Por ESA.-La cobertura global del sistema europeo de navegación por satélite permite utilizarlo para localizar llamadas de emergencia, facilitando la labor de los equipos de rescate. Durante los próximos dos años se pondrá a prueba una importante ampliación del servicio mundial de búsqueda y rescate, que mejorará todavía más su eficacia.
El ‘Sara G’, el barco del Atlantic Odyssey Challenge en el que seis remeros pretendían cruzar el océano Atlántico, volcó tras 27 días en alta mar. En la mañana del 30 de enero, su tripulación luchaba contra el temporal aferrada al bote salvavidas, a 800 km de tierra firme – afortunadamente, su señal de socorro fue detectada desde el espacio y los equipos de rescate llegaron en menos de 14 horas.
El sistema internacional Cospas-Sarsat lleva 30 años haciendo más seguros los viajes por tierra, mar y aire, salvando más de 24 000 vidas desde sus inicios.
Cospas es el acrónimo ruso de ‘Sistema Espacial para la Búsqueda de Naves en Peligro’, mientras que Sarsat es el acrónimo inglés de ‘Localización por Satélite para Búsqueda y Rescate’.
Los satélites del sistema Cospas-Sarsat localizan el origen de las señales de socorro emitidas por balizas a bordo de embarcaciones o aeronaves y alertan a las autoridades locales.
“El eslogan de este servicio es ‘eliminando la parte de ‘búsqueda’ de la Búsqueda y Rescate’ ”, explica el ingeniero de la ESA Igor Stojkovic.
Igor participó en la reunión del grupo de trabajo de Cospas-Sarsat celebrada durante toda la semana pasada en ESTEC, el centro tecnológico de la ESA en Noordwijk, Países Bajos. En este encuentro se dieron cita representantes de 21 naciones, así como de la ESA y de la Comisión Europea, en representación de Galileo.
“Hemos terminado de planificar una campaña de ensayos a escala global en la que se probarán las nuevas prestaciones de Cospas-Sarsat, tras incorporar los satélites de navegación al sistema”, añade Igor.
“Se están instalando receptores de señales de socorro en los nuevos satélites GPS estadounidenses y en los Glonass rusos. Como la constelación europea se empezó a desplegar el año pasado, Galileo será la que más satélites aporte al sistema”.
Fundado por Canadá, Francia, Rusia y los Estados Unidos, Cospas-Sarsat empezó a operar con ‘transpondedores’ montados a bordo de satélites en órbita baja (LEO).
“Los satélites en órbita baja se mueven a gran velocidad, lo que les permite determinar el origen de las llamadas de socorro al medir su efecto Doppler”, explica Igor.
“Sin embargo, cada uno de estos satélites sólo cubre una pequeña región de la Tierra, por lo que se puede perder un tiempo precioso esperando a que pase sobre la estación de seguimiento para entregar el mensaje – por otra parte, para localizar el origen de la señal de socorro el satélite tiene que sobrevolar la baliza dos veces como mínimo”.
En los años noventa, Cospas-Sarsat incorporó al sistema satélites en órbita geoestacionaria (GEO), a 36 000 km sobre la superficie de nuestro planeta.
Los satélites geoestacionarios tienen la propiedad de permanecer en un punto fijo del cielo, vistos desde la superficie de la Tierra, lo que les permite detectar y retransmitir las señales de socorro de forma inmediata. Sin embargo, no son capaces de determinar su origen.
“A partir de ahora, Cospas-Sarsat utilizará también satélites de navegación, situados en órbitas intermedias (MEO)”, añade Igor.
“Las constelaciones de satélites de navegación han sido cuidadosamente diseñadas para ofrecer cobertura global, y son capaces de determinar el origen de una señal de socorro tras recibir un único pulso, gracias a una combinación de mediciones de frecuencia y tiempo”.
El primer transpondedor de Cospas-Sarsat en órbita media viaja a bordo de un satélite Glonass lanzado el año pasado. A finales de este verano, se sumarán dos más a bordo de la próxima pareja de satélites Galileo.
“La campaña de demostración y evaluación se llevará a cabo con estos tres satélites. Sus resultados permitirán definir los requisitos del sistema operacional que comenzará a desplegarse en el año 2015”, concluye Igor.
Los satélites Galileo disponen de una función adicional: por primera vez se enviará una respuesta a los que solicitan auxilio, haciéndoles saber que su señal ha sido recibida y que los equipos de rescate están en camino.