GINEBRA,  (ACNUR) – La agencia de la ONU para los refugiados declaró el jueves que está aumentando la asistencia a los miles de refugiados y desplazados internos malienses que se han visto obligados a abandonar sus hogares a causa de los combates entre los rebeldes tuareg y las fuerzas militares, desde mediados de enero.

El vocero del ACNUR, Adrian Edwards, declaró que la ayuda era necesaria debido a que la inestabilidad continua en el norte de Malí estaba forzando a decenas de miles de personas a huir hacia Burkina Faso, Mauritania y Níger, así como también hacia otras partes de Malí.

“En este momento se están transportando 60 toneladas de artículos de primera necesidad, que incluyen mantas, colchones, juegos de cocina y lonas de plástico, por vía terrestre, desde el depósito del ACNUR en Acra, Ghana, hacia Níger, así como 52 toneladas con destino a Burkina Faso. La semana pasada se entregaron 35 toneladas de ayuda en Níger y 10 toneladas en Burkina Faso, procedentes del depósito de Duala, en Camerún”, declaró. “Las necesidades más pujantes siguen siendo el alojamiento, el agua potable, los servicios sanitarios y los artículos básicos para el hogar”, agregó Edwards.

El lunes, en Mauritania, el ACNUR finalizó la reubicación de 39.390 refugiados desde la frontera hasta el campamento de Mbera. Actualmente se está llevando a cabo la reubicación en Burkina Faso y en Níger en donde, durante el fin de semana, el organismo de refugiados organizó la transferencia de más de 2.000 refugiados malienses desde la volátil frontera nigeriano-maliense hasta un campo de refugiados más seguro tierra adentro en Abala.

“En Abala hemos instalado unas 500 carpas con nuestros socios y hemos montado las instalaciones y los servicios principales, los que incluyen el transporte de agua en camiones cisterna para las nuevas familias transferidas. Nuestros equipos están informando a los refugiados que permanecen en otros lugares en la frontera, como Miel, Kizamu, Tigizefane y la ciudad de Abala, sobre la posibilidad de trasladarse hacia un asentamiento más seguro, en el campamento de Abala”, comentó Edwards a los periodistas en Ginebra. El asentamiento en Abala tiene una capacidad de alojamiento de 10.000 personas.

Mientras tanto, en Burkina Faso, unos 740 refugiados que se encontraban en zonas de tránsito en la frontera maliense en las provincias de Oudalan y Soum han sido trasladados a lugares ubicados tierra adentro. El transporte estuvo organizado por el ACNUR y su socio gubernamental. Los refugiados que continúan llegando desde Malí - de 60 a 100 por día, según las autoridades - se encuentran actualmente atravesando los puntos de tránsito en la frontera y continúan su camino directamente hacia los asentamientos de Ferrerio, Gandafobou, Mentao o Damba.

El acceso al agua sigue siendo una preocupación en estas regiones sahelianas del norte de Burkina Faso: mientras que las poblaciones locales han compartido sus pozos y recursos hídricos con los refugiados hasta el momento, los organismos de asistencia, ACNUR incluido, también han comenzado a instalar depósitos móviles de agua y han enviado agua por camión cisterna a los lugares en donde se encuentran los refugiados. Muchos de ellos han traído su ganado desde Malí, lo cual también está agregando presión sobre los recursos hídricos.

Mientras tanto, en Malí, miles de personas están desplazadas internamente, principalmente, en la provincia de Gao. La mayoría de ellas se están alojando en asentamientos provisionales y han abandonado sus ciudades o pueblos por miedo a nuevos combates. Se ha informado que miles de personas han abandonado la ciudad de Tessalit luego de que fuera tomada por los rebeldes hace dos semanas y han llegado a Gao. “Los refugiados en los países vecinos y los desplazados internos (IDPs, por su sigla en inglés) en Malí le han dicho a nuestros equipos que tienen la voluntad de regresar a sus hogares pero sólo cuando se restablezca la paz”, declaró Edwards en Ginebra.

FOTO: © ACNUR/ Y.Djigo