La Oficina de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos expresó hoy preocupación por el alarmante patrón de violencia en las prisiones de América Latina y lamentó la muerte de más de 350 personas en la cárcel hondureña de Comayagua, tras desatarse un incendio el martes por la noche.
Esa prisión de Honduras tenía capacidad para unos 250 detenidos; sin embargo, el número de prisioneros superaba los 800, indicó Rupert Colville, portavoz de ese organismo de la ONU en Ginebra.
Subrayó que la superpoblacion carcelaria no es un problema que afecta sólo a Honduras.
“En las últimas semanas ha habido una ola de violencia en las cárceles de América Latina, que causó la pérdida de vidas en Uruguay, Argentina, Venezuela y Chile. El año pasado, cinco jóvenes encarcelados perdieron sus vidas y muchos otros resultaron heridos durante un incendio en un centro de detención juvenil en Panamá”, dijo el portavoz.
Agregó que estos eventos son consecuencia directa –y se agravan por- una larga lista de problemas que incluyen cárceles saturadas de forma crónica y la carencia de condiciones sanitarias básicas.