"Es inadmisible el empleo de la voz género como sinónimo de sexo", señala la Academia Mexicana

"Es inadmisible el empleo de la voz género como sinónimo de sexo", señala la Academia Mexicana

La Academia Mexicana de la Lengua recibe con frecuencia consultas sobre “el sexismo en la lengua”, el llamado “lenguaje de género” y la forma en femenino de algunas voces que designan títulos y cargos. Muchas de estas inquietudes están relacionadas con la lucha, sin duda admirable, en favor de los derechos de la mujer. Reconociendo el valor e importancia de estas inquietudes, la Academia Mexicana desea expresar su opinión, en cumplimiento de la misión que le fue encomendada desde su fundación en 1875: “el perfeccionamiento de la lengua española” y la conservación de la norma culta. De acuerdo con ello, ha formulado cuatro recomendaciones con base en las distintas obras elaboradas por la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE):

 

1. Es posible advertir que, en épocas recientes, suelen confundirse los términos género gramatical y sexo. De ahí suele derivarse la conclusión equivocada de que la lengua es sexista. Las voces tienen género gramatical mientras que los seres vivos tienen sexo. Es inadmisible el empleo de la voz género como sinónimo de sexo fuera del ámbito de los estudios sociales en los que, como tecnicismos, ambas voces adquieren ciertos significados específicos, que no corresponden al uso general de la lengua.

2. En los sustantivos que designan a seres animados, el masculino gramatical no sólo se emplea para referirse a los individuos de sexo masculino, sino también para referirse a todos los individuos de la especie, sin distinción de sexos: El hombre es el único animal racional; El gato es un buen animal de compañía; Los hombres prehistóricos se vestían con pieles de animales; En mi barrio hay muchos gatos (de la referencia no quedan excluidas ni las mujeres prehistóricas ni las gatas). Así, con la expresión losalumnos podemos aludir a un colectivo formado exclusivamente por varones, pero también a uno formado por hombres y mujeres.

A pesar de ello, en los últimos tiempos, por razones políticas, que no de orden lingüístico, se está extendiendo la costumbre de hacer explícita en estos casos la alusión a ambos sexos: Decidió luchar ella, y ayudar a sus compañeros y compañeras. Se olvida que en la lengua está prevista la posibilidad de referirse a colectivos mixtos a través del género gramatical masculino, posibilidad en la que no debe verse intención discriminatoria alguna, sino la aplicación de la ley lingüística de la economía expresiva (Diccionario panhispánico de dudas, DPD). Si bien es cierto que existen algunos casos en los que es preciso utilizar en una misma oración el sustantivo masculino y el femenino, como en Los hombres y las mujeres pueden realizar el servicio militar, se trata de casos particulares, no muy frecuentes, que se hacen necesarios por los cambios recientes en la práctica de algunas actividades antes reservadas a los hombres.   

Por otra parte, en palabras como ballena, rata o águila el masculino se forma añadiendo el adjetivo macho, sin que esta práctica tenga asomo de sexismo, simplemente estos sustantivos pertenecen al género gramatical epiceno.

3. Con el fin de eliminar el presunto carácter sexista también se ha dado lugar a otras expresiones que transgreden las normas de la gramática. Entre ellas está el empleo del signo arroba (@) en frases como l@s niñ@s, como recurso gráfico para integrar en una sola palabra las formas masculina y femenina del sustantivo, ya que este signo parece incluir en su trazo las vocales a y o. A esto se añade la imposibilidad de aplicar esta fórmula integradora en muchos casos sin dar lugar a graves inconsistencias, como ocurre en Día del niñ@, donde la contracción del sólo es válida para el masculino niño (DPD). Estas soluciones se explican por el desconocimiento de la gramática. Su uso es desaconsejable, pues el signo arroba no forma parte del alfabeto latino, con el que se escribe nuestra lengua.

4. La presencia de marcas de género gramatical en los sustantivos que denotan algunas profesiones o actividades desempeñadas por mujeres está sujeta a cierta variación. Muchos eran comunes en cuanto al género, mientras que en algunos casos el femenino designaba antiguamente a la esposa del que ejercía un cargo o una profesión (la coronela, la gobernadora, la embajadora, la jueza). Estos sustantivos se emplean hoy frecuentemente con un nuevo significado, ya que las mujeres ejercen estas actividades en forma habitual. La lengua ha acogido femeninos como abogada, arquitecta, bióloga, candidata,catedrática,diputada, regenta, física, ginecóloga, ingeniera, licenciada, matemática, ministra,música, odontóloga, torera, presidenta, etc. En cambio, otros sustantivos como fiscala, jueza, edila o médica han recibido desigual aceptación en los países hispanohablantes. La Academia Mexicana de la Lengua recomienda utilizar las voces en femenino de acuerdo con el empleo más frecuente en el español culto. La consulta de las obras académicas −específicamente el Diccionario panhispánico de dudas, la Ortografía de la lengua española y la Nueva gramática de la lengua española− puede ayudar a resolver los casos dudosos.

 

Fuente: Academia Mexicana de la Lengua

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