Los últimos datos proporcionados por la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), señalan al trimestre diciembre 2011-febrero 2012 de extremadamente seco (con una precipitación media acumulada de 62 mm). Esto es un 30% del valor medio correspondiente para dicho trimestre. Las perspectivas para el resto del año no son demasiado alentadoras y pronostican la entrada en un periodo de sequía en nuestro país.
Greenpeace destaca que estos efectos son cada vez más graves, tanto por su extensión como por su intensidad. Poco o nada han hecho las administraciones para luchar contra la excesiva demanda de recursos hídricos en España, el robo de agua y la contaminación. El coste de esta inacción no solo es económica sino que amenaza nuestra soberanía alimentaria, a los ecosistemas e incluso a la salud.
"Nunca nos hemos enfrentado a una amenaza global como ésta, y sólo existen dos caminos para afrontarla. Actuar ahora para combatir el cambio climático o dejar que las futuras generaciones asuman el coste de nuestra pasividad", ha declarado Julio Barea responsable de la campaña de Energía y Cambio Climático.
Si queremos salvar nuestro clima, urge que España dirija su política energética hacia un modelo basado en las energías renovables, el ahorro y la eficiencia. Sin embargo, las acciones del Gobierno parecen que se encaminan en sentido contrario. Acaba de autorizar nuevas prospecciones de hidrocarburos en aguas de Canarias y no restringe la extracción de gas no convencional (fracking). Se puede frenar el cambio climático, pero para ello tenemos que reducir las emisiones con urgencia y llevarlas a cero lo antes posible. El informe de Greenpeace, Energía 3.0, demuestra que es posible.