Leguina: “En este mundo hay una tendencia fatal a creer estupideces y la ciencia ayuda a eliminarlas”

Leguina: “En este mundo hay una tendencia fatal a creer estupideces y la ciencia ayuda a eliminarlas”

Por Eva Rodríguez/SINC.-La Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales ha invitado esta semana a Joaquín Leguina a impartir una charla sobre estadística y medios de comunicación. Aprovechando este foro, SINC ha hablado con él sobre divulgación científica, demografía y economía.

 

Usted pertenece al Cuerpo Superior de Estadísticos del Estado. ¿A lo largo de su carrera ha podido detectar en los medios de comunicación muchos errores relacionados con las estadísticas?

"La divulgación de la ciencia tiene una labor fundamental porque a aquella persona que dice que es malo vacunarse contra el sarampión se le puede tapar la boca con un artículo serio"

Cada vez se comenten menos, porque los periodistas tienen más información. En el fondo, en este tema late una preocupación que yo tengo: la falta en España de divulgadores científicos. Los investigadores españoles son muy reticentes a hacer divulgación porque consideran que es malgastar el tiempo, y yo les entiendo. Pero la ciencia forma parte de la cultura general. Los mortales no podemos acceder normalmente a los conocimientos que se trasladan a través de las revistas especializadas –porque no tenemos conocimientos para ello–, pero sí podemos conseguir fácilmente un libro de divulgación sobre química o biología. Además, la ciencia tiene un papel importante para eliminar ignorancias peligrosas. En este mundo en el que vivimos hay una tendencia fatal a creer todo tipo de estupideces y la ciencia ayuda a eliminarlas.

 

¿Cuáles son este tipo de creencias que debería desterrar la ciencia?

Por ejemplo, ahora hay un movimiento que dice que no hay que poner vacunas a los más pequeños. Yo creo que esto es criminal, aparte de que la política debería poner fuera de la ley este tipo de actividades. Creo que la divulgación de la ciencia tiene una labor fundamental porque a aquella persona que dice que es malo vacunarse contra el sarampión se le puede tapar la boca con un artículo serio. Ese es el mensaje que quería dejar en la Real Academia de Ciencias: “No nos dejen solos a los que somos racionalistas, ustedes, que son la clase más avanzada del racionalismo”.

 

¿Podría dar algún ejemplo de su especialidad en el que se haya cometido un error de comprensión?

Mi especialidad es la demografía. Uno de los ejemplos en los que hay científicos implicados es el siguiente. La relación de niños y niñas al nacer es constante en la raza humana desde el neandertal hasta ahora. Cada mil nacidos, 488 son niñas y 512 son niños, pero desde hace algún tiempo se ha detectado un leve cambio a favor de la niñas porque nace un porcentaje un poco más elevado. Entonces, aparecen unos biólogos y tiran por la calle de en medio y dicen que eso se debe al deterioro del semen humano en las sociedades urbanizadas, y un periódico español de tirada nacional les publica un artículo a doble página. Esta respuesta es totalmente falsa, los demógrafos ya lo sabíamos.

 

¿A qué se debe entonces este aumento en el nacimiento de niñas respecto a los niños?

Desde que los humanos practican el control de natalidad, seleccionan el número de crías que quieren tener y además, tienen preferencias de sexo. Pero todos conocemos casos de familias que, buscando ‘la parejita’, acaban teniendo solo muchos niños o muchas niñas. Eso es lo que los estadísticos y matemáticos denominan ‘rachas’, y se puede modelar matemáticamente. Lo que ocurre es que hay más familias que van buscando niños que niñas. Las rachas afectan a cerca del 13% de la población, que es muchísimo, y ahí se produce la descompensación.

 

¿Pero esto ya se sabía?

Esto lo había analizado un demógrafo canadiense hace quince o veinte años, y todos dentro de este mundillo de demógrafos, que no es muy grande, lo sabíamos. He puesto un ejemplo muy cercano porque otro demógrafo español y yo llamamos a este prestigioso periódico y se quedaron tiesos.

"Hay que apostar por la ciencia básica, esa que aparentemente no sirve para nada porque no tiene aplicación inmediata. Las cosas no se descubren como en las películas. Hay muchas horas de trabajo, muchos fracasos"

 

¿Y cómo cree que se debe fomentar una divulgación científica rigurosa en los tiempos que corren?

Quien no apueste por la ciencia ya sabemos dónde va a acabar. Hay que apostar, además, por la ciencia básica, esa que aparentemente no sirve para nada porque no tiene aplicación inmediata. Las cosas no se descubren como en las películas. Hay muchas horas de trabajo, muchos fracasos. La ciencia trabaja con este método de prueba y error. No hay otro, y es obvio que hay más errores que pruebas favorables.

 

¿Es compatible este tipo de inversión a largo plazo con el modelo capitalista actual?

No es lo mismo el sistema capitalista del siglo XVIII, cuando la burguesía empieza a moverse, que el sistema que se implanta después de la II Guerra Mundial. Pienso que hay que volver a un sistema sostenedor. Aparte de la crisis, ya venía a la deriva una diferencia de renta brutal. Las clases medias, que en mi opinión son las sostenedoras de la democracia y de un mercado amplio, se están constriñendo mucho a costa de debilitar la fuerza de los trabajadores, con leyes poco asistenciales y por el propio sistema productivo.

 

¿En su opinión, la crisis servirá para algo más que para ver en perspectiva los errores del pasado?

Creo que esta crisis debería servirnos, aparte de pasarlo mal, para reflexionar un poco. Cómo es posible que una persona que tiene un sueldo de 8 o 9 millones de euros al año diga que va a hacer un ERE porque los salarios son muy altos y pregona que deben crecer según la productividad. Esto hay que ponerlo sobre la mesa. El actual Gobierno lo ha hecho con los bancos, pero fiscalmente hay que atacarlo a fondo y poner límite a todo este mundo de especuladores. Son reformas que se tienen que hacer, si no, Europa se hundirá. La ventaja de los europeos respecto a los países emergentes es que tenemos un sistema social decente, bastante más que China, y eso también es exportable

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