Un estudio de la Sociedad Española de Cardiología revela que 6,8 de cada mil mujeres y 5,4 de cada mil hombres sufren este grave trastorno, mientras que el crecimiento relativo entre los varones ha sido 3 veces superior
El Instituto de Obesidad quiere alertar sobre el desproporcionado incremento que ha experimentado la obesidad mórbida en España durante los últimos quince años. En este sentido, un estudio elaborado por la Sociedad Española de Cardiología (SEC) arroja cifras del todo preocupantes, tanto para la población como para los poderes públicos, que hablan de un incremento del 200% en lo que a obesidad mórbida se refiere durante este período de tiempo.
Así, la investigación, que ha sido realizada por la Universidad de Navarra sobre los datos de las seis Encuestas Nacionales de Salud publicadas entre 1993 y 2006, concluye, también, que el crecimiento de la prevalencia de obesidad mórbida resulta más rápido que el de una obesidad más leve. De este modo, mientras que el aumento de la obesidad mórbida se sitúa en el porcentaje comentando anteriormente -200%- la obesidad se incrementa tres veces menos: un 65%.
Bajo este marco, el estudio ha desvelado que6,8 de cada mil mujeres y 5,4 de cada mil hombres sufren este grave trastorno, mientras que el crecimiento relativo entre los varones ha sido 3 veces superior. Así, si bien es cierto que la prevalencia de la obesidad mórbida en nuestro país no alcanza todavía al 1% de la población –muy lejos, por ejemplo, del 6% registrado en Estados Unidos-, no es menos cierto que el desmesurado incremento producido en esta década debe servir para que la sociedad y los poderes públicos tomen conciencia de la gravedad del problema.
Desde un punto de vista técnico, conviene recordar que se considera obesidad mórbida el hecho de una persona sitúe su Índice de Masa Corporal (IMC) en cifras iguales o superiores a 40. El IMC es un indicativo del peso de una persona en relación con su altura y se calcula mediante una división entre el peso en kilos y la altura en metros cuadrados. El IMC medio debe situarse por debajo de 25. Cuando se mueve en una horquilla que oscila entre 25 y 30 se habla de sobrepeso y, entre 30 y 40, de obesidad leve.
No obstante, y al margen de estas consideraciones técnicas, lo verdaderamente preocupante de las cifras son sus consecuencias sobre la salud pública. En este sentido, los cambios ligados al estilo de vida están provocando la aparición de importantes problemas de salud que se manifiestan a través de la obesidad y de otros conflictos asociados a la misma en forma de enfermedades crónicas no transmisibles –dolencias cardiovasculares, diabetes, o ciertos tipos de cáncer-.
Este tipo de enfermedades causaron el 64,6% de las muertes registradas en España en el año 2007, y supusieron el 60% del total de fallecimientos (35 millones de muertes) ese mismo año a nivel mundial.
Al mismo tiempo, el informe sobre Riesgos de Salud a nivel Global recoge los 10 principales factores de riesgo causantes de muerte, entre los que se encuentran, por este orden, el tabaquismo, la hipertensión arterial, el sobrepeso y la obesidad, la inactividad física, la diabetes, el colesterol elevado, el escaso consumo de frutas y vegetales, la polución del aire en las ciudades, el abuso de alcohol y riesgos ocupacionales. Como se observa, la mayoría de ellos se relación con hábitos y estilos de vida que derivan en problemas de obesidad y sobrepeso y en otra serie de enfermedades relacionadas con los mismos.
Para combatir estas cuestiones el Instituto de Obesidad reclama la implicación de ciudadanos y gobierno, al tiempo que oferta los métodos más desarrollados como el balón intragástrico -pieza de silicona suave y expansible que se introduce en el estómago a través de la boca sin necesidad de cirugía y bajo sedación-; la banda gástrica ajustable -que se coloca por cirugía laparoscópica alrededor del estómago creando un conducto de salida más pequeño-; la gastrectomía tubular por laparoscopia -que reduce el tamaño del estómago confeccionando uno nuevo en forma de tubo-; el bypass gástrico por laparoscopia –que deja un pequeño estómago de 15 a 30 milímetros, que se conecta directamente al intestino delgado-; o los últimos avances dentro de la cirugía laparoscópica –exploración de la cavidad abdominal mediante un endoscopio- gracias a la aplicación de la técnica SILS, de una sola incisión, y que permite realizar operaciones quirúrgicas sin dejar cicatriz y reduciendo el dolor derivado del post-operatorio.
No obstante, y al margen de todas estas técnicas, el cuidado de los hábitos alimentarios y la práctica de la actividad física se configuran como una primera terapia fundamental para conseguir que nuestro país comience a mejorar el conjunto de cifras relacionadas con la obesidad y el sobrepeso.