Por MSF.- La organización médico-humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF) ha abierto una nueva clínica de maternidad en la provincia de Khost, en el este de Afganistán, donde ofrece una muy necesaria atención pre y posnatal de calidad. Los enfrentamientos en la zona limitan el acceso de las mujeres a este tipo de servicios.
Tras décadas de conflicto, las tasas de mortalidad materno-infantil afganas se encuentran entre las más altas del mundo. La mayoría de mujeres, sobre todo en las zonas rurales, no tienen otra opción que dar a luz sin la asistencia adecuada y en condiciones insalubres, lo que supone un serio peligro para sus vidas y las de sus hijos si se presentan complicaciones.
La situación en Khost es una de las más volátiles de Afganistán. En los últimos años esta provincia ha sido escenario de intensos combates entre fuerzas militares nacionales e internacionales y grupos armados en la oposición. El conflicto limita la capacidad de las mujeres para acceder a una atención materna adecuada.
“La atención especializada de esta nueva clínica ayudará a cientos de mujeres a dar a luz de forma segura y a que los recién nacidos reciban los cuidados que necesitan”, afirma Hilde Cortier, directora médica de las nuevas instalaciones de MSF.
Esta maternidad, con capacidad para 56 camas, es el primer centro especializado de este tipo en la región. Cuenta con una sala de partos, donde ofrece atención obstétrica en alumbramientos normales y complicados, y con un quirófano para intervenciones obstétricas de urgencia. Las instalaciones permiten ingresar a mujeres embarazadas con problemas o enfermedades, así como después del parto o de ser sometidas a cirugía. También hay una sala de neonatología para bebés que necesitan cuidados especiales.
El equipo de MSF en la nueva maternidad de Khost está compuesto por profesionales afganos e internacionales, aunque las pacientes solo son atendidas por personal médico femenino. Todos los servicios médicos son gratuitos y, al igual que en todos los centros y hospitales de MSF en Afganistán, la entrada de armas de fuego está terminantemente prohibida, para garantizar la salud y la seguridad de los pacientes.
Otros equipos de la organización trabajan en el hospital Ahmed Shah Baba, en el este de Kabul, la capital afgana, en el hospital Boost de Lashkargah, en la provincia de Helmand, y en un hospital en Kunduz, en el norte del país. MSF da apoyo a todos los servicios de estos centros, donde presta atención médica gratuita a la población. Para financiar sus proyectos en Afganistán, MSF depende únicamente de donaciones privadas y no acepta fondos de ningún gobierno.