Palacio de Miraflores, Caracas. El 2 de febrero de 1806 Francisco de Miranda zarpó en la corbeta Leander desde Nueva York, para iniciar —desde Venezuela— acciones para promover la independencia en la América hispana. Partió con la ilusión de concretar sus motivos de lucha, la liberación de su Patria; aunque en esa ocasión no tuvo éxito. De esa expedición sobresale el apoyo que obtuvo del pueblo haitiano, en especial de Alexandre Petión, entonces presidente de la nación antillana.
La historia, que tiene sus idas y vueltas, quiso que este 3 de febrero el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez, recibiera —en el Palacio de Miraflores, en su primera visita oficial— al mandatario de Haití, Michel Martelly.
“Hoy está vivo, (Francisco de Miranda) ha vuelto y cuando tú vienes aquí, te tocamos el himno y nuestros soldados te rinden honores, te rendimos honor a ti, pero detrás de ti hay 200 años de historia”, dijo un reflexivo Chávez, quien narró en pocos minutos todos los pasos que dio Miranda antes de juntar los 200 hombres que le acompañaron en la expedición de 1806, frustrada, en esa oportunidad, por los españoles.
Ahora la lucha por la independencia plena de los pueblos, la unión de naciones latinocaribeñas encuentra a otros hombres, pero con iguales motivos.
“Tu visita es una señal”, dijo el presidente Chávez, mirando a los ojos a Martelly, quien llegó acompañado por sus ministros de Asuntos Exteriores y Culto, Laurent Lamothe, y de Turismo, Stepanie Balmir. Sean Penn, actor estadounidense recientemente nombrado embajador itinerante de Haití, también acudió a la cita.
Este encuentro de poco más de una hora no sólo estuvo pleno de calidez y hermandad sino de franqueza. Pidió el presidente Chávez a Martelly no ofrecer gracias por lo mucho o poco que Caracas ha podido hacer por la tierra de Petión, porque —recordando a Friedrich Nietzche— el que debe dar las gracias es quien ayuda, no el que recibe la ayuda.
“Acá estamos a la orden para ayudar en lo que modestamente podamos, sin pedir nada a cambio”, reiteró sincero y enfático el líder bolivariano.
Amor... y llanto
En marzo de 2007 el presidente Chávez visitó por primera vez Puerto Príncipe, ocasión que fue recordada la noche de este viernes.
Describió los sentimientos encontrados que le asaltaron. En principio amor: dio y recibió el amor de un pueblo joven y alegre que le obligó a bajarse del vehículo en el que recorría las calles de Puerto Príncipe junto al entonces presidente René Preval, y tomar las manos, saludar, abrazar y correr cerca de un kilómetro junto a esa multitud de jóvenes.
Pero además tuvo vergüenza por haber retrasado tanto ese encuentro, aunque recordó que jamás había sido invitado.
A cerca de cinco años de esa visita, Martelly le interrumpió en su conversación y le dijo: “Allá lo estamos esperando”. “Iré pronto”, respondió el presidente Chávez y de nuevo Martelly le consultó: “¿Cuándo?”.
Sin precisar fecha, el jefe del Estado aseguró que en pocos días tiene previsto un viaje hacia Managua y La Habana, y es posible que en ese periplo pueda incluir a Puerto Príncipe.
Sean Penn, quien se reservaba de intervenir —aún cuando el presidente Chávez le incluía en la conversación—, tomó la palabra para celebrar la pronta visita del mandatario venezolano a suelo haitiano.
“Mientras más temprano mejor, estamos muy emocionados, para el pueblo haitiano será una gran noticia porque su visita será muy positiva”, dijo el actor y activista social, quien en reconocimiento por el trabajo desprendido que ha cumplido ayudando a levantar a Haití, duramente golpeada por un devastador terremoto en enero de 2010, fue nombrado embajador itinerante de esa nación.
A propósito de esa intervención, el presidente Chávez se preocupó por pedirle a Martelly más información sobre el número de personas que aún viven en carpas: unas 500 mil, según dijo el líder haitiano.
Con pesar lamentó la situación el mandatario venezolano quien, poniendo su mano izquierda en el hombro derecho de Martelly, dijo: “Vamos a trabajar”.
Una mano amiga para Haití
Poco antes del arribo de Martelly al Palacio de Miraflores, el presidente Chávez cumplió una intensa agenda de trabajo con integrantes de una delegación de alto nivel del Banco de Desarrollo de China (BDC), liderada por Liu Kegu, a quienes pidió no retirarse para poder conversar con la delegación haitiana.
Valoró el presidente Chávez la reciente visita que la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, cumplió en Puerto Príncipe; además de destacar el apoyo que La Habana quiere seguir ofreciendo a la nación antillana, tema que ha conversado recientemente con su homólogo cubano, Raúl Castro.
Martelly le refirió al presidente Chávez que todo el pueblo haitiano “siente su pasión y valora la franqueza con la cual habla de solidaridad; no estamos aquí para pedir, estamos para decirle gracias por esa voluntad de ayudar”.
Este encuentro entre los mandatarios marca, sin duda, una nueva etapa en las relaciones entre Caracas y Puerto Príncipe. Haití es miembro observador de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) y se estima que sea la XI Cumbre de Presidentes del ALBA —que se celebrará en Caracas los días 4 y 5 de febrero— la oportunidad para ingresar como miembro pleno.//
La historia, que tiene sus idas y vueltas, quiso que este 3 de febrero el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez, recibiera —en el Palacio de Miraflores, en su primera visita oficial— al mandatario de Haití, Michel Martelly.
“Hoy está vivo, (Francisco de Miranda) ha vuelto y cuando tú vienes aquí, te tocamos el himno y nuestros soldados te rinden honores, te rendimos honor a ti, pero detrás de ti hay 200 años de historia”, dijo un reflexivo Chávez, quien narró en pocos minutos todos los pasos que dio Miranda antes de juntar los 200 hombres que le acompañaron en la expedición de 1806, frustrada, en esa oportunidad, por los españoles.
Ahora la lucha por la independencia plena de los pueblos, la unión de naciones latinocaribeñas encuentra a otros hombres, pero con iguales motivos.
“Tu visita es una señal”, dijo el presidente Chávez, mirando a los ojos a Martelly, quien llegó acompañado por sus ministros de Asuntos Exteriores y Culto, Laurent Lamothe, y de Turismo, Stepanie Balmir. Sean Penn, actor estadounidense recientemente nombrado embajador itinerante de Haití, también acudió a la cita.
Este encuentro de poco más de una hora no sólo estuvo pleno de calidez y hermandad sino de franqueza. Pidió el presidente Chávez a Martelly no ofrecer gracias por lo mucho o poco que Caracas ha podido hacer por la tierra de Petión, porque —recordando a Friedrich Nietzche— el que debe dar las gracias es quien ayuda, no el que recibe la ayuda.
“Acá estamos a la orden para ayudar en lo que modestamente podamos, sin pedir nada a cambio”, reiteró sincero y enfático el líder bolivariano.
Amor... y llanto
En marzo de 2007 el presidente Chávez visitó por primera vez Puerto Príncipe, ocasión que fue recordada la noche de este viernes.
Describió los sentimientos encontrados que le asaltaron. En principio amor: dio y recibió el amor de un pueblo joven y alegre que le obligó a bajarse del vehículo en el que recorría las calles de Puerto Príncipe junto al entonces presidente René Preval, y tomar las manos, saludar, abrazar y correr cerca de un kilómetro junto a esa multitud de jóvenes.
Pero además tuvo vergüenza por haber retrasado tanto ese encuentro, aunque recordó que jamás había sido invitado.
A cerca de cinco años de esa visita, Martelly le interrumpió en su conversación y le dijo: “Allá lo estamos esperando”. “Iré pronto”, respondió el presidente Chávez y de nuevo Martelly le consultó: “¿Cuándo?”.
Sin precisar fecha, el jefe del Estado aseguró que en pocos días tiene previsto un viaje hacia Managua y La Habana, y es posible que en ese periplo pueda incluir a Puerto Príncipe.
Sean Penn, quien se reservaba de intervenir —aún cuando el presidente Chávez le incluía en la conversación—, tomó la palabra para celebrar la pronta visita del mandatario venezolano a suelo haitiano.
“Mientras más temprano mejor, estamos muy emocionados, para el pueblo haitiano será una gran noticia porque su visita será muy positiva”, dijo el actor y activista social, quien en reconocimiento por el trabajo desprendido que ha cumplido ayudando a levantar a Haití, duramente golpeada por un devastador terremoto en enero de 2010, fue nombrado embajador itinerante de esa nación.
A propósito de esa intervención, el presidente Chávez se preocupó por pedirle a Martelly más información sobre el número de personas que aún viven en carpas: unas 500 mil, según dijo el líder haitiano.
Con pesar lamentó la situación el mandatario venezolano quien, poniendo su mano izquierda en el hombro derecho de Martelly, dijo: “Vamos a trabajar”.
Una mano amiga para Haití
Poco antes del arribo de Martelly al Palacio de Miraflores, el presidente Chávez cumplió una intensa agenda de trabajo con integrantes de una delegación de alto nivel del Banco de Desarrollo de China (BDC), liderada por Liu Kegu, a quienes pidió no retirarse para poder conversar con la delegación haitiana.
Valoró el presidente Chávez la reciente visita que la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, cumplió en Puerto Príncipe; además de destacar el apoyo que La Habana quiere seguir ofreciendo a la nación antillana, tema que ha conversado recientemente con su homólogo cubano, Raúl Castro.
Martelly le refirió al presidente Chávez que todo el pueblo haitiano “siente su pasión y valora la franqueza con la cual habla de solidaridad; no estamos aquí para pedir, estamos para decirle gracias por esa voluntad de ayudar”.
Este encuentro entre los mandatarios marca, sin duda, una nueva etapa en las relaciones entre Caracas y Puerto Príncipe. Haití es miembro observador de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) y se estima que sea la XI Cumbre de Presidentes del ALBA —que se celebrará en Caracas los días 4 y 5 de febrero— la oportunidad para ingresar como miembro pleno.//
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