La FAO ayuda a las familias dispersas por el conflicto en Sudán del Sur

La FAO ayuda a las familias dispersas por el conflicto en Sudán del Sur

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) está ayudando a la población afectada por el conflicto en el estado de Jonglei, en Sudán del Sur, para que puedan alimentarse y rehagan sus vidas, a través de una serie de acciones de emergencia y a largo plazo.

Trabajando con la comunidad local, la FAO ha asistido en la distribución de vacunas para el ganado, aparejos de pesca, semillas de hortalizas y aperos, en un movimiento orientado hacia la desarrollo a largo plazo y la creación de capacidad en la nación más joven del mundo.

La Organización pretende suministrar toda la ayuda posible en los próximos dos a tres meses antes de que comience la temporada de lluvias y las carreteras se hagan impracticables. Las iniciativas futuras se centrarán además en la captación de agua de lluvia y otras medidas para potenciar la resiliencia a largo plazo.

En Jonglei y en todo Sudán del Sur, se culpa de la situación actual a las malas cosechas, el aumento de la demanda de alimentos, el rápido incremento de los precios, el conflicto y los desplazamientos de población. La disminución de la producción de cereales tiene un gran impacto en comunidades que se encontraban ya en apuros.

La producción cerealera en el recién creado país fue casi un 19 por ciento menor que el año precedente, y un 25 por ciento por debajo que la media de los últimos cinco años. El déficit de cereales para 2012 se calcula en más de 470 000 toneladas, casi la mitad de las necesidades de consumo total que el país tiene previsto este año.

Los últimos datos proceden de la Misión de evaluación de la FAO y el PMA de cultivos y seguridad alimentaria en Sudán del Sur.

Es crucial proteger al ganado

Como medida de emergencia para proteger la principal fuente de alimentos y medio de subsistencia de la región, la FAO suministrará vacunas y antibióticos para prevenir la propagación de enfermedades animales y tratar a más de 100 000 reses durante aproximadamente un mes. Los suministros serán administrados a través de redes de veterinarios y otros colaboradores que se conocen como trabajadores comunitarios de sanidad animal, un sistema que garantiza que los cuidados sanitarios llegan al ganado, incluso en las aldeas más remotas.

"Estas personas son pastores o criadores de ganado", señaló el Oficial de ganadería de la FAO Nimaya Mogga. "Estas reses suponen su medio de subsistencia -añadió-. Sin ellas, no tienen nada".

Sudán del Sur es la sexta economía ganadera de África. "El ganado vacuno es el equivalente a la riqueza en Sudán del Sur", indicó Nimaya Mogga. "Durante el periodo de carestía, se vende o intercambia por comida. La venta de una única vaca puede suponer para una familia comprar cereal para tres meses".

Esto es especialmente cierto en Jonglei, en donde la economía y la agricultura se basan sobre todo en la propiedad del ganado vacuno.

"Esta gente cuenta con algunos cultivos, pero tan solo en cantidad muy pequeña. Habitualmente en pequeñas parcelas alrededor de sus ‘tukuls' (chozas), siguió explicando Mogga. "La pérdida del ganado ha sido devastadora para muchos de ellos".  

Advirtió también que el robo de ganado a gran escala lleva a mezclar diversos rebaños y hace aumentar el riesgo de propagación de enfermedades animales en Sudán del Sur.

Buscar oportunidades

Muchas de las personas que huían del conflicto encontraron refugio en la localidad de Boma. Los funcionarios locales informaron que los residentes se hicieron cargo de gran parte de los desplazados, pero sus propias reservas de alimentos básicos, como el sorgo y el maíz, se están agotando, y necesitarán ayuda.

La temporada seca ya ha llegado y no hay cultivos en los campos, pero la presencia de un río que corre cerca de la ciudad ha suscitado una cierta esperanza.

"El río Chelimon está a unas dos horas caminado desde Boma. Se cree que la población desplazada puede tener acceso para pescar", indicó Michael Oyat, Coordinador adjunto de la FAO para la emergencia en Sudán del Sur. "Tan solo se ven limitados por la carencia de aparejos para pescar", añadió.

La FAO va a distribuir 20 000 aparejos de pesca en Boma y otras dos ciudades afectadas por el conflicto del pasado diciembre: Pibor y Likuangole. La ONU ha establecido en Pibor un centro de distribución para las ayudas.

La FAO ayuda también a las comunidades locales en la plantación de huertos de hortalizas en las riberas de los ríos.

La FAO se coordina para ofrecer ayuda con las organizaciones no gubernamentales locales, la asociación de jóvenes del Alto Nilo para la movilización y el desarrollo (UNYMAM, por sus siglas en inglés), y South Sudan Partner International (SSPI).

 "Es esencial actuar con rapidez en Jonglei", aseguró el Oficial de planificación y programas de la FAO en Sudan del Sur, Etienne Peterschmitt. "Cuanto antes nos movamos para ayudar a esta población vulnerable, antes podrán ayudarse a si mismos", concluyó.

Mirar hacia el futuro

La labor de la FAO tiene como objetivo el suministro de ayuda inmediata a las familias afectadas, al tiempo que contribuye a construir su resiliencia. A petición del gobierno de Sudán del Sur, la FAO está preparando también un programa de dinero en efectivo por trabajo similar al puesto en marcha en Somalia, en donde las familias tienen dinero para comprar alimentos a nivel local y ayudan al mismo tiempo a rehabilitar la infraestructura rural local.

También existen acciones de recuperación a largo plazo. A través de un proyecto financiado por la Agencia internacional de desarrollo de Canadá (CIDA), la FAO apoya la puesta en marcha de intervenciones a largo plazo destinadas a combatir las causas profundas de la inseguridad alimentaria y los conflictos generados por los recursos en los dos distritos de Jonglei, Uror y Nyirol.

El proyecto incluye el desarrollo de estructuras para la captación de agua para el consumo humano y ganadero, y el impulso al suministro de servicios agrícolas a través de enfoques de extensión agraria innovadores y participativos, incluyendo las Escuelas de campo para agricultores y pastores.

"El suministro de agua para el ganado en los dos distritos mitigaría los conflictos que surgen cíclicamente por el agua y las zonas de pastoreo, mientras que la intervención contribuiría a incrementar la producción y la productividad de alimentos, mejorando así a largo plazo la seguridad alimentaria de la población en Jonglei, explicó el principal asesor técnico del proyecto, Ali Said.

Peterschmitt añadió que el carácter informal del enfoque de las Escuelas de campo para agricultores supone también un excelente punto de partida para solucionar los aspectos sociales del conflicto.

Para poder hacer frente a la inseguridad alimentaria en Jonglei al nivel que requiere la situación, la FAO ha realizado un llamamiento a los donantes para que aporten fondos en respuesta al procedimiento de llamamientos unificados de Naciones Unidas, que se dirige en particular a la población vulnerable necesitada del apoyo de diversos organismos de la ONU, de las organizaciones no gubernamentales y otros socios.

 

FOTO: © ACNUR/ V.Tan

 

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