Las previsiones para 2012 contemplan un retroceso del 1'7 % en la economía española

Las previsiones para 2012 contemplan un retroceso del 17 % en la economía española


  • Las previsiones son realistas y están en consonancia con las realizadas recientemente por la Comisión Europea y otros organismos internacionales.
  • Responden a un contexto exterior que se ha deteriorado en los últimos meses y a la decisión del Gobierno de reducir el déficit para cumplir con los compromisos europeos.

El Consejo de Ministros ha aprobado el nuevo cuadro macroeconómico para el ejercicio 2012, que contempla un retroceso del PIB del 1,7 por 100. Esta previsión está en línea con la realizada por la Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco de España. Se trata de una estimación realista ante una situación económica muy complicada en el contexto internacional y recoge el impacto del ajuste fiscal al que el Gobierno está comprometido con sus socios europeos.

La caída del 1,7 por 100 en el PIB para 2012 es consecuencia de un retroceso de la demanda interna del 4,6 por 100, que responde a un descenso del 1,4 por 100 en el consumo privado y del 11,5 por 100 en el de las Administraciones Públicas. La inversión retrocede el 6,9 por 100 lastrada por el sector de la construcción, que se contrae un 7,8 por 100. El sector exterior mantiene la contribución positiva al crecimiento de 2,9 puntos en 2012, gracias a que las exportaciones crecen el 3,4 por 100 mientras que las importaciones se contraen el 5,9 por 100.

 

Empleo, principal problema

El nuevo escenario macroeconómico contempla un retroceso del 3,7 por 100 en el empleo y un aumento hasta el 24,3 por 100 en la tasa de paro. Estos datos identifican cuál es el principal problema de la economía española y justifican la reforma laboral aprobada por el Gobierno. Sus efectos se empezarán a notar con más rapidez en la medida en que las empresas apliquen las medidas de flexibilidad interna y mejore el contexto general.


La economía española se enfrenta a un año difícil cuyo rumbo el Gobierno espera corregir con las medidas estructurales aprobadas. Además de la reforma laboral, la que ha afectado al sector financiero permitirá una recuperación del crédito y, en consecuencia, de la inversión y el empleo. El ajuste fiscal que acompaña al escenario macroeconómico permitirá sentar las condiciones de un modelo de crecimiento con bases más sólidas.

 

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