Por AsturiasMundial.- Los españoles asisten en estos días a una vertiginosa oleada de propuestas que, de plasmarse en sendos textos legales y normativas, se llevarán por delante de un plumazo derechos esenciales de los ciudadanos y servicios básicos en una involución de la democria formal en que vivimos hacia una dictadura apenas disimulada de los poderes del Estado, con la supresión de las garantías constitucionales por un lado, y de los elementos solidarios que permiten un cierto amparo social a los menos desfavorecidos, a las clases empobrecidas que, a mayor abundamiento, cada día son más en España.
Una mezcla de verdades a medias, mentiras flagrantes, eslóganes torticeros y groseras manipulaciones de la realidad confunde a las personas más crédulas y menos informadas, haciéndolas apoyar, inconscientes de la tragedia que acecha a su propia dignidad, la calculada campaña de quienes añoran el centralismo, la imposición de una moral concreta por el poder y, en definitiva, la vuelta a una España insolidaria en la que unos pocos actúen de dueños y señores de la vida cotidiana para mejor satisfacción de sus privilegios de casta, cuando no sus mentes enfermizas.
6 años de cárcel por insultar a un guardia.
Lo primero que llama la atención es cómo una propuesta tan flagrantemente concultadora y restrictiva de la libertad ciudadana cual es la de sentenciar con penas de prisión de hasta SEIS años de cárcel a un manifestante que haga una sentada, desobedezca una instrucción policial o insulte a un policía, esté éste o no arreándole porrqazos y patadas, cómo tal propuesta, hecha, por desgracia, por el ministro del Interior, no ha sido contestada, por su barbarie, de forma inmediata por juristas y civilistas, cuando menos.
El ropaje demagógico de la tal medida afirma que es para actuar contra la violencia callejera en Barcelona. Algo ridículo, estúpido, por cuanto las leyes se promulgan para el conjunto de la población, trátese de unos chiquillos de Secundaria en Albacete o de unos skinhers en la Ciudad Condal. Además, se instaura la prisión preventiva, lo que en la práctica permite detener, incomunicar, ¿por qué no torturar? a quien apetezca.
Pero, ¿llega sola tan alarmante propuesta' No. Llega acompañada de otra para equiparar a los menores con los adultos penalmente, algo que no admite ningún país avanzado en el mundo. Y, volviendo al derecho de reunión, de prohibiciones de nula base constitucional, las de manifestaciones ciudadanas sólo porque pueden "ofender a los católicos".
La mentira del 'gratis total' farmacéutico.
Cuando millones de españoles han visto rebajados sus salarios a menos de 1.000 euros, y muchos de ellos han de sobrevivir con 600 ó 500. Cuando las prestaciones por desempleo, que quienes abogan por su supresión --casualmente ricos, o muy acomodados, y conservadores todos ellos-- tachan de despilfarro, no superan los 500 € en su mayoría, y ahora sólo por un año, se lanza desde ciertas plataformas televisivas e periódicos afines una campaña torticera que insiste machaconamente en la gratuidad total de la asistencia sanitaria, olvidando que los pacientes ya pagan el 40$ de los fármacos, además de lo que mensualmente se les descuenta de la nómina. Eso da idea de que o bien esos profesionales de la mentira tiene suficiente para pagarse una asistencia privada, o bien nunca han tenido ni un dolor de cabeza. Su artera demagogia llega al extremo de decir que se dan gratis las aspirinas, cuando es bien sabido que ya hace años que se han eliminado muchos principios, bien es verdad que baratos, de la asistencia sanitaria pública.
En defitiniva, encarecer las medicinas hasta el 70 u 80% únicamente provocará que los pobres se mueran. Si además se obliga a pagar por la consulta, disuadiéndolos de acudir al médico ante cualquier síntoma de enfermedad, a personas que muchos días tienen que elegir entre pan o patata, se los estará expulsando de la medicina preventiva y la sociedad los estará asesinando mediante una eutanasia selectiva. No cabe otro nombre para este procedimiento.
El sistema sanitario español es solidario, y un derecho efectivo de los ciudadanos. Es, por tanto, prioritario. ¿Hay que construir menos AVES? ¿Menos autopistas' Hágase si es necesario, pero no prioricemos bienestar superfluo para unos pocos a cambio de la tragedia vital de otros muchos.
La falacia del gasto autonómico
Otra de las falaces mentiras propaladas en estos días es la del gasto autonómico. Los nostalgicos del centralismo, padecido durante siglos en España con perversos efectos sobre el bidnestar de las poblaciones periféricas, arguyen ahora que si se suprime el Estado Autonómico se ahorrarán miles de millones de euros. Y no hay más que una respuesta: ello sólo es posible si se deja de atender la sanidad, la educación, el cuidado de las vías férreas y terrestres, y además se deja de atender la depuración de aguas, su canalización y suministro, etc, etc. ¿Es que el Estado va a dejar de atender a los ciudadanos que no vivan en Madrid, Barcelona, Sevilla...?
¿Es que un hospital en Asturias va a dejar de tener personal sanitario, y quirófanos, y consultas, investigación...? ¿Es que los profesores van a dejar de cobrar? ¿es que no se van a rebachear las carreteras? ¿Es que no se van a combatir los incendios forestales?
A mayor vergüenza, lo que se propone es más insultante, por cuanto se trata de mantener la Autonomía para Cataluña, Euskadi, Navarra, Andalucía y Galicia, quitándosela símplemente a los demás, que de nuevo deberían coger la caja de cartón con las gallinas para el señor director general, los puros para los conserjes, el dinero para pagar sobornillos en casas de putas y, ¡hala!, de peregrinación a Madrid, a ver si arreglo lo del chaval...
Se podría seguir, y seguiremos. Pero se trata, en definitiva, de que los tiempos de zozobra económica no nublen la mente, ni individual ni colectiva, y de evitar que al socaire de la miseria nos cuelen métodos, formas y comportamientos supresores de la libertad e introductores de la insolidaridad.
España ya goza de un duro ordenamiento penal, de los más duros de Europa. Aplíquese. Donde hay corrupción, actúese. Sobran leyes para ello. Y donde haya falta de recursos para la solidariad humana e interterritorial, búsquense o detraiganse de allá no sean imprescindibles.
Y ustedes, queridos lectores, ciudadanos todos, exprésense, manifiesténse, piensen, informense, razonen y defiendan sus poquitos derechos, el de ir al médico también. Recuerden que a una minoría de poderosos no les hace falta que los derechos estén protegidos por las leyes. Los suyos siempre estan protegidos: por su poder y por su dinero.
En cuanto a la crisis que nos azota, piensen que ha de pasar. Se trata de resistir. Y para ello conviene disfrutar de cosas tan baratas y enriquecedoras como el tiempo vivido con los seres queridos, el disfrute de la amistad, el placer intelectual de la lectura, el disfrute de la madre tierra, de la madre mar. El soliloquio, la reflexión, y si puede, eso sí, una botellina de sidra y una tortilluca. Baratines y perprestoses.
FOTO: Índice de democracia publicado por la revista británica The Economist en 2006. Según ésta, los países marcados en colores oscuros son autoritarios y la mayoría normalmente dictaduras.