El Consejero de Medio Rural y Pesca, Aurelio Martín, y el Director General de Pesca, Marcelino Menéndez Cuervo, visitaron esta mañana la lonja de Gijón para conocer de primera mano las obras de modernización que se están llevando a cabo en el recinto.
La Consejería de Medio Rural y Pesca ha destinado un millón de euros a la realización de estas obras, que han sido impulsadas por la gerencia de la entidad. Está previsto que los trabajos finalicen antes del próximo verano coincidiendo con la apertura de la costera del bonito.
Con este proyecto se busca dar respuesta a las inquietudes expresadas desde el año 2009 por la actual gerencia de la entidad Lonja Gijón-Musel, S.A, responsable de la explotación de la lonja, relativas a la necesidad de contar con un recinto portuario de primera venta que pudiera ofrecer unas dependencias modernas y adaptadas a las necesidades propias de la actividad comercializadora y de los productos manipulados.
De esta manera, tras un estudio de la aptitud del edificio para la exposición y la venta de pescado en condiciones higiénicas, se detectó la necesidad de dotar a la instalación de unos espacios interiores con una disposición y unos materiales constructivos que procurasen tanto la estanqueidad del ambiente interior como la organización racional de la actividad productiva.
La obra de modernización de la lonja de Gijón se concibió desde el primer momento como un proyecto integral que iba a contribuir a garantizar la propia supervivencia del subsector de la primera venta en el Puerto de Gijón, referente nacional en lo que a descarga de bonito del norte se refiere, al proporcionarle una fisionomía adecuada para competir en igualdad de condiciones con otros mercados semejantes, de construcción y diseño más recientes. La obra propuesta se consideró imprescindible, en todo caso, para que futuras inversiones no se vieran comprometidas por unas condiciones físicas del edificio limitantes.
Conjunto de actuaciones:
1. Racionalización del espacio de manipulación, mediante la construcción de dos locales independientes, de diseño cúbico, para la exposición y la subasta de pescado (a base de panel frigorífico de chapa de acero galvanizado con alma de poliuretano de 80 mm y muro perimetral de protección de los paramentos frente a posibles impactos mecánicos), correspondiendo el mayor de ellos, de 1.340 m2 (local 2), con la antigua zona de depósito de tinas de bonito y ubicándose el menor, de 500 m2 (local 1), en la antigua cancha de subastas. La colocación de las nuevas gradas, para 132 compradores en tres filas, tras la demolición de las anteriores, en una posición retrasada con respecto a la de éstas, ha permitido aumentar la superficie útil de exposición y la reorganización de los flujos de personas y productos. Por otra parte, se ha necesitado efectuar la reubicación de los equipos de pesaje y etiquetado existentes para su adaptación al nuevo diseño, de tal manera que la instalación quedaría preparada para compatibilizar el sistema tradicional de subasta, con exposición directa en suelo, con otros sistemas distintos, de tipo dinámico, que requerirían, no obstante, la incorporación de dispositivos de transporte y distribución de las cajas de pescado; la nueva instalación permitiría, llegado el caso, el desarrollo de subastas simultáneas en ambos locales refrigerados.
2. Aislamiento de la actividad de venta del ambiente exterior, mediante la instalación de puertas seccionales, estancas y de apertura automática, la limitación de los accesos exteriores, tanto a personas como a animales indeseables, y la impermeabilización de la cubierta. Al mismo tiempo, se ha conseguido separar exposición y venta de otras actividades y dependencias con requerimientos distintos o menos exigentes, como los viveros para el mantenimiento de marisco, la sala de máquinas o los locales de los compradores.
3. Control de las condiciones ambientales interiores, mediante la instalación de un sistema de climatización directa, al objeto de mantener el pescado a temperaturas próximas a la fusión del hielo, y la bajada de los falsos techos de los dos locales descritos, para conseguir unos volúmenes totales a refrigerar de 2.500 m3 y 4.175 m3, garantizándose, de esta manera, una racionalización del gasto energético; en este sentido, cabe señalar la contribución aportada por la propia instalación frigorífica a la producción de agua caliente sanitaria, gracias a la recuperación del calor desprendido en la condensación. La instalación frigorífica descrita estaría constituida por varias unidades evaporadoras, de tipo plafón, dispuestas en los propios recintos a refrigerar (tres en la sala pequeña y seis en la grande), dos condensadores de aire, instalados en la terraza del condensador evaporativo del actual sistema de producción de hielo, dos compresores independientes, ubicados en la sala de máquinas, de 60 y 90 kW respectivamente, y una red de frío de tubería de cobre. El refrigerante empleado, R404A, es considerado, por su parte, de alta seguridad
4. Mejora de las condiciones higiénicas y de limpieza, mediante la elección de unos materiales constructivos propios de la industria agroalimentaria, para subsanar las deficiencias sanitarias que presentaba el edificio de la lonja. Así, se ha conseguido reducir las posibilidades de anidamiento de plagas y, finalmente, se ha logrado aumentar la vida útil de este recinto portuario.