Nuevas técnicas para el tratamiento de atrofias óseas maxilares

Nuevas técnicas para el tratamiento de atrofias óseas maxilares

Cristina G. Pedraz/DICYT Desde su puesta en marcha en 1996, la empresa vallisoletana dedicada a la implantología oral Mozo-Grau, cuya sede se ubica en la localidad de Arroyo de la Encomienda, se ha centrado en diversas líneas de I+D+i. Las principales se relacionan con la certificación de los productos que ofrecen y con el diseño de nuevas técnicas y nuevas soluciones en cirugía implantológica, a través de las cuales han publicado cerca de ocho estudios y 40 artículos en revistas científicas internacionales desde 2002.


Como detalla Fernando Mozo-Grau, presidente de la firma, la investigación es un pilar “fundamental” por lo que mantienen colaboraciones con más de una docena de universidades y centros de investigación españoles y también de países como Estados Unidos, Chile o Polonia.


Una de las sus líneas de trabajo más activas es la búsqueda de nuevas soluciones para el tratamiento de atrofias óseas maxilares. En la actualidad, no existen soluciones “predecibles” para el tratamiento de grandes atrofias, por lo que la industria y los expertos en esta especialidad investigan las distintas alternativas posibles y cuáles son las más fiables. “Estamos centrados sobre todo en la regeneración de estos defectos por distintos medios, o bien a través de biomateriales o bien por dispositivos mecánicos”, apunta el presidente de Mozo-Grau.


Respecto a la regeneración a partir de biomateriales, asegura que se intenta solucionar la atrofia mediante compuestos con células madre que estimulan el crecimiento del hueso, un estudio que se está llevando a cabo conjuntamente con el Hospital Gregorio Marañón de Madrid y con la Universidad de Alcalá de Henares.


Dispositivos mecánicos


La otra solución en la que se está trabajando consiste en el empleo de dispositivos mecánicos para ayudar a generar un espacio o a mantenerlo con el fin de regenerar hueso, en lo que la empresa ha empezado a colaborar con la Universidad de Bolonia, en Italia.


Según recuerda Fernando Mozo-Grau, la I+D+i en la empresa surge a raíz de la necesidad de certificar los productos. “Se trata de un producto sanitario muy tecnológico, un producto quirúrgico como es un implante dental. Todas las precauciones y la transmisión de garantías a los clientes son pocas”, señala. Gracias a las investigaciones en este sentido han obtenido una tasa de éxito cercana al 98 por ciento, lo que sitúa a la empresa vallisoletana entre las cinco más avanzadas del mundo. Para lograr estos resultados, la empresa ha establecido acuerdos con facultades de odontología y centros de investigación punteros en todo el mundo.

 

 

 

Resolución de problemas periimplantarios

Mozo-Grau tiene abierta otra línea de investigación conjuntamente con la Universidad de Valencia para el tratamiento de los problemas periimplantarios. “Se trata de estudiar de qué manera se puede mantener en buenas condiciones un implante pasado un tiempo o solucionar los problemas que puede ocasionar si tener que quitarlo”, detalla el presidente de la empresa.


En este sentido, una de las dificultades que pueden surgir tras el implante es que se produzca una reabsorción, es decir, que disminuya la altura del hueso y que una parte del implante esté expuesta. “Esta exposición puede acumular placa bacteriana y eso puede suponer la pérdida de estabilidad del anclaje del implante”, añade el experto. El objetivo de esta línea de trabajo es el diagnóstico y tratamiento de la periimplantitis, como se denomina este problema, así como el análisis “de por qué se ha producido esa reabsorción para poder tratarla antes de tiempo”.


La empresa también investiga el estudio de nuevos materiales, la personalización de las prótesis dentales a través de tecnología de gran precisión o la protección ante una sobrecarga del implante, lo que ha desembocado en una patente.

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