Por MSF.-Según datos recogidos por Médicos Sin Fronteras (MSF), el alcance mundial de la tuberculosis multirresistente a los medicamentos es mucho mayor de lo que se había estimado hasta ahora. La organización médico-humanitaria advierte que para combatir esta forma de tuberculosis, la más mortífera, hace falta un esfuerzo internacional consensuado.
El gran alcance que está adquiriendo la tuberculosis multirresistente a los medicamentos (MDR-TB por sus siglas en inglés) coincide con una enorme falta de acceso de los pacientes a métodos diagnósticos y tratamientos, que además se han quedado anticuados y siguen siendo demasiado caros para la inmensa mayoría de quienes los necesitan. Por otro lado, la falta de financiación y los recortes de fondos en los programas para la lucha contra la enfermedad ya están empezando a repercutir en una mayor propagación de la misma.
Menos de un 5% de los pacientes con tuberculosis (TB) en el mundo tiene acceso a un diagnóstico adecuado que permita comprobar si la bacteria es resistente a los medicamentos, y se estima que únicamente un 10% de los pacientes con MDR-TB tiene acceso al tratamiento necesario. Este porcentaje es incluso inferior en las zonas con pocos recursos, que son precisamente los lugares donde la prevalencia de la enfermedad es más alta.
“Allá donde buscamos casos de tuberculosis resistente a los medicamentos encontramos cifras alarmantes, lo cual indica que posiblemente las estadísticas actuales solo reflejen una parte muy pequeña de la magnitud del problema”, explica el presidente de MSF, José Antonio Bastos. “Un 95% de los pacientes de tuberculosis de todo el mundo no tiene acceso al diagnóstico adecuado, pero es que además, todos los esfuerzos que se están haciendo para ampliar la detección de la tuberculosis multirresistente, se están viendo gravemente perjudicados por la retirada de fondos”, añade Bastos.
Datos recogidos sobre el terreno
Los datos procedentes de los proyectos de MSF en todo el mundo han sido presentados en diversos foros durante los últimos meses y han causado gran alarma en la comunidad médica internacional.
En el norte de Uzbekistán, en Asia Central, un 65% de las personas con TB tratadas por MSF en 2011 fueron diagnosticados con MDR-TB. De todos estos pacientes, entre un 30 y un 40% no había acudido nunca a un centro médico para recibir tratamiento, un número sin precedente a nivel mundial que evidencia que las resistencias a los medicamentos no solo las provocan tratamientos de TB incorrectos, sino que es la propia forma multirresistente la que se contagia.
En Suráfrica, donde se registra la mayor carga de TB del mundo, MSF ha visto aumentar en un 211% el número mensual de personas diagnosticadas con TB en su programa de KwaZulu Natal, tras la introducción de una nueva prueba diagnóstica rápida. De todos los pacientes que dieron positivo, un 13,2% eran resistentes a la rifampicina, uno de los medicamentos de primera línea más efectivos contra la TB.
En India, la venta de medicamentos sin receta y la existencia de un sector de la salud privado que no está regulado siguen fomentando el desarrollo de resistencias a los fármacos. Se estima que cada año contraen la MDR-TB en el país unas 99.000 personas, de las que únicamente un 1% recibe el tratamiento adecuado.
En Myanmar, a pesar de que se estima que se producen unos 9.300 nuevos casos de MDR-TB cada año, solo han recibido tratamiento hasta la fecha unas 300 personas. Además, la cancelación de la última ronda de financiación del Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria amenaza con socavar seriamente el plan con el que se pretendía llegar a tratar a unas 10.000 personas más con MDR-TB en los próximos cinco años.
Se acumulan las dificultades
Diversos factores han acentuado las dificultades en la lucha contra la TB en las últimas fechas. Por un lado está el explosivo cóctel que representan unos tratamientos excesivamente largos (de unos dos años de duración) junto a unos medicamentos muy tóxicos, la mayoría de los cuales fueron desarrollados hace medio siglo y que presentan serios efectos secundarios. Por otro lado, nos encontramos con la reducción de fondos –sobre todo debido a los recientes recortes del Fondo Mundial– que ya está comenzando a afectar seriamente a los programas sobre el terreno. También supone un problema la existencia de un mercado muy reducido, en el que los pocos fabricantes que producen los medicamentos para tratar la TB han mantenido los precios de algunos de ellos prohibitivamente altos. Y por último, se ha dado el hecho de que la nueva prueba rápida de diagnóstico –que incrementaría la detección temprana de las formas resistentes de TB– no es ni mucho menos asequible, lo que hipoteca la extensión de su uso a las áreas que disponen de recursos limitados. Eso a pesar de que es precisamente en estos lugares donde más se necesita la capacidad de detectar la infección en pocas horas.
MSF urge a gobiernos, donantes internacionales y compañías farmacéuticas a que combatan la propagación de la TB resistente a los medicamentos (DR-TB) y de la MDR-TB con una nueva financiación y con esfuerzos renovados para desarrollar pruebas diagnósticas y medicamentos efectivos y asequibles. “Es necesario que los tratamientos sean mucho más cortos, que se hagan con medicamentos menos tóxicos, y que se disponga de pruebas diagnósticas adecuadas en los centros de asistencia médica. Además, las formulaciones pediátricas son inexistentes en la actualidad, algo a lo que habría que poner una solución inmediata. Y también hay que imponer medidas reguladoras para controlar la propagación de la tuberculosis por una mala gestión de la enfermedad por parte de los médicos”, enumera Bastos. “Necesitamos nuevos medicamentos, nuevas investigaciones, nuevos programas y nuevos compromisos por parte de los donantes internacionales y de los gobiernos para responder a esta mortífera enfermedad. Si se ponen todos los medios en este sentido, muchas más personas podrán hacerse las pruebas, recibir tratamiento y curarse. El mundo ya no puede quedarse de brazos cruzados ignorando la amenaza de la tuberculosis multirresistente. Tenemos que actuar ahora”, concluye el presidente de MSF.
Tuberculosis (TB): A pesar de ser una enfermedad que existe desde tiempos remotos, la TB es actualmente la segunda causa de muerte en el mundo, con cada vez más casos de TB resistente a los medicamentos de primera línea que se utilizan para tratarla (DR-TB). Según el informe de 2011 de la Organización Mundial de la Salud sobre el control mundial de esta enfermedad, se estima que hay unos 12 millones de personas con TB en el mundo.
MDR-TB: La TB multirresistente a los medicamentos (MDR-TB por sus siglas en inglés) es una forma de la enfermedad que no responde a los tratamientos estándar de primera línea. El tratamiento es difícil, se lleva a cabo con medicamentos muy tóxicos y dura alrededor de dos años. La tuberculosis resistente a los medicamentos (DR-TB por sus siglas en inglés) se desarrolla durante el tratamiento de la TB sensible a los medicamentos, cuando los pacientes no completan todo el curso de tratamiento, cuando hay interrupciones del suministro de medicamentos, o cuando los profesionales de la salud proporcionan dosis insuficientes o medicamentos inapropiados, caducados o de poca calidad. Se ha probado que la MDR-TB se contagia también por transmisión directa, de persona a persona.
Recortes de financiación: Después de que gran parte de los donantes incumplieran las promesas realizadas en la Reunión de Alto Nivel de Naciones Unidas que se celebró en junio de 2011 en Nueva York, el Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria tuvo que tomar la decisión sin precedentes de cancelar la ronda número 11 de reposición de fondos que estaba prevista para octubre del año pasado. Sin esta ronda de financiación, las nuevas subvenciones para la ampliación del tratamiento no se desembolsarán hasta el año 2014, dejando a los países sin poder responder activamente a las necesidades de TB de sus respectivas poblaciones.
FOTO: © José Cendón/MSF