas de Basilea, los instrumentos derivados y los mecanismos transfronterizos de resolución de instituciones financieras. Además, es esencial para la recuperación mundial fomentar y proteger la inversión. Reafirmamos nuestra responsabilidad colectiva de evitar el proteccionismo en todas sus formas.
El próximo Informe Consolidado de Supervisión Multilateral brinda una oportunidad para evaluar los resultados de nuestros esfuerzos.
Velaremos por que el FMI disponga de herramientas y recursos para apoyar eficazmente a los países miembros, y celebramos las orientaciones formuladas en el Plan de Acción de la Directora Gerente.
- Recursos. Mantenemos nuestro compromiso de tomar las medidas que sean necesarias para asegurar la estabilidad financiera mundial. Aplaudimos las decisiones que tomaron los países miembros de la zona del euro en marzo para reforzar los cortafuegos europeos como parte de un esfuerzo de reforma más amplio y la disponibilidad de líneas de swap entre bancos centrales. Junto con el G-20, hemos alcanzado un acuerdo para incrementar los recursos del FMI para la prevención y resolución de crisis. Esto es el resultado de un amplio esfuerzo de cooperación internacional en el que participa un número significativo de países. Se han asumido compromisos firmes que incrementan los recursos a disposición del FMI en más de US$430.000 millones, además del aumento de cuotas en el marco de la reforma de 2010. Estos recursos estarán a disposición de todos los países miembros del FMI, y no están destinados a ninguna región en particular. Los recursos se canalizarían hacia la Cuenta de Recursos Generales del FMI por medio de préstamos bilaterales temporales y acuerdos de compra de pagarés. En el caso de que fuera necesario usar estos recursos, se aplicarían mecanismos adecuados de mitigación del riesgo, condicionalidad y una apropiada distribución de la carga entre los acreedores oficiales, conforme a lo aprobado por el Directorio del FMI. Este esfuerzo, sumado a las medidas estructurales, fiscales y monetarias que se han adoptado a escala nacional y regional en los últimos meses, demuestra el compromiso de la comunidad internacional de salvaguardar la estabilidad financiera mundial y establecer bases más firmes para la recuperación económica mundial.
- Estructura de gobierno. Reafirmamos la urgencia de que las reformas de 2010 sobre el régimen de cuotas y la estructura de gobierno entren en vigor para las Reuniones Anuales de 2012, a fin de reforzar la legitimidad y la credibilidad del FMI. Instamos a los países miembros a ratificar estas reformas con prontitud y pedimos al FMI que efectúe un seguimiento transparente y más frecuente de los avances. Esperamos que se llegue a un acuerdo, para enero de 2013, en torno a una fórmula sencilla y transparente para el cálculo de las cuotas que refleje mejor la posición relativa de los países en la economía mundial. Reafirmamos nuestro compromiso de concluir la Decimoquinta Revisión General de Cuotas para enero de 2014. Se espera que toda realineación dé lugar a aumentos de las cuotas relativas de las economías dinámicas acordes a su posición relativa en la economía mundial y, por ende, de las cuotas relativas de los países de mercados emergentes y en desarrollo en su conjunto. Deben tomarse medidas para proteger la voz y la representación de los países más pobres. Pedimos al FMI que, con la información aportada por nuestros delegados, presente en nuestra próxima reunión un informe sobre los avances logrados.
- Supervisión. Celebramos las recientes iniciativas relativas a la supervisión que lleva a cabo el FMI, y coincidimos en que debería reforzarse considerablemente el marco de supervisión actual. Celebramos los progresos realizados por el FMI para avanzar en la consideración de una decisión integrada sobre la supervisión y nos comprometemos a respaldar el proceso de decisión. El fortalecimiento de la supervisión debería permitir conjugar las perspectivas bilaterales y multilaterales del asesoramiento que brinda el FMI en materia de políticas, evaluar mejor los riegos a escala mundial y nacional y los efectos de contagio que afectan a la estabilidad económica y financiera, y lograr una interacción más eficaz con las autoridades de política económica. El CMFI ha de desempeñar un papel clave proporcionando de manera regular orientación sobre las prioridades estratégicas y operativas de la supervisión que ejerce el FMI.