Por IDIBELL.- Un estudio liderado por el Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL) ha demostrado que la pérdida del gen BRG1 implica una carencia de respuesta de las células al ácido retinoico (vitamina A) y los corticoides, lo que provoca que el tumor pueda continuar creciendo. Aunque todavía es pronto para una aplicación terapéutica, el descubrimiento permite conocer mejor la biología de los tumores.
Investigadores del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL) han demostrado que la pérdida del gen BRG1 implica una carencia de respuesta de las células a ciertas hormonas y, por lo tanto, hace que el tumor siga creciendo. Los resultados del estudio se han publicado en la revista EMBO Molecular Medicine.
El ácido retinoico (vitamina A) y los corticoides son hormonas que protegen del estrés oxidativo, disminuyen la inflamación y están implicadas en procesos de diferenciación celular. Dado que una de las características de los tumores es que sus células han perdido la capacidad de diferenciarse, estas hormonas tienen propiedades útiles para prevenir el cáncer. Actualmente, el ácido retinoico y los corticoides se están utilizando para el tratamiento de algunos tipos de leucemia.
El gen BRG1
El grupo de Genes y Cáncer del IDIBELL, liderado por Montse Sánchez-Céspedes, descubrió hace unos años que el gen BRG1, supresor de tumores, está inactivado en el cáncer de pulmón de célula no pequeña por mutaciones genéticas.
"La proteína BRG1 forma parte de un complejo remodelador de cromatina que regula la expresión de varios genes”, ha explicado la investigadora, “y está relacionado con la diferenciación de las células pulmonares, ya que permite la respuesta de las células a determinadas hormonas y vitaminas del ambiente como la vitamina A o los corticoides”.
Cuando BRG1 está mutado y por lo tanto inactivo, las células tumorales no responden a la presencia de estas hormonas y continúan creciendo y expandiéndose. Por este motivo, estos tipos de tumores son refractarios a tratamientos con estas sustancias.
Aplicación clínica
“Por el momento”, advierte Montse Sánchez-Céspedes, “no somos capaces de restituir la funcionalidad de un gen supresor de tumores como es BRG1 en los pacientes. Por lo tanto, todavía estamos muy lejos de una aplicación terapéutica pero el descubrimiento nos permite conocer mejor la biología de los tumores. Lo que queremos hacer en un futuro inmediato es buscar agentes que destruyan específicamente las células con BRG1 mutado, siguiendo la estrategia de los letales sintéticos”.
En cualquier caso, el hallazgo sí puede ser útil en el avance de la medicina personalizada, ya que “explica por qué los pacientes con cáncer de pulmón son resistentes a estos tratamientos, y podría servir para descartar las terapias con derivados de hormonas lipídicas en pacientes que presenten mutaciones en BRG1, no sólo en cáncer de pulmón, sino también en cáncer de mama y próstata, entre otros”, concluye.
FOTO: Montse Sánchez-Céspedes y Octavio Romero. Imagen: IDIBELL.