- El último censo científico de la especie se llevó a cabo hace más de 10 años
- Las medidas de prevención escasean. En 2010 tan sólo se repartieron 14 mastines en toda Castilla y León
WWF, Ecologistas en Acción, SEO/Birdlife, ASDEN/EA, la Plataforma por la defensa de la Cordillera Cantábrica, FAPAS, ACENVA y ASCE rechazan que desde la Consejería de Medio Ambiente se insista en primar las actuaciones de control del lobo y en pedir que sea declarada como especie cinegética en todo el territorio de Castilla y León. Para estas organizaciones resulta preocupante que la Consejería ceda a las continuas presiones de ciertos grupos de interés, perpetuando así la persecución a la que el lobo se está viendo sometido en los últimos años en la región. Los grupos reivindican la importancia de la especie, la necesidad de impulsar un correcto seguimiento de sus poblaciones, la aplicación de nuevas y mejores medidas de prevención de ataques y un plan de apoyo a la ganadería extensiva.
Las organizaciones ambientales rechazan el modelo de gestión de las poblaciones de lobo basado casi exclusivamente en el control de una especie clave para el equilibrio de nuestros ecosistemas. También se oponen a la petición de la Junta de Castilla y León de que el lobo pueda ser considerado una especie cinegética al sur del Duero, ampliando su caza a todo el territorio de la región.
Esta medida no va a solucionar los problemas existentes, puesto que al norte del río también se producen daños y conflictos con el ganado. Por ello van a solicitar al Ministerio que rechace esta propuesta y que en cambio vele por el buen desarrollo y cumplimiento del plan de conservación y gestión de la especie, un instrumento exigido por la UE y del que también es responsable el Gobierno central.
Las ONG ambientales denuncian de nuevo que las ideas de modificación del Plan de conservación y gestión del lobo de la Consejería de Medio Ambiente de Castilla y León cede ante la presión de las organizaciones agrarias y prevén una continuidad de las políticas ineficaces llevadas a cabo hasta hoy. Además, critican que no ha existido, hasta la fecha, ningún tipo de proceso participativo. Desde el pasado mes de septiembre el Comité de seguimiento del Plan no se ha reunido y la mayor parte de los miembros no han recibido información alguna, excepto a través de la prensa.
Una de las mayores fortalezas del Plan es la existencia de este Comité, en el que todos los sectores podrían trabajar en la búsqueda de soluciones, más allá de ser convocados para la aprobación de los cupos anuales de caza, como ha venido ocurriendo hasta ahora. Los grupos esperan que la disposición al diálogo de la Consejería se muestre con todos los sectores y se haga a través del Comité.
En los últimos años se han primado las medidas de control de la especie y de compensación por daños, frente a la inversión en medidas de prevención, como perros guardianes, cerramientos o pastores eléctricos.
Por ejemplo, en 2010 tan sólo se repartieron 14 mastines en toda Castilla y León, pese a ser una de las medidas de prevención más eficaces que se conocen y tan sólo 27 beneficiarios recibieron algún tipo de ayuda para medidas de prevención.
Es crucial la inversión en este tipo de medidas, así como en investigación y desarrollo de nuevas formas de prevención para compatibilizar la existencia de lobos y ganaderos.
También resulta especialmente necesaria la aprobación definitiva de la norma que permita el uso de muladares tradicionales y el abandono de cadáveres de reses en el campo, algo fundamental para aportar recurso alimenticios a muchas especies y aliviar así gran parte de las tensiones existentes, a la vez que para facilitar la labor de muchos ganaderos.
A esto hay que añadir el interesante anuncio de la Junta de desarrollar posibles medidas agroambientales de apoyo al sector ganadero que ayuden a compatibilizar conservación y producción y sirvan para complementar , las rentas en zonas con presencia de lobo, y la necesaria mejora de los sistemas de pago vía seguro, que sin duda resultan más interesantes y prácticos que otras formas de compensación.
Otra anuncio interesante por parte de la Consejería es la mejora del seguimiento de las poblaciones de lobo, un elemento fundamental para poder aplicar planes de gestión de la especie con efectividad.
Las cifras actuales de población de la especie en Castilla y León son poco fiables, los estudios realizados son poco rigurosos. De hecho, no se ha llevado a cabo un censo del lobo desde hace más de 10 años. Esta situación permite especulaciones acerca del número de lobos existentes. Por una parte, los ganaderos hablan de un incremento de la población mientras que la Junta asegura que la población permanece estable. Las ONG conservacionistas y los científicos dudan de estos datos, alegando que los cupos de caza no se cumplen porque no existen tantos ejemplares. Por otra parte, las cifras indican que asciende la mortalidad ilegal por veneno o disparos.
Es fundamental encontrar soluciones a los problemas estructurales del sector ganadero en extensivo ya que éste supone una herramienta básica para vertebrar el territorio y para mantener una actividad fundamental para la conservación del patrimonio natural castellano. Pero el lobo no es el responsable de todos los problemas y dificultades que sufren los ganaderos. El lobo es necesario para controlar poblaciones de especies salvajes, evitando la propagación de enfermedades al ganado doméstico.
La dureza del trabajo, la falta de relevo generacional, los bajos precios, la subida de los costes de producción, las excesivas trabas burocráticas o la falta de apoyo institucional son algunos de los elementos originarios de la crisis en el sector. Para atajarlos, las ONG solicitan además la elaboración urgente de un Plan Nacional de Apoyo a la ganadería extensiva, elaborado con la participación de todos los grupos de interés.