SINC // LAURA CHAPARRO
Las movilizaciones de los últimos días han puesto de manifiesto el papel de la web y de las redes sociales para congregar a miles de personas. Pero no solo eso. Internet ha supuesto una revolución global al cambiar los roles de los ciudadanos en áreas tan diferentes como la salud, la educación o incluso el periodismo.
“Las comunidades on line tienen muchos elementos en común porque todas ellas unen a las personas, y no son menos importantes que las comunidades locales o regionales”. Owen Thomas, editor ejecutivo de The Daily Dot, defiende así el poder de estos grupos a los que internet está dando voz gracias a las redes sociales.
Movimientos como los registrados estos días en la Puerta del Sol de Madrid y en diferentes capitales españolas muestran el poder que estas herramientas tienen para movilizar masas. Twitter, el principal catalizador de las convocatorias, ha experimentado una revolución en los últimos tiempos.
Con las revueltas de Irán en 2009, la red de los 140 caracteres experimentó un antes y un después: pasó de ser una herramienta con fines poco definidos a dar voz a ciudadanos anónimos que podían contarle al mundo lo que estaba pasando en tiempo real y sin censura.
Las redes sociales “han tenido un gran papel a la hora de aglutinar a gente de muy diverso tipo, con problemas muy distintos”, indica a SINC Gumersindo Lafuente, responsable de desarrollos digitales de El País y participante del Bilbao Web Summit, el congreso sobre el futuro de internet que se ha celebrado esta semana en la capital vizcaína.
En este panorama, los expertos sostienen que las páginas web de las empresas, gobiernos o instituciones deben dejar un espacio para que se expresen las comunidades. Una filosofía que siguen en data.gov, la iniciativa de datos libres del gobierno de Obama, con el lema “empowering people” (que se puede traducir como “dando poder a la gente”).
El portal alberga dos comunidades: una de salud y otra de legislación, y otras 20 se encuentran en fase de elaboración. “La idea es contactar con el público”, señala Jeanne Holm, arquitecta jefe de conocimiento de la NASA y portavoz de data.gov. Con fotos, wikis y blogs, los ciudadanos “pueden pedir al gobierno datos que no hayamos colgado porque pensábamos que carecían de interés”, añade.
Consultas médicas con Skype
En este océano informativo, los contenidos sanitarios de la red interesan cada vez más a la población, incluso por encima de los de actualidad. Según datos de Eurostat, en 2010 cerca del 50% de los europeos buscó información sanitaria en la web, un porcentaje superior al de personas que leyeron prensa en internet (un 34%).
El personal médico se enfrenta al desafío de responder ante este comportamiento. “Llevo varios años interaccionando con pacientes no solo a través del correo electrónico, móvil, SMS o Facebook, sino también ahora con Skype”, declara a SINC el médico Alex Jadad, fundador del Centre for Global eHealth Innovation de la Universidad de Toronto (Canadá).
Gracias a esta herramienta de llamadas telefónicas con cámara vía web, Jadad habla con los cuidadores de los enfermos dependientes a los que trata, quienes le muestran el estado del paciente. Así, el médico puede asesorarles sobre si es pertinente o no trasladarlos a urgencias.
“Tener este tipo de contacto, en muchos casos, nos permite disminuir el grado estrés que está viviendo la familia”, asegura Jadad. No obstante, en su opinión, el sector sanitario no está sacando el máximo provecho a estas herramientas. “Hasta ahora, la mayor parte de los esfuerzos han sido liderados por la ciudadanía, no por los profesionales sanitarios o por los líderes”, se lamenta.
La edad tampoco representa un problema para utilizar las nuevas tecnologías. “Es cuestión de actitud y facilidad de las herramientas”, afirma. Y en el caso de que a una persona anciana le resulte muy difícil conectarse a la red, “ahí está la familia para ayudar”, añade.
La diversión como aliado
¿Cómo deben responder los sistemas educativos a la revolución de la red? “La educación es un poco lenta y reacia a aceptar las tecnologías”, reconoce Gareth Mills, director asociado de Futurelab, un portal que apuesta por la innovación en la educación.
Para conseguir estos cambios, Mills recomienda la diversión: educar con nuevas herramientas para conseguir nuevas conductas. Solo así, por ejemplo, pueden quedar desiertas las escaleras mecánicas de una estación de metro porque todo el mundo decide subir a pie. ¿El motivo? Los peldaños se convierten en teclas de piano.
“La web nos ofrece uno de los catalizadores más potentes para cambiar la educación y la vida de nuestras poblaciones”, señala Mills. “Tiene que producirse un cambio de cultura”, recalca.
Y en este cambio, juegan un papel fundamental los docentes. “Su papel ha cambiado drásticamente, porque enseñar se convierte en lo contrario, en aprender”, afirma a SINC Manuel Escudero, director general de la Escuela de Negocios de Deusto. Ahora, el profesor pasa a ser un facilitador y el aprendizaje es colaborativo.
La agencia espacial NASA está siguiendo esta filosofía. Con el objetivo de que la ciencia espacial sea comprensible para todo el mundo, los expertos han puesto en marcha programas de educación para acercar el conocimiento a los niños desde el colegio hasta la universidad.
“Acudimos a las redes sociales como Facebook y Twitter para estar presentes en todas las conversaciones”, declara a SINC Jeanne Holm, arquitecta jefe de conocimiento de la NASA. “Queremos ser parte de sus amigos, estar en su entorno y formar parte de la comunidad para ayudarles”, añade.
La meta es saber qué quieren aprender los menores para poder ofrecérselo. Conscientes del magnetismo y la fascinación que despierta todo lo relacionado con el universo, la agencia es la primera en enviar tweets desde el espacio a través de las cuentas personales de los astronautas.
La ‘red social’ de los periodistas
Ante cantidades ingentes de información, donde se rompe con la estructura tradicional de emisor y receptor, y todo el mundo puede ofrecer datos, los periodistas se preguntan cuál es su papel. “Debemos ejercer un servicio de filtrado, una ayuda que nos convierta en líderes”, recalca Gumersindo Lafuente.
El experto no considera ni internet ni las redes sociales una amenaza para el oficio sino todo lo contrario: “Nuestra obligación es aprender cómo funcionan y acudir a la conversación”. Además, en su opinión, los periodistas tienen la obligación de reivindicar “que seguimos siendo útiles a la sociedad”.
Una idea compartida por Owen Thomas, quien pide a los profesionales de la información que trasladen ese fuerte sentimiento de comunidad que impregna todas las redacciones. “Necesitamos que esa cercanía del esfuerzo colectivo llegue a nuestros lectores”.
Periodistas y lectores. Médicos y pacientes. Profesores y alumnos. Internet cambia los roles de todos ellos y les da la oportunidad de convertirse en sujetos más participativos. “Esta masa de humanidad interconectada a través de la tecnología será mucho más potente. Nos permitirá pasar al siguiente siglo y resolver los problemas que no hemos podido solucionar antes”, pronostica Tim Berners-Lee, el padre de la web y, por extensión, uno de los propulsores de este nuevo poder ciudadano. Internet, empowering people.
FOTO: Cabecera en escorzo de asturiasmundial