Por Amaia Portugal.- Esther Rebato es una persona de renombre en el ámbito de la antropología física. Es poseedora de la prestigiosa medalla académica Alex Hrdlièka de la República Checa, además de ser la presidenta de la Sociedad Española de Antropología Física. Esta profesora del Departamento de Genética, Antropología Física y Fisiología Animal de la UPV/EHU ha llevado a cabo numerosos trabajos sobre los hábitos nutricionales, la calidad de vida y demás aspectos relacionados. Durante los últimos años su punto de mira ha sido la población de etnia gitana; un grupo que padece un alto índice de obesidad y que ha llamado la atención de esta investigadora. De hecho, trabaja con ellos en varios proyectos, entre los que destaca uno titulado Determinantes genéticos y ambientales de la obesidad en familias de etnia gitana de la CAV, financiado por el antiguo Ministerio de Ciencia e Innovación.
El proyecto echó a andar el año pasado, y tiene una duración de tres años (2011-2013). Rebato es la única profesora de la UPV/EHU implicada, pero cuenta con la colaboración de varias doctorandas y del doctor Fernando Goñi Goicoechea, endocrino y médico adjunto del Hospital de Basurto, así como de la asociación gitana Kale Dor Kayiko, a través de la cual ha tenido acceso, hasta la fecha, a más de 50 familias gitanas y más de 380 individuos. Entre otras cosas, se les ha sometido a encuestas de tipo socioeconómico y de percepción de imagen; y se les han tomado medidas antropométricas, la tensión arterial y muestras de saliva. “No solo estudiamos la métrica o el fenotipo; analizamos también algunos genes. Son estudios confirmativos, no estamos descubriendo genes nuevos. Lo único que queremos ver ahí es si hay alguna variante especial en la población gitana”, añade Rebato.
Investigación e información
Este trabajo no ha hecho más que empezar, pero algunos datos son esclarecedores: “Hay una terrible prevalencia de la obesidad. Si en la población general esa prevalencia es del 15-20 %, en la población gitana es más del 50 %, tanto en hombres como en mujeres. Además, es una obesidad central o abdominal. Especialmente en los hombres, es muy peligrosa, porque es una obesidad ligada a la enfermedad cardiovascular, a la diabetes…”.
Rebato argumenta que hay una “cultura de la obesidad”, lo que explica este fenómeno: “Cuando las poblaciones que no han tenido mucho poder acceden a los alimentos, el poderío se demuestra mediantes niños más orondos, más redondos… Además, hay una concepción de los hombres de que les gustan las mujeres hermosas; parece un símbolo de fertilidad. Las familias gitanas han accedido a una cultura obesogénica, a comer alimentos más baratos, más grasos…”. Todo ello tiene graves consecuencias. Sin ir más lejos, algunos de los niños de familias gitanas que están participando en el estudio son ya hipertensos, y el estado de muchas mujeres apunta a posibles problemas de diabetes o de corazón en la época posmenopáusica. A lo que hay que sumar los riesgos que acarrea, principalmente en los hombres, esta ya mencionada obesidad de tipo abdominal.
De hecho, Rebato y sus colegas no se limitan a investigar. Según lo acordado con Kale Dor Kayiko, se comprometen también a informar a las familias sometidas a estudio; a advertirles sobre los malos hábitos que puedan tener y a proponerles algunos cambios. “No queremos quitarles su cultura culinaria, pero, por ejemplo, les decimos que cocinen con menos grasa, que caminen un poco más… Hay que informarles para que sepan cómo utilizar los alimentos y para que puedan modificar su modo de vida, sin perder su esencia. Y desde luego, hay que explicarles que hay desigualdades de salud. Queremos informarles de lo que hay, y, luego, que ellos decidan qué hacer”, explica la investigadora.
A este proyecto le queda aún un largo recorrido, pero ya ha empezado a dar algunos frutos en términos académicos. Por ejemplo, Rebato y sus compañeras participaron el año pasado en el Congreso de la Sociedad Europea para la Ética de la Agricultura y la Alimentación (EurSafe), celebrado en Bilbao, con una ponencia sobre la obesidad en las minorías étnicas y en poblaciones con ingresos limitados. Asimismo, han enviado un artículo a la revista Annals of Human Biology, que se encuentra en fase de revisión.
FOTO: De izquierda a derecha, Esther Rebato y sus colaboradoras, Alaitz Poveda y María Eugenia Ibáñez. (Foto: Luis Jauregialtzo / Argazki Press).