Por Ignacio Sánchez Vicente
La que titula y otras expresiones similares dan idea de la emoción, la ilusión también, que expresan miles de post en twiter (de los que asturiasmundial les ofrece una 'captura' segundaria tras el vídeo, igualmente difundido en la red), pero también testimonios personales recogidos por este medio. Estudiantes, cuarentunos, cincuentones. tunosaurios, románticos, ingenuos, amas de casa, abuelas, ejecutivos y un largo etcétera de personas y circunstancias mantienen la esperanza de que "para una vez que la sociedad se mueve espontáneamente, cuando ya parecía en coma profundo, ésto desemboque en algo bueno".
Desde luego, de algo dan ejemplo las muchas concentraciones, asambleas y reuniones que jalonan la vieja Ofidia convirtiéndola en nueva Arcadia. De organización --se han creado comités de contingencia, planificación y respuesta--, de control --rechazando la violencia y las acciones incívicas-- y de solidaridad despertada, entre otras la de avituallamiento, con numerosos ejemplos de distribución de fabadas, arroces, vituallas para el desayuno y tantos otros.
Por una vez, están de acuerdo los padres de muchos hijos con su acción decidida en la exigencia de una corrección de lo vicios y carencias indudables de nuestro sistema democrático, imperfecto, como todos, pero también "el menos malo de los sistemas", como proclamaba el viejo Winston.
Una sociedad madura debe demostrar su sensatez en la gestión de los fenómenos sociales. El malestar, el descontento, estaba cantado hace ya mucho tiempo. Sistema electoral imperfecto en la distribución de escaños, degeneración de los aparatos de los partidos en máquinas de lograr votos, excesiva profesionalización de la poítica, sin caer en ingenuidades simplistas respecto a los comportamientos antropológicos de los seres humanos, y, como catalizador, una crisis estructural no sin precedentes pero sí distinta.
Cabe desear que este fin de semana sea sosegado. Es claro que quienes claman porque se disuelvan a sangre y fuego --es estúpido pensar que una masa humana se puede disolver ofreciéndoles café y azucarillos-- no son conscientes de la barbaridad que proponen. Quienes se concentran o acampan son tan Estado como quienes temen la caída del imperio cuando alguien toca el trombó.
Renúnase quién así lo deseee --anda, que en cuanto a la indignación ya me dirán si no hay motivos. Voten u absténganse quienes así lo deseen. Gestiónese el orden público con sensatez y proporcionalidad. Y tengamos la fiesta en paz.
3 comentarios
# Nico Responder
20/05/2011 21:19Viva la paz, la democracia, la alegria, el respeto, la solidaridad.. Este movimiento ciudadano emociona y llena de satisfacción
# willy Responder
20/05/2011 21:25Sol la esperanza está en Sol
# JIM Responder
20/05/2011 23:22Una vez que la sociedad civil reacciona, se hace imparable. Ojalá sea una catarsis que nos haga reaccionar.