La suma de factores estructurales como la pobreza o la falta de acceso a los servicios básicos, y otros hechos recurrentes en los últimos años como las sequías, la baja producción de cereal y forraje y la subida de los precios de los productos de primera necesidad dejan a más de 13 millones de personas en situación de crisis alimentaria, es decir, al filo de la supervivencia.
n Gambia declara la alerta por Crisis Alimentaria y se suma a los países afectados por la emergencia: Burkina Faso, Chad, Mali, Mauritania, Níger y regiones de Senegal.
"Todos los indicadores apuntan a que la situación en el Sahel se agravará alarmantemente durante los próximos meses de junio y julio". Así lo recalca la responsable de Cooperación Internacional para África de Cruz Roja Española, Cristina Domínguez, que recalca la necesidad de intensificar la asistencia alimentaria de forma inmediata, en conjunción con medidas de cooperación a largo plazo. "Ahora estamos reforzando las distribuciones de alimentos y de forraje para el ganado, pero no atajaremos realmente esta situación si no se abordan las razones estructuras que hay detrás de la crisis del Sahel", indica.
Y es que la denominada crisis del Sahel es una grave confluencia de factores estructurales como la pobreza o la falta de acceso a los servicios básicos, unido a hechos recurrentes en los últimos años como las sequías, la baja producción de cereal y forraje o la subida de los precios de los productos de primera necesidad. En resumen, más de 13 millones de personas que se enfrentan a una grave crisis alimentaria en Burkina Faso, Chad, Mali, Mauritania, Níger, Senegal y ahora también, Gambia, que acaba de declarar también la Emergencia Nacional.
"Por estos motivos, aunque estamos a tiempo de evitar una catástrofe en el Sahel similar a la ocurrida en el Cuerno de África, es preciso reforzar la asistencia a largo plazo a través de la diversificación de la producción y el apoyo a la agricultura sostenible, poner en marcha proyectos de rehabilitación medioambiental para mitigar el impacto de la sequía, mejorar los sistemas de alerta temprana y, en definitiva, apostar decididamente por la formación de las comunidades locales; sólo así podremos combatir una inseguridad alimentaria que puede resultar crónica", insiste Cristina Domínguez.
La inseguridad general en la región y, en las últimas semanas, la escalada del conflicto entre tuaregs y gobierno de Mali no hacen sino complicar la atención a los afectados: "Cualquier desplazamiento masivo de población dificulta la gestión de la ayuda y eleva el nivel de crisis", apostilla Domínguez. Mañana parte hacia Mali un nuevo delegado de Emergencias de Cruz Roja Española, que viene a reforzar las delegaciones de la Institución española que ya trabajan codo con codo con la Cruz Roja y la Media Luna Roja de los países del Sahel.
FOTOS: Juan Pablo Palladino
FOTO: © ACNUR/ S.Modola