La delincuencia organizada se ha convertido en una de las principales amenazas para el desarrollo de las economías en el Caribe, advirtió hoy el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). En su Informe sobre Desarrollo Humano de la región en 2012, el PNUD señaló que con excepción de Barbados y Surinam, las tasas de homicidios –incluidos los crímenes relacionados con la violencia entre pandillas – han aumentado sustancialmente en los últimos doce años en el Caribe.
Los países estudiados en este informe son Antigua y Barbuda, Barbados, Guyana, Jamaica, Santa Lucía, Surinam y Trinidad y Tobago.
Pero los gobiernos caribeños pueden revertir esta tendencia por medio del reforzamiento de las instituciones y la implementación de medidas preventivas, consideró el PNUD.
La administradora del Programa, Helen Clark, aseveró que la violencia limita las opciones de la gente, amenaza su integridad física y trastorna su vida diaria.
Durante la presentación del informe en Puerto España, Clark subrayó la necesidad de replantearse la forma en que se está afrontando la violencia y dando seguridad a la población.
“Debemos implementar políticas centradas en la seguridad de los ciudadanos y abordar las causas del incremento de la delincuencia, incluida la exclusión social, económica y política”, apuntó.
Entre las recomendaciones del PNUD a los gobiernos de los países afectados, destaca la prevención del crimen mediante la educación y las oportunidades de empleo para los jóvenes, sobre todo para los más pobres.
Según datos de la Comunidad del Caribe (CARICOM), el costo de la delincuencia relacionada con las pandillas cuesta a las economías caribeñas entre 2,8% y 4% de su Producto Interno Bruto (PIB).