La convocatoria de la reunión era de los más atractivas que uno puede recordar, se iban a presentar dos elaboraciones de la recién formada Quesería Artesanal Valbuena, S.L. que comercializa con la marca Granja Cantagrullas, y para acompañar a las mismas un Belondrade y Lurton. Ante tales productos, aunque suelo faltar muy poco a las reuniones ordinarias, a esta no podía faltar y numerosa fue la asistencia. 28 cofrades de número, 2 pendientes de su oficialización, 1 representando a su padre y 3 invitados de lujo, hacíamos un total de 34 personas, formando la reunión más numerosa desde el año 2010. 

A la llegada Manolo Bascarán tiene ya a la venta el anuario del 2011 que con tanto cariño elabora a lo largo del año y con el que he colaborado haciendo las fichas de cata del queso y del vino. Magnífica idea la emprendida, siendo este el segundo anuario realizado.

La reunión comienza presentando a nuestros invitados y a Leonardo. Rubén Valbuena, copropietario y alma mater de la quesería que lleva su nombre, Pascual Cabañas, copropietario de la Quesería artesanal de Pravia, que elabora los quesos Rey Silo, y conocido ya por todos nosotros y Marisun, propietaria de la tienda groumet ¡Um…. Qué rico! que con su iniciativa nos permite tener lo más granado de los quesos nacionales e internacionales. Leonardo Verdin, es hijo de nuestro compañero cofrade de mismo nombre, que por obligaciones profesionales no puede acudir a las reuniones y comunicó que delegaba en su hijo.

El cofrade mayor, en su intervención después de la bienvenida, hace un leve repaso de los acontecimientos acaecidos durante el mes de enero, para dar ceder la palabra a Ramón García, nuestro tesorero, que explica que las cuentas del ejercicio 2011 ya están elaboradas y se presentaran próximamente.

Se cede la palabra al cofrade superintendente, que explica el VIII Gran Capítulo de los Amigos de los Nabos en La Foz de Morcín y el XXXII certamen del quesu d´Afuega´l Pitu, y detalla la larga lista de celebración de grandes Capítulos de Cofradías, pertenecientes casi todas a Fecoga. A arropar a los Amigos de los Nabos no he podido acudir por compromisos adquiridos previamente, y bien que lo sentí al ser el primero al que no acudía, pero estando a 14 kilómetros de Oviedo es una lastima que sólo hayan acudido cuatro cofrades, los eternos viajeros Armando Álvarez y Juan Granda, a los que se sumaron Jorge Martínez e Ismael Fernández. En el segundo he tenido el placer de acudir como miembro del jurado, junto con Ismael Fernández y José Luis Corripio el día previo, y disfrutar al día siguiente de uno de los mejores certamen de quesos del Principado. El día del certamen,  se echó de menos la amplia delegación de la Cofradía que acudíamos al mismo en la década del 2000, y sólo Armando Álvarez y yo presenciamos la entrega del trofeo que la Cofradía dona al certamen desde nuestra fundación, y pudimos felicitar a nuestro cofrade Luis Alberto Abascal que recibió en los actos el Afuega´l Pitu de oro.

Tocaba el turno de la explicación de los productos a degustar, cediendo la palabra a Rubén Valbuena. A diferencia de otras reuniones, los abundantes quesos traídos, estaban repartidos impecablemente cortados en platos, y no en platos individuales, por lo que cada cofrade nos fuimos sirviendo como teníamos a bien.

 

 Rubén dirigiéndose a los cofrades, teniendo a su izquierda a Pascual y a Marisun.

De las familias Valbuena y de su empresa hablaré con más detalle próximamente. Con Rubén había tenido el placer de estar las horas previas a la reunión compartiendo mesa con otros tres amigos, disfrutando de una comida de las de recordar. Conocía dos de sus doce elaboraciones, y con las tres conocidas este día, me permiten afirmar que estamos ante una nueva generación de queseros en España que van a dar mucho que hablar. A ver si esa Asociación que tienen en mente él, Pascual y otros compañeros que comparten filosofía quesera, ve la luz pronto para el disfrute de los queseros de este país.

Rubén junto con su mujer Asela, ambos geógrafos de carrera, después de un largo periplo por el extranjero, con estancias en Francia, Holanda, Portugal, Brasil, República Dominicana, deciden con su amplia familia -a pesar de su juventud tienen cuatro hijos- volver a su Valladolid natal y asentarse en la pequeña localidad de Ramiro, cercana a Medina del Campo. En Ramiro ya estaban su hermana María, ingeniera agraria, y su marido José Ramón que gestionaban la empresa familiar de este último, encargándose de una ganadería que ya va por la tercera generación.

La experiencia vivida en Francia por el matrimonio Valbuena Álvarez, les permitían conocer tecnologías queseras apenas aplicables en España, y viendo la posibilidad de adaptarlas a la leche de oveja castellana, dieron un paso adelante y se embarcaron en el proyecto empresarial juntos con sus hermanos, y que ha venido a presentarnos. Conocimientos técnicos y materia prima de primera categoría para hacer quesos diferentes.

La quesería ve la luz a finales de agosto del 2011 y tras dos meses de superan pequeños problemas técnicos, comienzan su elaboración de forma continuada en noviembre, por lo que estamos ante unos quesos recién nacidos, de los que los miembros de la Cofradía hemos podido disfrutar de primera mano, gracias a las sugerencias del amigo e igualmente genial empresario quesero Pascual Cabañas.

La ganadería de José Ramón García es actualmente de 1100 ovejas de raza castellana, especie en vías de extinción, cuyo rendimiento es mínimo comparado con otras razas, ya que apenas alcanza una producción de un litro por oveja y día en dos ordeños, pero cuyos parámetros técnicos y sus condiciones organolépticas les permiten elaborar unos 50 kilos de queso diarios con leche cruda de máxima calidad.

Las elaboraciones que nos ha presentado Rubén, han sido tres: Cantagrullas Fresco, Cantagrullas Madurado y Cantagrullas Peral. Quesos de leche cruda de oveja castellana, con fermentos de la propia leche, unos con coagulación láctica y otros con fermentación mixta, unos con corteza natural y otro con corteza lavada, cada uno con un peso y forma diferente, al más puro estilo fermier francés. Cada queso es único y su elaboración también, sus precios van en línea con su calidad y aunque no estén al alcance de todos los bolsillos, conociendo lo que hay detrás de ellos considero que son correctos.

 

El Fresco, con cuatro días de elaboración, coagulación y cuajada láctica, muestra un poderío aromático y gustativo, que hasta la fecha no había tenido el placer de probar. El Madurado durante tres semanas, manifiesta lo mejor del terruño castellano extremo a través de la leche de sus animales autóctonos. El Peral, elaborado mediante fermentación mixta y con corteza lavada, con una maduración de unos 35 días, muestra la complejidad que le proporciona su novedoso proceso de elaboración a una leche de categoría superior.

 

Quesos para disfrutar, a los que valore a título individual con un 4,50, 4,75 y 4,50 puntos sobre 5 máximos respectivamente, bien merecían un compañero de viaje que no los desluciera. Rubén aconsejo, cuando fue llamado y consultado por el cofrade superintendente, el vino estrella que elabora su amigo y vecino Didier Belondrade, y se le dio el visto bueno para que todos los cofrades disfrutásemos del vino Belondrade y Lurton.

El francés Didier llegó para asentarse en tierras castellanas hace algo menos de dos décadas, y emprender con su ex mujer un proyecto innovador en su momento, en una Denominación de Origen Protegida aún incipiente. Gracias a ellos en Rueda se elaboró el primer vino blanco fermentado monovarietal de Verdejo, siendo la añada de 1994 la primera que vio la luz. Coalla Groumet es su distribuidor desde entonces en el Principado, y gracias a su eficiente dueño Ramón, el que suscribe junto con sus compañeros del Grupo de Catas Las Alondras, el mismo es conocido desde sus inicios y disfrutado en no pocas ocasiones. Como todo lo excelente, su precio no es para disfrutarlo a diario (su precio en tienda especializada es de 26 €), pero si para hacerlo en momentos especiales, y aún recordamos su presencia con nosotros en nuestras cenas navideñas.

Didier, ya separado de su mujer francesa que le daba uno de sus apellidos al vino, continúa con su proyecto independientemente, respetando el nombre que le dio un puesto de honor en el panorama vitivinícola español y completando su gama con otras dos elaboraciones, que llevan el nombre de sus hijas Apolina y Clarisa. Quinta Apolonia Belondrade es un monovarietal Verdejo sin barrica, y Quinta Clarisa Belondrade es un rosado monovarietal de Tempranillo.

En la reunión se degusto el vino de la añada 2010, que había sido embotellado en agosto de 2011, procedente de viñas viejas y fermentado en barrica sobre sus lías, al más puro estilo borgoñes. Considero que impacto a los presentes, muchos de los cuales lo desconocían y fuel un fiel escudero de los protagonistas de la noche, sus quesos vecinos elaborados con leche de oveja que en ocasiones se alimentan de las hojas secas que el viento les acerca de los viñedos cercanos.

 

Como vino conocido que es, lo disfrute una vez más, pero me quedo un sinsabor, como bien me comentaban mis compañeros dobles de colectivos Jorge e Iñaqui, al vino le faltaba pulir un poco más en botella (cuatro ó cinco meses le vendrán estupendos)  y estaba un poco revuelto, había notado el viaje realizado desde bodega, desde dónde traído directamente por Rubén, mostrando aristas no habituales en él. Ello no ha quitado para volver a disfrutar con su degustación y repetir que estamos para mi ante una de las tres elaboraciones de este tipo mejores que tenemos en España, como así lo hice ver en la rueda de opiniones. La puntuación que le he dado ha sido de 4 puntos sobre 5, cuando en otras ocasiones su puntuación ha sido superior.

La clásica rueda de intervenciones al finalizar la degustación, mostró la satisfacción de todos los presentes por la elección de los productos degustados, habiendo unanimidad sobre la excelente calidad de todos ellos y siendo el Fresco y el Peral los más alabados, aunque a mi personalmente el que más me ha gustado y valorado ha sido el Madurado.

El acto concluyo con la entrega de libros editados por la Cofradía, tanto a Rubén, como a sus acompañantes y nuestros invitados Marisun y Pascual Cabañas. Reunión para recordar, en el que pudimos disfrutar de productos de lujo, como pocas veces habíamos hecho.

 

Felicitar a Rubén por sus elaboraciones, animándole a que siga el camino emprendido  y agradecerle su presencia entre nosotros, así como a Pascual que una vez más pusiese sus conocimientos y amigos a disposición de la Cofradía, y animarle a que se consolide la idea de hacer una Asociación o similar de quesos de autor.