“La reforma laboral de Rajoy es el sueño dorado de Francisco Álvarez Cascos”. Así se refería Jesús Iglesias, candidato de IU a la presidencia de Asturias, a una de las “consecuencias letales” que tendrá la reforma laboral en nuestra comunidad autónoma, sin obviar el aumento del riesgo de deslocalización de las plantas de industrias multinacionales instaladas aquí.
En rueda de prensa, Iglesias incidió en el riesgo que supone la nueva normativa laboral, que conlleva la práctica desaparición de los Expedientes de Regulación de Empleo en los que era necesario el acuerdo con los sindicatos y la aprobación administrativa, ante situaciones como las que afrontan empresas como Alcoa o Arcelor.
Explicó que, de esta forma, la reforma pone en situación “muy comprometida” a ambas empresas después de que la multinacional siderúrgica anunciara en los últimos días el cierre de su línea de pintura en Avilés y advirtiera de la posibilidad de reducir en 200 el número de empleados en su planta de productos largos en Gijón.
Iglesias advirtió que hasta el momento el riesgo de deslocalización provenía de empresas diferenciadas de otros países mientras que ahora, el modelo de funcionamiento de las grandes multinacionales es “absolutamente perverso” ya que supone que unas plantas de la misma compañía compitan con otras.
Iglesias reiteró su rechazo a una reforma laboral cuyo objetivo no es crear empleo sino degradar las condiciones laborales, facilitar y abaratar el despido “y quitar el 20 por ciento de la riqueza a la mayoría de la sociedad para concentrarla en manos de los poderes financieros”.
En el caso de Asturias, continuó, la reforma abre la posibilidad de acometer despidos colectivos en el sector público, "el sueño dorado" del Gobierno de Foro Asturias para reducir la administración autonómica. “Ahora podría hacerlo de un plumazo dado que no ha alegado nada en contra de la reforma”, dijo refiriéndose al silencio del Presidente del Principado durante todo el fin de semana, lo que constata que “las dos derechas comparten el mismo modelo”.
Esta reforma laboral se añade a la reforma financiera aprobada en el Consejo de ministros de hace dos semanas sobre el sector financiero que significa “una nueva vuelta de tuerca” al modelo ya puesto en marcha por el Ejecutivo anterior.
A su juicio, de esta forma la administración se limita a nutrir de fondos públicos a entidades financieras “que asumieron riesgos inasumibles” y a las que se siguen dando apoyos “mientras que a los ciudadanos se les piden los sacrificios”.
Según Iglesias, la nueva ronda de fusiones a la que “prácticamente obliga” la nueva reforma tendrá consecuencias de forma inevitable para Liberbank, el banco creado tras la fusión de Cajastur, Caja Extremadura y Caja Cantabria, con lo que se seguirá perdiendo la naturaleza original de las cajas y su vinculación territorial.
Esta circunstancia se incrementará, añadió, incluso en el caso de las fundaciones en que quedarán convertidas las antiguas cajas para gestionar su obra social y cultural dado que su ámbito territorial superará al de sus comunidades autónomas de origen cuyos gobierno perderán el control sobre las mismas que pasará a manos de la administración central.