Según un trabajo de un investigador del Instituto Español de Oceanografía Carlos García Soto, investigador del Centro Oceanográfico de Santander del Instituto Español de Oceanografía (IEO) y Robin Pingree, de la Marine Biological Association del Reino Unido (MBA), han publicado un trabajo en el que relacionan algunos procesos físicos y abundancias pesqueras con oscilaciones naturales del clima de gran escala. Los científicos analizaron la evolución de la temperatura superficial del agua en el golfo de Vizcaya y mares adyacentes y observaron que entorno al 25% de su variabilidad en los últimos 150 años podría explicarse por una oscilación natural conocida como AMO (Atlantic Multidecadal Oscillation).
El índice AMO representa una oscilación de la temperatura superficial del agua del Atlántico Norte con una periodicidad de entre 60 y 80 años que algunos autores relacionan con la circulación de las masas de agua profunda a gran escala. “El análisis de la variabilidad multidecadal es fundamental para entender el clima presente y nos puede ayudar a separar el cambio climático causado por el hombre del debido a los ciclos naturales de largos períodos”, explica Carlos García Soto. En este trabajo se analizaron también otros índices naturales de largo periodo, que se relacionaron con la temperatura superficial del agua. Se analizó la influencia de la actividad del sol a través de las observaciones de sus manchas en los últimos 300 años. Se observó una relación muy clara donde la actividad solar explica hasta el 50% de la variabilidad de largo término de la temperatura del golfo de Vizcaya, excepto para las dos últimas décadas donde esta relación “se rompe debido al calentamiento global antropogénico que ha sido más intenso”, explica el investigador del IEO.
Los investigadores además, han podido explicar, a través de la oscilación AMO, los mecanismos del Ciclo de Rusell, un fenómeno que se describió por primera vez en la revista Nature en 1971. El Ciclo de Russell describe una alternancia decadal de una situación con bajas concentraciones de huevos de sardinas y altas concentraciones de otras larvas de peces a otra situación con abundancias opuestas. Ocurrió en el Canal de La Mancha en intervalos de 30 años y fue la primera observación de variación de largo término en la abundancia de especies pesqueras. “Describir la influencia del clima en las pesquerías es un desafío fundamental en nuestra investigación. Medio ambiente y pesca están íntimamente relacionados”, explica Carlos García Soto.
El Instituto Español de Oceanografía (IEO), es un organismo público de investigación (OPI), dependiente de la Secretaria de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación del Ministerio de Economía y Competitividad, dedicado a la investigación en ciencias del mar, especialmente en lo relacionado con el conocimiento científico de los océanos, la sostenibilidad de los recursos pesqueros y el medio ambiente marino. El IEO representa a España en la mayoría de los foros científicos y tecnológicos internacionales relacionados con el mar y sus recursos. Cuenta con nueve centros oceanográficos costeros, cinco plantas de experimentación de cultivos marinos, 12 estaciones mareográficas, una estación receptora de imágenes de satélites y una flota compuesta por siete buques oceanográficos, entre los que destaca el Cornide de Saavedra y el Ramón Margalef.