El Secretario General de la ONU condenó en los términos más enérgicos la rebelión de elementos de las fuerzas armadas de Mali, que anunciaron la disolución de las instituciones de gobierno y la suspensión de la Constitución. En un comunicado, Ban Ki-moon instó a los responsables a evitar cualquier acto que pueda escalar la violencia y desestabilizar aún más al país.
Ban llamó a la restauración inmediata del orden constitucional en Mali y aseveró que la ONU está lista para trabajar con todos los actores relevantes –incluidos los líderes regionales– para preservar los avances democráticos conseguidos por ese país africano en las últimas dos décadas.
La actividad en Bamako, la capital, se encuentra prácticamente paralizada tras el ataque de militares el día de ayer al Palacio Presidencial para deponer al presidente Amadou Toumani Toure, a quien le quedaba un mes para concluir su mandato al frente del país.
Los militares amotinados afirman que han detenido a tres ministros y se desconoce el paradero del presidente.
Lo que comenzó como una protesta en un cuartel contra la incapacidad del gobierno para enfrentar a grupos armados y rebeldes secesionistas de la etnia Tuareg, en el norte del país, se transformó con el paso de las horas en un virtual golpe de Estado.
Unos 50 miembros de la guardia presidencial se reportan dentro de los fallecidos por los violentos enfrentamientos de la noche del miércoles.