Insulza: “La construcción y consolidación de la democracia requiere defensa y promoción”

Insulza: “La construcción y consolidación de la democracia requiere defensa y promoción”

El Secretario General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, participó en el diálogo subregional mantenido en Costa Rica por los miembros del Sistema de la Integración Centroamericana y México bajo el título “Democracia para la paz, la seguridad y el desarrollo”, en el que realizó un análisis de la evolución de la democracia en la región, de los distintos hitos que han marcado su desarrollo y de los desafíos que enfrenta la misma para continuar fortaleciéndose.

En el encuentro, realizado en el marco de la conmemoración del décimo aniversario de la Carta Democrática Interamericana y los 30 años del proceso democrático en Centroamérica, el Secretario General consideró “muy propicio realizar un balance de la democracia dado el actual contexto mundial, en donde en Medio Oriente el surgimiento de movimientos civiles reclamando democracia y libertad, frente a regímenes autoritarios que por años se han mantenido en el poder, ha dado lugar a lo que se denomina la ‘primavera árabe’”.

Al resaltar algunas de las características de la Carta Democrática Interamericana (CDI), el jefe de la Organización hemisférica recordó que dicho documento “estableció una definición de democracia que trasciende una concepción minimalista de la misma, es decir, una definición de la democracia ceñida únicamente a lo electoral, como forma de elección y de gobierno de mayorías”. Explicó así los elementos contenidos en la Carta que son considerados esenciales para la democracia, entre ellos: el estado de derecho, la celebración de elecciones periódicas, libres y justas, el respeto a los derechos humanos, el pluralismo, y la separación de los poderes públicos. Igualmente resaltó la representatividad como núcleo central de la misma y por ende el “rol clave que los partidos políticos cumplen en este contexto”.

En su discurso, el Secretario General Insulza hizo también referencia a los mecanismos incluidos en la CDI para enfrentar las crisis y responder ante amenazas contra el orden constitucional democrático. “Entre 2001 y 2010, hubo en la región cinco presidencias interrumpidas y varias crisis políticas que tuvieron efectos desestabilizadores para las democracias en esos países”, explicó. Desde la adopción de la Carta en el 2001, continuó, “ésta ha probado ser eficaz en su capacidad para prevenir y resolver conflictos y crisis políticas en la región”, y citó episodios en los que la OEA desempeñó un rol de facilitador y negociador de salidas pacíficas para superar situaciones políticas, específicamente en Venezuela (2002), Nicaragua (2005), Ecuador (2005 y 2010), Bolivia (2008), Guatemala (2009) y Honduras (2009).

“A pesar de este balance relativamente positivo en lo que respecta a la eficacia de la CDI, la misma no deja de tener sus críticos. Una actualización de la Carta es necesaria frente a los desafíos y riesgos que hoy amenazan la consolidación y la esencia misma de la democracia. No nos enfrentamos a situaciones de muerte violenta o súbita de la democracia, sino a procesos de muerte lenta. Es decir, a procesos de involución, en donde los elementos constitutivos o esenciales de la democracia se ven erosionados e inclusive violados. De esta manera, la democracia cae en una zona gris, en donde ya no se distingue claramente qué es y, por lo tanto, se transforma en un régimen híbrido”, afirmó.

“Frente a este tipo de riesgos y desafíos, la Carta Democrática es perfectible”, continuó, y explicó su propuesta de reformar la Carta basada en tres ejes: Dotar al Secretario General de mayores atribuciones para realizar una política más activa de seguimiento y prevención ante situaciones de riesgo; ampliar el rango de actores con capacidad para activar los mecanismos previstos en la Carta e incluir el Poder Legislativo, el Poder Judicial, y otros; y afinar el “menú” de actos o situaciones que constituyen una amenaza o una ruptura del orden democrático constitucional.

Al referirse a los desafíos y riesgos que deterioran los principios de la democracia, el Secretario General resaltó la concentración del poder y la erosión de las libertades civiles y políticas. Señaló la existencia de amenazas estructurales “que carcomen los cimientos mismos de la democracia”, entre ellas la pobreza, la desigualdad y la discriminación, al igual que la violencia, el crimen organizado y el narcotráfico. En ese sentido citó una serie de planos que ilustran el impacto de estos flagelos: el plano externo, en relación a la tensión en las relaciones bilaterales y regionales por el tráfico de drogas, armas y personas; el plano económico, que afecta al crecimiento y el desarrollo de los países; el plano social, que incluye la violencia y el aumento de la desconfianza; el plano de la gobernabilidad, reflejado en la caída en el nivel de aprobación popular de los gobiernos y la politización de la seguridad; el plano de la institucionalidad, planteado en el aumento de la desconfianza en el poder judicial; y el plano de la democracia, que se manifiesta por el aumento de la justicia por mano propia y una mayor propensión hacia la violación de los derechos humanos.

“Desafortunadamente, no abundan mejores prácticas ni casos exitosos en lo que respecta al combate del crimen organizado y del narcotráfico”, aseveró el Secretario General, que abogó por la búsqueda de otros enfoques y nuevas soluciones para enfrentar dicha problemática. “En vez de insistir una y otra vez con perspectivas y políticas que a lo largo de los años no han logrado mayores avances, creo que es momento de repensar lo qué hemos estado haciendo en esta materia y plantear alternativas”, puntualizó.

Al término de su intervención, el máximo representante de la OEA explicó que “la construcción y consolidación de la democracia es un proceso constante, que no tiene un punto final”, y reiteró el compromiso de la Organización de promover y defender los principios y valores constitutivos de la democracia. Por ello, aclaró que los ejes de actualización de la Carta propuestos no sólo deberían referirse al campo de la defensa de la democracia, sino también a su promoción, e invitó a “impulsar un mecanismo de seguimiento de este instrumento, en donde cada país decidiría someterse a éste. Un ejercicio que podría servir de base para identificar las fortalezas y debilidades del proceso democrático de cada Estado”.

El diálogo sub-regional se realiza entre el 11 y el 13 de mayo y fue organizado conjuntamente por la OEA, la organización IDEA Internacional, FLACSO y Funpadem.

 

FOTO: OEA

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