La Directora General de Acción Exterior de Aragón, Blanca Solans, reivindica ante el comisario Joaquín Almunia la necesidad de que los fondos 2014-2020 presten atención a la dispersión territorial y al envejecimiento de la población
Se busca también que los incentivos regionales atraigan la inversión empresarial, especialmente de las PYMES
El criterio del PIB no debe ser la única referencia para la asignación de los fondos estructurales procedentes de Europa, sino que se deben tener en cuenta factores como la dispersión territorial y las desventajas demográficas. Es la reivindicación que ha expuesto en Bruselas el Gobierno de Aragón. Lo ha hecho a través de la directora general de Participación Ciudadana, Acción Exterior y Cooperación, Blanca Solans, en una reunión con el Comisario Europeo de la Competencia, Joaquín Almunia, y con diversos representantes de las Comunidades Autónomas, para tratar las nuevas Directrices sobre las Ayudas al Estado con finalidad regional para el periodo 2014-2020.
“La misión de este tipo de reuniones es anticiparnos como región a las nuevas directrices que vayan a estar marcadas desde Bruselas”, ha apuntado Solans
Así, el Ejecutivo aragonés pretende que se mantenga la propuesta de la Comisión Europea de atender las desventajas demográficas, aspecto recogido por primera vez por el ejecutivo comunitario. Esto permitiría a Aragón hacer frente a su peculiar desafío de la baja densidad de población, que encarece y dificulta la prestación de servicios a los ciudadanos de las zonas más afectadas por este problema.
“Para nosotros tiene mucha importancia la modulación de estas ayudas para los territorios con baja densidad, como es el caso de Aragón. Por eso, esta cuestión es sumamente importante tanto en el ámbito de política de cohesión territorial, es decir, en las nuevas propuestas del reglamento FEDER, como en las ayudas estatales para empresas en el ámbito regional”, explica Blanca Solans.
Aragón cuenta con una media de 28,2 habitantes por kilómetro cuadrado, una de las cifras más bajas del conjunto nacional. Por eso el reconocimiento de estos nuevos criterios tendría un impacto positivo en la futura financiación que reciba Aragón, más teniendo en cuenta la actual situación económica que podría afectar a la cuantía total de estos fondos.
Y precisamente, para fomentar la actividad económica en zonas demográficamente deprimidas, Blanca Solans, recordó la necesidad de impulsar el apoyo a las actividades económicas mediante, por ejemplo, la ampliación de las infraestructuras turísticas, la creación de viveros de empresas o el fomento de la formación profesional y continuada.
“El comisario Almunia incidió mucho en la necesidad de favorecer la inversión hacia las PYMES y también para nosotros tiene mucha importancia cómo van a modularse estas ayudas para los territorios con baja densidad”, recuerda Solans.
En definitiva, desde Aragón se pretende consolidar y aumentar la competitividad de las PYMES, desarrollando el papel de I+D+I, el cambio climático y el medio ambiente. Se quiere así atribuir protagonismo destacado a las PYMES para que contribuyan a crear o preservar puestos de trabajo duraderos, mediante ayuda directa a la inversión en ellas mismas.
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