Por UGR.-Científicos españoles demuestran que los hombres con alopecia androgenética tienen más posibilidades de padecer hiperplasia benigna prostática, la enfermedad de la próstata más frecuente, que provoca un crecimiento anormal y desordenado de las glándulas que están en contacto directo con la uretra. Provoca la formación de un tumor benigno que obstruye la salida de la orina.
Científicos españoles han confirmado que existe una clara relación entre la alopecia androgética (la calvicie común que aparece de forma prematura) y la hiperplasia benigna prostática (HBP), un crecimiento no maligno en el tamaño de la próstata que aparece en los hombres con la edad, relacionado con algunas hormonas como la dihidrotestosterona.
Esta enfermedad se da en más del 50% de los hombres de 60 años, y provoca síndrome miccional o necesidad de orinar muchas veces. Los resultados demostraron que existía una relación clara y directa entre los sujetos con calvicie temprana y los que padecían hiperplasia benigna prostática, según se desprende de un artículo publicado en la revista de la Academia Americana de Dermatología.
De hecho, los hombres que sufren alopecia precoz tienen más posibilidades de padecer HBP que los demás. Este artículo ganó el primer premio del 68 Congreso Anual de la citada institución americana, celebrado en Miami (EE UU).
La alopecia androgenética es la más frecuente de las calvicies, y se da mucho más en los hombres que en las mujeres. Tiene un componente hereditario y evoluciona progresivamente sin tratamiento.
Por su parte, la hiperplasia benigna también es la enfermedad de la próstata más frecuente, y provoca un crecimiento anormal y desordenado de las glándulas que están en contacto directo con la uretra. Provoca la formación de un tumor benigno que obstruye la salida de la orina.
En este estudio participaron un total de 87 hombres. De ellos, 45 habían sido diagnosticados por el dermatólogo de alopecia androgénica, mientras que los otros 42 eran sujetos sanos considerados como control.
A todos ellos se les midió el volumen prostático a través de una ecografía transrectal, y el flujo urinario por flujometría urinaria. También se les realizó un estudio hormonal y el Índice Internacional de Puntuación de la función eréctil.
Imagen: UGR.