El candidato socialista a la Presidencia del Principado, Javier Fernández, afirmó el jueves que Asturias no se puede permitir que se hagan cargo de su destino "unas derechas donde todos hablan mal de todos... y es en lo único en que tienen razón. Lo único", remarcó. En un lado situó al líder del Ejecutivo central, Mariano Rajoy, "preocupado por derrotar a Cascos"; y al otro lado, al presidente regional, Francisco Álvarez-Cascos, "que quiere vengarse de Rajoy". Sin embargo, dijo, "yo no quiero vengarme de nadie,no quiero derrotar a nadie. Lo único que quiero es hacerme cargo de esta comunidad, sacar adelante esta región", aseguró.
Así, advirtió de que cuando la derecha ha gobernado, Asturias "ha retrocedido", e insistió en que esta situación "no puede repetirse otra vez, porque las recaídas son muy malas en las enfermedades, pero peor en política". Y acusó a Cascos y a Rajoy de estar jugando "una indecente partida de poder" sobre Asturias.
Durante su intervención en el mitin central de la camapaña en Gijón y ante 4.000 personas, acto en el que intervinieron también el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, el ex presidente Felipe González y el portavoz socialista en el Ayuntamiento de Gijón, Santiago Martínez, Fernández apostó por una economía productiva que cree empleo y mantenga el estado de bienestar, pues "es el patrimonio de los que no tienen patrimonio y el espacio mental, político y electoral del Partido Socialista y lo vamos a defender", recalcó.
El cabeza de lista de los socialistas defendió que su partido es el que mejor conjuga el verbo modernizar: "Felipe modernizó España y Tini modernizó Asturias. Y ahora tenemos, en unas circunstancias nuevas, otro proceso de modernización por delante". Y Javier Fernández tiene claro que "no nos va a caer del cielo una nube preñada de nanotecnología, renovables, industria aerospacial o vehículos híbridos. No funciona así. Un cambio de modelo productivo no se hace metiendo una moneda en una máquina, hay que trabajar con el cimiento de lo que ya hay, modernizando nuestras empresas", explicó.
Además de arremeter contra la reforma laboral, envió un mensaje de apoyo a los empleados públicos "que la derecha quiere que sean los chivos expiatorios de esta crisis"; apostó por una escuela "laica y científica" y recriminó a la derecha que hable de libre elección de centro cuando, en realidad, de lo que se trata es de que sean los colegios los que elijan a qué niños quieren educar.
Emocionado por el "calor y la fuerza" que le transmitía el público presente, Fernández concluyó reclamando su apoyo para "que me ayudéis a decirle a todo el mundo" que Asturias necesita un Gobierno "moderado, de mayorías y gente prudente". "Las victorias hay que pelearlas. Hay que poner pasión por ganar. Y el domingo vamos a ganar en Asturias", aseguró.
El secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, también auguró el triunfo del PSOE en las elecciones del domingo: "Os veo, lo veo, os oigo, lo siento, vamos a ganar las elecciones", repitió al auditorio una y otra vez. A continuación, bromeó diciendo que había pedido ser telonero por dos razones: porque es "imposible" hacer un mitin después de Felipe González; y segundo, porque es un "gran honor hacer la presentación de dos de los socialistas que más admiro, de dos presidentes: uno lo fue durante 14 años, y otro lo será en Asturias desde el domingo".
Rubalcaba, siempre implacable con la reforma laboral, también incidió en que si gana la derecha, desaparecerán profesores de las aulas, y si gana el PSOE, lo que desaparecerá es el fracaso escolar; de igual forma, habrá menos quirófanos y ambulancias con la derecha, y menos listas de espera con los socialistas.
Por su parte, Felipe González comenzó explicando que la democracia no garantiza el buen gobierno, sólo que podamos quitarnos de encima al gobierno que no gobierna. Hagámoslo el domingo", animó.
Al igual que hizo después de él Javier Fernández y había hecho antes Alfredo Pérez Rubalcaba, abogó por un sistema nacional de salud que no es sólo cohesión social y solidaridad, sino que es, junto a la educación, el único elemento anticíclico que tenemos en esta crisis y que redistribuye bienes públicos con acceso universal, redistribuye conocimiento, tecnología, ciencia, avance. "Nos hace ser un país de primera cuando en muchas cosas estamos pasando a segunda división", sentenció.