“A nosotros no nos gustan los juegos de las armas”, afirmó la Presidenta, quien declaró para los muertos argentinos en el Conflicto en el Atlántico Sur “honor y gloria en nombre de todos los argentinos”.
La Presidenta habló esta noche en la Casa Rosada, ante veteranos de la Guerra de Malvinas, representantes de distintos partidos políticos y de organizaciones económicas, sindicales y sociales, y gobernadores, para anunciar la firma del decreto número 200 que desclasifica el documento conocido como Informe Rattenbach sobre el desempeño de los militares durante el conflicto y la presentación contra Inglaterra ante las Naciones Unidas.
Anticipó además que en marzo próximo se inaugurará un hospital para atender los problemas de salud física y mental de todos aquellos que combatieron en las islas.
Cristina Kirchner afirmó que el reclamo que se elevará a las Naciones Unidas es “regional y global”, por cuanto toda América Latina apoya las demandas de Argentina de recuperar la soberanía sobre las Islas.
Destacó que la presentación ante la ONU se hace desde un gobierno democrático con soberanía popular, y que la cuestión Malvinas es “un hecho de política de Estado, de política nacional”.
Cristina expresó su agradecimiento al hijo del general Benjamín Rattenbach, el coronel homónimo, a quien invitó a sumarse a la comisión creada por el mismo decreto número 200 para que se investigue si hay alguna parte del informe que no conviene aún desclasificar por considerarse que pudiera poner en riesgo la seguridad nacional.
Sostuvo que el informe “seguramente fue elaborado con mucho dolor” por el general Rattenbach, a quien calificó como un verdadero representante del ejército sanmartiniano, y dijo que su contenido “se va a dar a conocer no solamente a los ciudadanos de la Argentina, sino también al mundo entero”.
Ratificó en su discurso, en un directo mensaje al gobierno británico, que “no se puede achacar al pueblo argentino” una decisión como la tomada por la dictadura militar de desembarcar en las islas Malvinas” para “negarse a cumplir lo que ha ordenado las Naciones Unidas, que es sentarse a dialogar y a negociar acerca de la cuestión de la soberanía” sobre el archipiélago.
Cristina destacó los hechos históricos, geográficos y hasta los zoológicos que demuestran la pertenencia de las Malvinas a la Argentina y puso como ejemplo a las aves migratorias que desde las islas llegan al continente latinoamericano y lo recorren.
“Malvinas ha dejado de ser una causa de los argentinos, para transformarse en una casa de los Americanos del Sur, y en una causa global, y creo que este es uno de nuestros mayores logros”, afirmó.
Declaró entonces que “ningún acto de la dictadura militar puede ser legitimado por el apoyo que pudo haber tenido circunstancialmente, y manipulado por algunos habitantes, porque sería injusto decir que por todos”, al recordar muestras de respaldo popular cuando la dictadura anunció el desembarco en las Malvinas.
Cristina Kirchner afirmó que “es un anacronismo que en el siglo XXI se sigan manteniendo colonias; hay sólo 16 casos en todo el mundo, 10 de ellos son de Inglaterra”.
Aseguró que además las Malvinas es “una causa regional y global porque se están depredando nuestros recursos naturales, en pesca y petróleo, sin ningún tipo de control ambiental que pueden provocar un verdadero caos ecológico en cualquier momento”.
“Las grandes batallas del siglo XXI van a ser por los recursos naturales”, advirtió, y destacó que América del Sur es una de las regiones “más ricas del planeta” en ese tipo de fuentes.
Denunció entonces que Malvinas es “una causa global, porque están militarizando el Atlántico Sur, pues o podemos interpretar de otra manera, por mayor esfuerzo y voluntad que pongamos, el envío de un destructor, inmenso y modernísimo (a las Malvinas), acompañando al Heredero Real (el Príncipe William), a quien nos hubiera gustado verlo con ropas civiles y no con uniforme militar”.
“Vamos a plantear fuertemente –anunció- esta militarización del Atlántico Sur, porque si algo vamos a preservar, además de los recursos naturales, es una región donde la paz impera, donde hemos tenido conflictos y no hemos necesitado mediación de ningún organismo internacional, pues hemos resuelto las mediaciones entre los propios sudamericanos”.
Precisó que “por eso he instruido a nuestro Canciller para que presente formalmente ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y ante la Asamblea General de las Naciones Unidas esta militarización del Atlántico Sur, que implica un grave riesgo para la seguridad internacional, e momentos en que vemos que precisamente están sucediendo en otros países y regiones, situaciones que se tornan inmanejables e incontenibles”.
“Que nadie espere de nosotros, de los que estén por fuera de la política y la diplomacia, que no se hagan ninguna ilusión”, dijo, que la Argentina pudiera recurrir a otros medios que no sean los pacíficos, porque “somos gente que ha sufrido demasiado la violencia en nuestro país”.
“No nos atraen los juegos de las armas, ni las guerras: al contrario”, reafirmó, y aseguró que “ninguna tierra, ningún lugar puede ser trofeo de guerra: nosotros no creemos en los trofeos de guerra”.
Anunció entonces que “en marzo vamos a inaugurar el hospital de salud mental “Islas Malvinas”, que se asentará donde funcionó el Instituto Geográfico Militar, para “todos los que combatieron en el frente y en el territorio malvinense”.
“Nosotros vamos a seguir firmes y el 14 de junio estaremos en el Comité de Descolonización de las Naciones Unidas argumentando y una vez más siendo acompañados por todos los partidos políticos” a favor de las negociaciones con Gran Bretaña sobre la soberanía.
“Quiero simplemente –dijo entonces- pedirle al primer ministro inglés que le dé una oportunidad a la paz, que alguna vez le dé una oportunidad a la paz”.
Cerró su mensaje proclamando “honor y gloria” a los argentinos muertos en combate en el archipiélago de las Malvinas.