Este asunto será analizado a mediados de mes en el Consejo Interterritorial donde el consejero Bengoa confía en que se adopte "una solución nacional para un problema nacional"
La atención sanitaria que prestan Euskadi y Cantabria a los vecinos de las zonas limítrofes a cada comunidad ha centrado buena parte de la reunión que han mantenido, esta mañana, en Bilbao los máximos responsables de las áreas de salud de los dos gobierno autonómicos. El consejero de Sanidad y Consumo, Rafael Bengoa, y la consejera de Sanidad y Servicios Sociales de Cantabria, María José Saénz de Buruaga, han coincidió en señalar el alto grado de coincidencia en los objetivos de ambos ejecutivo que no es otro que mejorar la calidad asistencial que se presta a los ciudadanos vascos que acuden a centros sanitarios cántabros, principalmente en localidades costeras durante el verano, y vecinos de municipios como Castro Urdiales cuando acuden a centros como el hospital de Cruces o el ambulatorio de Doctor Areilza. Rafael Bengoa ha reiterado que el objetivo no debe ser "poner una etiqueta económica " al servicio que se presta sino analizar la calidad de este servicio.
A pesar del grado de coincidencia mostrado por ambas partes, el consejero reconoce que la solución a este problema - iniciado por la comunidad de la Rioja al negarse a atender a vecinos de La Rioja Alavesa sino se aportaba una compensación económica por parte del Gobierno Vasco - supera el ámbito de actuación de las comunidades autónomas. "necesitamos encontrar un modus operandi nacional", ha señalado Bengoa quien considera que para un "problema nacional, hay que buscar una solución nacional". El consejero también ha señalado que esta polémica "nos está distrayendo de temas más importantes, retos sobre la mejor gestión de los enfermos crónicos de cómo asegurar que encontremos un modelo de sostenibllidad del sistema nacional de salud".