Corrige la distorsión de barrido presente en la tecnología actual para generar imágenes tridimensionales de la córnea
Puede aplicarse a la obtención de perfiles de superficies de otros ámbitos, como la biomedicina o la microelectrónica
Investigadores del CSIC en el Instituto de Óptica “Daza de Valdés” han desarrollado un nuevo método que permite obtener mapas cuantitativos de elevación de la córnea. Este sistema corrige la distorsión de barrido que afecta a la tomografía de coherencia óptica (conocida como OCT), capaz de obtener imágenes tridimensionales de esta parte del ojo.
“Este sistema crea, en menos de un segundo, un mapa completo de las irregularidades de la superficie de la córnea en toda su extensión. En una sola captura obtenemos el mapa de elevación de la córnea anterior, de la posterior y otro mapa de espesor de gran exactitud. Además, la velocidad en la adquisición evita los errores asociados al movimiento del paciente”, explica el investigador del CSIC Sergio Ortiz, del Instituto de
Óptica.
Realizar mediciones exactas de la córnea es fundamental de cara a planificar diversos
tratamientos, como la cirugía refractiva, realizar implantes o la adaptación de lentes de
contacto. La OCT empleada hasta el momento permite la visualización de estructuras
oculares, pero para topografiar las irregularidades de la córnea, los especialistas
debían recurrir a otras técnicas e instrumentales, de menor resolución o más lentas.
El sistema desarrollado por la investigadora del CSIC en el Instituto de Óptica Susana
Marcos y su equipo se basa en una serie de algoritmos que consiguen calibrar los
sistemas de OCT, corregir la citada distorsión y obtener el mapa de la córnea. “La gran
ventaja de este nuevo método es que puede aplicarse directamente a cualquier
sistema de OCT sin tener que modificar el equipo”, comenta la investigadora.
Otras aplicaciones
Las aplicaciones del nuevo método no se limitan a la exploración ocular. “Puede
emplearse para obtener el perfil de otras superficies, lo que llamamos profilometría. Es
decir, que podemos conseguir el mapa de elevación de cualquier estructura en la que
pueda penetrar la luz. El ojo, por su naturaleza, es perfecto para esta tecnología, pero
también puede usarse, en combinación con una endoscopia, en campos como la
cardiología, la dermatología y la oncología, entre otros,” añade Marcos.
“Esta es una técnica de no contacto, no toca la superficie que mide, sino que es la luz
la que lo hace, y esto es una gran ventaja si se trata de materiales o tejidos delicados”,
concluye la investigadora. Esta técnica permite trabajar a mayor distancia que otras
tecnologías, e incluso medir superficies que están inmersas en un fluido, todo con una
velocidad de adquisición de hasta 100.000 puntos por segundo.
Este sistema, que se encuentra en proceso de patente, ha sido aplicado con éxito en
pacientes sanos sin ninguna afección ocular, así como en pacientes con queratocono
(un tipo de deformación progresiva de la córnea), a los que se les han implantado
anillos intraestomales para corregir la deformación.
FOTO: A la izquierda, imagen de la córnea en 3D y, a la derecha, los investigadores del CSIC Susana Marcos y Sergio Ortiz./ Comunicación CSIC